jueves, 25 de octubre de 2012

Museos viajeros


Cartel de la exposición temporal "Rojo". Museo de Almería.

Hace algún tiempo pude disfrutar en el Museo de Almería de una exposición temporal diseñada de forma poco habitual. Su intención no era la de mostrar piezas de una época o de una zona geográfica determinada, que es lo que solemos encontrar detrás de estas propuestas. Por contra, la muestra había escogido un tema menos convencional, más original y, al menos para mí, mucho más atractivo: con el título Rojo, un color en la historia, se mostraban piezas procedentes fundamentalmente de museos andaluces relacionadas con este color. Tras explicar física y psicológicamente cómo es y cómo se aprecia este color, se proponía un recorrido por su importancia a través de la historia, desde las cerámicas neolíticas hasta su uso en la propaganda política del siglo XX o su importancia en el arte (en la pintura, pero también en el cine). Para quien pueda estar interesado en conocer mejor esta exposición, hay disponible en internet un interesante dossier sobre la misma.

Tengo que reconocer que quizá sea por deformación profesional, pero es una de las exposiciones temporales que más me ha impactado. Me gustó fundamentalmente porque demostraba que un bajo presupuesto (las piezas procedían de museos andaluces y el montaje era sencillo e imaginativo, destinado únicamente a recalcar la fuerza del tema y la idea central propuesta) puede dar lugar, trabajando con ilusión y proponiendo nuevas ideas, a una gran exposición.

Las exposiciones temporales son, aparte de otras muchas cosas, el mejor instrumento de difusión de los museos. Y, en estos tiempos de crisis, no hace falta señalar que no resultan viables los proyectos que supongan grandes esfuerzos presupuestarios. Pero eso no quiere decir que desde la cultura, desde los museos, podamos permanecer impasibles. Si algo nos caracteriza a quienes trabajamos en este sector es la frecuente utilización de la imaginación para suplir las carencias presupuestarias. Y vuelven a demostrarlo los museos andaluces dependientes de la Junta de Andalucía a través del proyecto anunciado por el Consejero de Cultura, Luciano Alonso: los museos viajan (aquí, el anuncio de la Consejería de Cultura; la noticia en la prensa provincial, aquí y aquí).

De la escasa información publicada parece deducirse que se propondrán exposiciones de pequeño o mediano formato que ofrezcan muestras singulares de las colecciones de cada museo en una provincia distinta a la suya. De esta forma, las exposiciones de carácter itinerante tendrían un diseño y una ejecución museográfica única, en gran parte desarrollada desde los propios museos (es decir, sin grandes alardes presupuestarios), y podrían ser aprovechadas en siete ubicaciones diferentes. En cada una de ellas, la exposición cumpliría una doble finalidad: por una parte, difundir la riqueza de los fondos del museo de origen y, como anunciara el Consejero, acercar sus colecciones al mayor número posible de andaluces; por otra, actuar generando un "efecto llamada", atrayendo mediante esta actividad al público para la visita del museo que acoge la muestra.

Con un presupuesto limitado y contando con el trabajo de los técnicos de los diferentes museos de Andalucía se puede conseguir una máxima optimización de los recursos. Porque el mismo montaje puede trasladarse a diferentes ubicaciones y mantenerse en uso durante, pongamos por caso, dos años. Y porque se consigue cumplir con una finalidad social y cultural básica para las instituciones museísticas a la vez que se mantiene su presencia activa en las provincias andaluzas. Es una iniciativa que conlleva mucho trabajo pero que, en definitiva, tiene muy buena pinta. Sí señor.

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