Javier Orcaray Vélez con Joaquín Criado Costa |
Son muchos los retos que deben afrontar los museos, y especialmente los pequeños museos locales, para mejorar su percepción por la sociedad. Me parece evidente, como expuso Orcaray, que nuestra primera necesidad es la de hacer que nuestros centros culturales estén abiertos a la sociedad. Abiertos físicamente (lo primero, con un horario de apertura estable) y también de manera virtual, a través de una página web. Y, por otra parte, también resulta muy conveniente que estos centros cuenten con una gestión profesional, para que su futuro, sus actividades y, en definitiva, su programa, no dependan de las veleidades del político de turno.
Todos sabemos que, a día de hoy, este planteamiento de Javier Orcaray se acerca mucho al terreno de la utopía. Faltan recursos, materiales pero sobre todo humanos, para conseguir acercarnos a esta situación ideal. Sin embargo, las utopías pueden ayudarnos a caminar en la dirección correcta. Y coincido con Javier en que sólo la profesionalización y la concepción de los museos y centros culturales como espacios abiertos a la sociedad nos ayudará a convertirlos en instituciones más útiles y más atractivas.
La conferencia estuvo centrada en la función social que cumple la residencia de artistas La Fragua. De promoción del arte y también de dinamización social. Muy interesante y entretenida, dio lugar a un animado debate final. Cuando La Fragua celebra su tercer aniversario (intentaré asistir a los actos programados con este motivo), Javier anunció la próxima apertura de un satélite temporal en la propia ciudad de Córdoba. Una buena noticia, sin duda, pero que a mí me plantea alguna duda. Sobre todo después de saber que han visto reducido el espacio que ocupaban en el Convento de las Clarisas de Belalcázar para dejar espacio a un futuro "museo de trajes regionales" (perdonad que no haga ningún comentario al respecto; estoy todavía demasiado impactado por la noticia).
Lo reconozco. De la charla me quedó un cierto regusto amargo. La desazón de comprobar cómo una iniciativa cultural de primer nivel no cuenta con los apoyos institucionales que se merece. Y que por esta razón puede llegar el día en el que sus impulsores decidan buscar aires más propicios. Espero que nunca tengamos que lamentar en Los Pedroches, en Córdoba, la pérdida de un centro cultural que, a través del arte, nos acerca al mundo. Sería sencillamente imperdonable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario