Espacio que nuevamente vemos citar como "Salón Rico" (foto C.A.M.A.) |
[viene de una entrada anterior]
2. Las opiniones.
La destitución de Antonio Vallejo Triano como director del CAMA sigue un sistema bien regulado, aunque eso no ha impedido que adeptos y detractores defiendan con vehemencia sus opiniones. En realidad, como cualquier cambio de equipo directivo en un campo científico, administrativo, empresarial o de cualqueir índole, los cambios presentan ventajas e inconvenientes. Porque es cierto que la estabilidad en la dirección permite el mantenimiento y desarrollo de proyectos a medio y largo plazo, imprescindibles en estas instituciones; pero también es cierto que las nuevas personas suelen aportar nuevas visiones, nuevas ideas y nuevas ilusiones, evitando situaciones de anquilosamiento y estatismo organizativo.
Si trasladamos esta idea general al CAMA ¿es positiva o negativa la sustitución de Vallejo? Pues supongo que un poco de ambas cosas. Porque durante los 28 años en los que Medina Azahara ha estado a cargo de Antonio Vallejo (los mismos años que la Junta de Andalucía lleva gestionando el centro), se han conseguido unos logros incuestionables para el Conjunto. Aunque también es cierto que el enorme esfuerzo de difusión iniciado con la exposición "El esplendor de los Omeyas" y continuado con las costosas obras de construcción y apertura del centro de recepción de visitantes (ahora llamado museo) no ha dado el resultado apetecido. No ya porque no se haya producido un importante incremento en el número de visitantes, sino fundamentalmente porque "las ruinas" de Medina Azahara siguen estando demasiado lejos no sólo de las rutas turísticas, sino también del corazón de los propios cordobeses.
Sobre el tema hemos podido conocer numerosas opiniones, aunque sorprendentemente son pocas las vertidas por gestores culturales. Será que nadie les ha preguntado, digo yo. El 4 de febrero, Radio Córdoba incluyó el tema en su tertulia, y pudimos escuchar cómo algún participante llegaba a pontificar sobre el sistema de gestión idóneo para el Conjunto Arqueológico, a pesar de que los propios tertulianos habían reconocido al inicio no ser especialistas ni tener conocimientos específicos de este tema. Durante los primeros días, la falta de inversiones parecía ser la causa de todos los males del CAMA. Incluso una organización política, supuestamente defensora de la sostenibilidad, reclamaba un mayor esfuerzo presupuestario para Medina. Y no es que diga yo que sea negativo el aumento de inversiones, pero sí niego que sea imprescindible para cualquier actuación, como parece que se nos quiere presentar a veces. Quienes trabajamos en museos sabemos que ahora, como en muchas ocasiones anteriores, toca estirar un presupuesto raquítico. Y hacer todo lo posible gastando poco o nada. No es una novedad: en realidad, la mayoría siempre hemos trabajado de esta forma y nunca hemos tenido los presupuestos del Prado, del Reina Sofía o, en Andalucía, de Medina Azahara. Y la experiencia nos dice que estrujando el euro al máximo posiblemente los resultados no serán siempre espectaculares, pero lo que sí son, precisamente, es sostenibles. A lo que podría añadir que todavía hoy, a pesar de los recortes, la inmensa mayoría envidiaríamos los presupuestos con los que cuenta el CAMA. Porque algunas partidas no es que se hayan rebajado, es que han desaparecido en los museos andaluces.
Esta misma teoría ("todos los males proceden del cierre del grifo de la financiación") parece subyacer en la plataforma que, con el supuesto fin de defender el Conjunto Arqueológico, se ha creado recientemente. Y perdonad que diga supuesto, pero me parece muy claro que su creación ha sido provocada por la destitución de Antonio Vallejo como director. De hecho, en el manifiesto para el que piden la firma identifican, de forma poco acertada en mi opinión, los éxitos de Medina Azahara durante 28 años con el trabajo de Antonio Vallejo (lo que no es, en realidad, falso, aunque tampoco es toda la verdad), mientras cargan contra el abandono en el que la Junta de Andalucía tiene a esta institución. Como si los 28 años de Vallejo no fueran, paralelamente, los 28 años de gestión de la Comunidad Andaluza sobre el yacimiento. Pero esta identificación no sólo me parece injusta. Además, me parece que hace un flaco favor a la posición de Vallejo, al presentar una confusión total de la institución con su hasta ahora director. Y esto, el personalismo en la dirección, es quizá una de las más reiteradas críticas que durante los útimos años se han oído respecto a la gestion del Conjunto.
La misma idea de gestión excesivamente personalista transmite -supongo que sin querer- la carta que, según Diario Córdoba, habrían remitido a la Consejería de Cultura los miembros de la comisión técnica de Medina Azahara. Según se publica en este artículo, los firmantes habrían llegado a ligar la continuidad de Vallejo al mantenimiento del convenio con el World Monuments Fund que permitirá la restauración del llamado Salón Rico. Incluso se llega al extremo de afirmar que el cese de Antonio Vallejo obligaría a devolver el dinerio correspondiente a inversiones realizadas. Unas alusiones muy poco afortunadas que suenan a amenazas y que son difícilmente compatibles con la gestión eficaz de una institución pública.
La Comisión Técnica está formada desde 1990 por 8 miembros, entre ellos "cinco vocales de libre designación, que serán nombrados y separados libremente por el titular de la Consejería de Cultura de entre personas expertas y de reconocido prestigio en el ámbito de la arqueología, del urbanismo, de la geología, de la botánica y de las demás disciplinas que afecten al mejor conocimiento de la Zona Arqueológica" (ver decreto de organización del CAMA). Se trata de un grupo de profesores e investigadores que actúan, en definitiva, como asesores de la institución, esencialmente en temas de investigación ("que afecten al mejor conocimiento"). Entre ellos está, por ejemplo, el investigador del CSIC Eduardo Manzano, que también ha mostrado públicamente su opinión.
Arqueólogos, arabistas, arquitectos e historiadores opinan no ya sobre la investigación necesaria en el yacimiento (que estoy de acuerdo en que necesita un impulso, salir de un cierto sopor en cuyas causas no quiero entrar ahora), sino sobre la forma de gestión del Conjunto Arqueolólgico, arrogándose una cierta superioridad técnica respecto a los gestores culturales. De la misma forma -para mí equivocada- que hace años opinábamos los historiadores sobre la clasificación de fondos en los archivos, o los arqueólogos sobre la gestión de museos. Durante las dos últimas décadas, la profesionalización en el mundo de la gestión cultural nos ha traído grandes avances y posiciones como las que parecen leerse entre líneas de las declaraciones recogidas por la prensa a estos investigadores hoy nos resultan arcaicas, superadas, pasadas de moda. Por supuesto, todas las opiniones deben ser escuchadas, pero cualquier decisión considero que tiene que tomarse teniendo en cuenta principalmente criterios técnicos de gestión de un elemento patrimonial de gran importancia, como es el CAMA.
[Nota sobre la imagen de cabecera: a pesar de los constantes -y acertados, en mi opinión- esfuerzos de Antonio Vallejo para que este espacio sea citado como Salón de Abd al-Rahman III, en estos días hemos vuelto a ver repetidas referencias al Salón Rico de las ruinas de Medina Azahara]
1 comentario:
yo escuche la tertulia de la radio y sin duda fue fuera de lugar y por personas y politicos oportunistas. Tan fuera de lugar como esa plataforma provallejo que no tiene ningun sentido.
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