Tablero decorativo en mármol. S. X (foto C.A.M.A.) |
[viene de una entrada anterior: ver parte I; ver parte II]
3. Más hechos, más opiniones.
Una vez estabilizada la gran onda expansiva provocada por la noticia de la destitución de Antonio Vallejo, las informaciones que aparecen en prensa comienzan a incluir nuevos datos hasta ahora obviados. Resulta significativo en este sentido el artículo publicado en ABC el domingo 10 de febrero, en el que varios expertos insisten en la necesaria conjunción de investigación y difusión. Aunque ninguno de los que opinan son presentados como profesionales de la gestión cultural sino como especialistas en otras disciplinas científicas, la información ofrecida por el periodista parece indicarnos que el "cientifismo", la atención prioritaria a los grupos de investigación ligados al Conjunto y la menor importancia concedida a la difusión de este impresionante elemento patrimonial pueden estar entre las causas del cambio de rumbo escenificado en la destitución de Vallejo. Y si avanzamos en la lectura deja de ser necesario leer entre líneas, porque el artículo lo expone con claridad: "Para Antonio Vallejo, la ciudad que construyó Abderramán III es sobre todo un espacio para la investigación arqueológica y científica. Se puede visitar, y ello contribuye a su mejor conocimiento, pero la vertiente cultural siempre está por encima de la turística."
Es posible que esta formulación tenga cierta validez, aunque no puedo estar de acuerdo con catalogar de turístico todo lo relacionado con la difusión del yacimiento. Y esta precisión no es una cuestión menor cuando de lo que hablamos es de gestión integral de un elemento patrimonial que, al igual que los museos, debe cumplir unas funciones de conservación, investigación, documentación, difusión y disfrute por la sociedad del Patrimonio Histórico.
Al día siguiente, El Día de Córdoba insistía en la necesidad de ir más allá del simple cambio de director, para potenciar la vertiente "turística" con un completo programa de actividades. Parece querer indicar además que la concepción del trabajo, el modelo de gestión, ha sido una de las causas de los roces que se habrían producido entre Vallejo y la Consejería. Poco a poco, van quedando superadas algunas voces altisonantes sobre los supuestos planes de la Junta de Andalucía para cambiar personas y no proyectos. Y los candidatos que estaban cantados parece que ya no lo son tanto, después de publicarse en el BOJA la convocatoria de la plaza.
Sin embargo, aún se alzan algunas voces contrarias al relevo en la dirección del CAMA. Y a la prensa, naturalmente, le entusiasma una intriga palaciega con sus buenos y sus malos, sus secretos y sus puñaladas. Quizá a este entusiasmo se deba el -no dudo que exagerado- cuadro que nos pinta el diario ABC sobre la intervención de Antonio Vallejo en la Real Academia de Córdoba: sentado en la mesa presidencial, según el diario habría pronunciado, microfono en mano, un discurso ajeno al orden del día de la sesión para defender su labor al frente de Medina.
En definitiva, parece que la sostenibilidad y la apertura a la sociedad que esgrimen como argumento los promotores de la web defensamadinatal-zahra están, precisamente, entre las causas que han podido llevar al relevo de Antonio Vallejo en la dirección del Conjunto. Porque las inversiones en el yacimiento suponen un gasto de dinero público que debe revertir en forma de servicio cultural a la comunidad. Esa reversión es posible mediante un impulso a la investigación abierta a todas las Universidades, instituciones e investigadores particulares interesados en poner sus conocimientos y su trabajo al servicio de Madinat al-Zahra. Y sobre todo desarrollando un prioritario programa de conservación que permita la máxima difusión y el disfrute por todos los ciudadanos tanto del yacimiento arqueológico como del centro de interpretación, museo o como quiera llamársele.
La nueva dirección puede aportar ese impulso necesario al Conjunto Arqueológico. Sin necesidad de perder la experiencia de 28 años de gestión que, con sus luces y sus sombras, hoy nos permiten imaginar un futuro mejor para Madinat al-Zahra. Por mi parte, sé que Antonio Vallejo continuará aportando su trabajo, su saber y su profesionalidad a la investigación y conservación del Patrimonio Histórico Andaluz, cualquiera que sea el puesto en el que desempeñe su trabajo como conservador. Y personalmente le deseo que, una vez calmadas las aguas siempre revueltas después de un cambio de este calado, siga disfrutando de su trabajo. Porque ese es el mayor premio que tenemos quienes nos dedicamos a estos olvidados asuntos culturales.
No sé si mi idea de impulso coincidirá o no con la de la Consejería de Cultura, pero yo apuesto por un futuro en el que el CAMA adquiera una verdadera proyección social no para convertirse en un producto empaquetado para el consumo turístico sino, al contrario, para llegar a ser un centro cultural dinámico y enriquecedor. Y, aunque comparto la preocupación por las restricciones presupuestarias a la cultura (que no especialmente al CAMA) que exponen los redactores del manifiesto, no puedo firmar ese documento porque no estoy de acuerdo con su análisis ni de las causas, ni de la situación actual ni de las necesidades de futuro de lo que efectivamente es un "conjunto emblemático del Patrimonio Histórico Andaluz".
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