miércoles, 17 de abril de 2013

Córdoba y Los Pedroches: encuentros y desencuentros



"Oh, asamblea de curiales. Vosotros me echáis en cara el que yo sea del Llano de las Bellotas; os prometo que he de ser, pardiez, tan duro como la madera de carrasca, que no se hiende".
[Said ben Soleiman al-Gafeqi según al-Jusaní en el Libro de los Jueces de Córdoba]


Estas palabras, pronunciadas por Said ben Soleimán (natural de Gafiq, actual Belalcázar) tras ser nombrado juez de Córdoba, muestran claramente el aparente desencuentro que históricamente ha existido entre quienes viven en la capital cordobesa y los vecinos de la zona norte de su provincia. "¡Paleto!" parecen haber gritado los curiales cordobeses; "¡Cordobitas!" podríamos imaginar que les contesta el gafeqí quien, hasta poco antes, había estado arando personalmente sus campos. El desencuentro entre Córdoba y Los Pedroches parece haber sido histórico.
- "¿De Pozoblanco? ¡Anda que no está mala la carretera de Pozoblanco!".
- "¡Qué va! ¡La que está mala es la de Córdoba!" cuentan que se decía hace sólo unas décadas en estas tierras.
Sin embargo,  ni Córdoba podría haber sido lo que fue históricamente sin la actual zona norte de su provincia, ni Los Pedroches sin la capital. Porque esta comarca ha estado bien conectada históricamente (hasta el siglo XIX) con el norte, con la Meseta, a través de Torrecampo-La Bienvenida, Almadén o Belalcázar. Y también hacia el sur, de donde han llegado algunas de las más importantes influencias civilizadoras. Y hacia el sur, todos los caminos conducen a Córdoba.

Hacia el sur, a través del antiguo puerto fluvial de Córdoba, se dirigían buena parte de los recursos minerales extraídos en Los Pedroches, principal fuente de su riqueza histórica. Y de vuelta, por esta misma ruta, llegaban novedades sobre el trabajo de los metales, el torno para la elaboración de la cerámica, la escritura... en definitiva, modernidad y civilización para una comarca conectada con el mundo. Córdoba, por su parte, controlaba este comercio de ida y vuelta para convertirse muy pronto en un importantísimo centro comercial. Sin esta relación, difícilmente podría haber alcanzado el desarrollo económico, social y cultural que le permitió convertirse en un gran centro político tanto en la Antigüedad como en la Edad Media.

Precisamente destacar estos encuentros históricos es uno de los objetivos centrales de la exposición Mugawwar - Corduba, que permanecerá abierta en el Museo Arqueológico de Córdoba hasta el domingo 2 de junio. Una muestra en la que se exponen algunas piezas que nos pueden ayudar a comprender esta compleja relación a través de objetos pertenecientes tanto al museo cordobés como al Museo PRASA Torrecampo.

De ello hablan los dos textos introductorios de Mugawwar - Corduba, que os dejo aquí:

La provincia de Córdoba en el Museo Arqueológico:


Desde sus orígenes en el período Calcolítico, Córdoba ha estado estrechamente relacionada con su entorno rural. En el sur del territorio cercano a la ciudad se encuentran tierras de gran productividad agrícola. Al norte, amplias áreas ganaderas y, sobre todo, importantes y variados recursos mineros. Dividiendo este territorio, el Guadalquivir, navegable hasta la Edad Media, permite el establecimiento de contactos comerciales con el Mediterráneo y el Atlántico.

El comercio de los productos agrarios y mineros de la actual provincia de Córdoba fomentó el gran desarrollo de una ciudad que se convertiría en capital de la Bética romana y de al-Andalus. Una interesante historia que podemos seguir a través de las completas colecciones del Museo Arqueológico de Córdoba.


El Museo PRASA Torrecampo:


Esteban Márquez Triguero, coleccionista de arte y arqueología, adquirió en 1969 una antigua posada de Torrecampo, con fachada renacentista de granito. Tras la rehabilitación del edificio, abrió al público en 1972 con el nombre de Casa Museo Posada del Moro. Más tarde, tanto el edificio como la interesante colección arqueológica y artística fueron adquiridos por Grupo PRASA, con la intención de asegurar que esta importante muestra de Patrimonio Histórico permaneciera en Torrecampo.  Actualmente, el centro está gestionado por la Fundación PRASA.

Las colecciones del museo son ricas y variadas, destacando especialmente las colecciones arqueológicas. A través de más de 8.000 piezas, procedentes en su mayor parte de la comarca de Los Pedroches, es posible acercarse a la historia de estas tierras desde el Calcolítico hasta fines de la Edad Media.

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