El pasado sábado 21 de marzo publiqué en el semanario "La Comarca" el primero de lo que pretende ser una serie de artículos que tienen como tema central el Patrimonio Histórico de Los Pedroches. Para los que pudiérais estar interesados y no lo hayáis podido leer, os dejo aquí el texto íntegro.
"Una larga historia"
Pasa la gloria y ves que de tu obra ya no queda ni la memoria.
Puede que a alguien le resulte extraño que comience mi colaboración en esta sección dedicada a difundir el Patrimonio Histórico de nuestra tierra con una canción. Pero es que pocas veces se ha representado de forma más clara y con menos palabras la fugacidad de la vida y de la fama. Sólo un porcentaje mínimo de los hombres y mujeres que han poblado nuestro pasado son hoy en día recordados, identificables. Y, aún en las escasas ocasiones en las que lo hacemos, su recuerdo se limita a unas cuantas acciones, habiendo pasado al olvido la mayor parte de su vida. Porque, al fin y al cabo, tenían razón los Pata Negra: pasa la gloria.
Sin embargo, y afortunadamente para los historiadores, la pérdida casi generalizada de la memoria individual no supone que no conservemos una importante memoria colectiva. Una historia compartida, plural, que a mí personalmente me resulta mucho más interesante que el recurrente relato de hechos memorables de héroes y poderosos. Porque creo que nos permite conocer de forma más veraz cómo era la vida de quienes nos precedieron y, en definitiva, cómo fue nuestro pasado. Un conocimiento que nos debe ayudar a comprender lo que somos y a soñar nuestro futuro.Sin duda, es interesante descubrir los motivos que llevaron al Señor de Belalcázar a reedificar su fortaleza, o qué participación tuvieron los arquitectosrelacionados con la familia Hernán Ruiz en el diseño de la torre de la Iglesia del Salvador de Pedroche. Pero a mí me resulta más importante conocer qué supusieron esas construcciones para quienes vivieron en esta tierra en los siglos XV y XVI y qué influencia han tenido estas edificaciones emblemáticas en la formación de nuestra identidad. Por eso, no me preocupa tanto el olvido individual, siempre que conservemos la memoria colectiva.
El gran depósito de esa memoria es nuestro Patrimonio Histórico. Patrimonio porque son construcciones colectivas en las que toda la sociedad puede sentirse partícipe, propietaria de los valores que representan. El castillo de Belalcázar, la iglesia del Salvador de Pedroche, pero también pequeños o grandes yacimientos arqueológicos, las portadas con grandes dinteles de granito de nuestras casas o los objetos conservados en nuestros museos son restos materiales en los que perdura la memoria de nuestro pasado. Forman parte de nuestro Patrimonio Histórico. Pero también hay un patrimonio inmaterial, intangible, en el que podemos reconocernos igualmente, y así acercarnos a lo que fuimos y a lo que somos. Antiguas canciones, costumbres, ritos o tradiciones populares son, aunque no puedan exhibirse directamente en las vitrinas de un museo, parte de nuestra identidad y muy importantes para poder reconstruir nuestro pasado. Y no podemos olvidar, por supuesto, nuestro patrimonio documental. Muchas veces menos vistoso que fiestas o construcciones, pero clave para el conocimiento de nuestra historia.
A difundir todo este conjunto, nuestro Patrimonio Histórico –ya sea material, inmaterial o documental- quiero dedicar mis colaboraciones en este semanario. Con el objetivo general de que, a través de pequeños artículos dedicados a aspectos puntuales, podamos comprobar cómo tenemos un Patrimonio mucho más rico y, sobre todo, mucho más variado de lo que casi siempre habíamos creído. Una riqueza que refleja una larga historia de una comarca que no siempre ha sido un lugar aislado y lejano a los centros de poder. Porque hace 5.000 años ya había mineros, verdaderos pioneros del trabajo de los metales que se sintieron atraídos por esta parte de la Sierra Morena. Una zona que, poco a poco y aprovechando su privilegiada posición geográfica,se convertirá en un nudo de comunicaciones entre el norte y el sur, el este y el oeste.
Los contactos culturales nos dejaron un legado formado por influencias griegas, fenicias, ibéricas, celtíberas y posteriormente romanas y visigodas que es posible conocer a través de pequeños yacimientos arqueológicos, la mayoría relacionados con explotaciones mineras, dispersos por nuestro territorio. Una historia que desembocaría en la creación de la provincia andalusí del Llano de las Bellotas (Fahs al-Ballut), la conquista cristiana del siglo XIII a través de Pedroche y Belalcázar, el nacimiento de la mayoría de nuestros pueblos entre los siglos XIV y XVI…Una larga e interesante historia a la que os acercaremos a través de un Patrimonio, tanto material como inmaterial, que nos legaron nuestros antepasados. Espero que resulte de vuestro interés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario