Reproduzco el texto que publiqué en la sección dedicada al Patrimonio Histórico de Los Pedroches del semanario "La Comarca" el pasado 11 de julio, sobre el Archivo Municipal de Pozoblanco.
Aunque es una fuente de
datos fundamental para reconstruir nuestra historia, el hecho de que los
objetos que custodia no tengan un especial atractivo artístico hace que muchas
veces olvidemos que los Archivos son una parte esencial de nuestro Patrimonio
Histórico. Pero estos verdaderos depósitos de la memoria colectiva no siempre
reciben la atención que merecen. Los documentos que a duras penas conservan son
de una extrema fragilidad. La humedad, los ataques de insectos, la luz, la
oxidación de las tintas, la escasa calidad de algunos soportes (papel) y la
inadecuada manipulación por investigadores o por el propio personal hacen que
muchos de ellos sufran un proceso de deterioro que, sin la debida atención,
puede acabar con ellos. Y su pérdida supone el olvido eterno de 1.000 años de
nuestra historia.
¿Por qué se les presta
tan poca atención, si su importancia es tan grande? Por desgracia, porque de
igual forma que muy pocas personas –a veces nadie- saben en qué condiciones
está el archivo municipal más cercano, muy pocas personas –acaso niguna- valorarán
que se destine un trabajo y unos recursos de todos a mantener estos viejos
papeles polvorientos. Todos vemos la restauración de una fachada; muchos
valoramos la conservación de elementos muebles como piezas de museo; pero muy
pocos son conscientes de la necesidad de hacer un esfuerzo por la conservación,
ordenación y difusión de nuestro Patrimonio Documental. Por eso quiero escribir
hoy sobre uno de estos depósitos de nuestra historia: el Archivo Histórico
Municipal de Pozoblanco.
Ubicado en la segunda
planta del Ayuntamiento, este archivo se ha ido formando durante los últimos
cinco siglos con la documentación generada o recibida por la propia institución
municipal. De esta forma, el estudio de su contenido nos ofrece una visión muy
completa sobre el propio funcionamiento del Ayuntamiento a través de los
siglos, pero también sobre la evolución del urbanismo en el municipio, de la
ordenación del término municipal o de la vida económica, social y cultural.
El archivo está formado
por más de 7.000 cajas, estando fechado el documento municipal más antiguo
conservado en el año 1579. Y este fondo está en constante crecimiento, ya que
en el archivo histórico deben ingresar aquellos documentos de la administración
local que hayan perdido su valor administrativo.
Además de este fondo
municipal, este archivo también conserva en depósito una interesante serie de
Protocolos Notariales, es decir, libros de registro de las escrituras
redactadas por escribanos y notarios, con una cronología que va desde fines del
siglo XVI hasta mediados del siglo XX. En más de un millar de legajos se
contiene una información de gran interés para el estudio de la evolución social
y económica de Pozoblanco, Villanueva de Córdoba, Añora, Dos Torres, Villanueva
del Duque, Pedroche y Torrecampo. En el caso de Pozoblanco, los protocolos más
antiguos arrancan en el año 1580, y forman una serie muy completa desde fines
del siglo XVI hasta mediados del XX.
Como elementos de
nuestro Patrimonio Histórico, estamos obligados a velar por la conservación de
estos documentos para transmitirlos a las generaciones futuras. En el caso del
archivo de Pozoblanco, cuenta con unas instalaciones recientemente renovadas,
que incluyen un sistema de control climático para evitar las temidas
oscilaciones de temperatura y humedad relativa, una de las principales causas
de deterioro de los documentos. Pero no debemos olvidar que los soportes de esa
documentación son frágiles y se deterioran fácilmente con la simple
manipulación. Por eso, es importante que los archivos estén correctamente
ordenados, para que sólo toquemos los documentos que realmente buscamos. E
igual de importante es que quien manipule los documentos tenga la formación y
la sensibilidad necesaria. Que sea consciente, en suma, de que trabaja con
elementos frágiles e irreemplazables de nuestro Patrimonio Histórico.
Mientras menos se
toquen, menos se deteriorarán los documentos. Esta máxima, que en general es
aplicable a la mayor parte de los elementos materiales de nuestro Patrimonio
Histórico, llevó durante mucho tiempo a restringir la consulta a muchos fondos
documentales. Pero si no podemos consultarlos ¿para qué queremos conservar los
documentos? O, dicho de otra forma, es necesario asegurar la accesibilidad a
los archivos para poner este Patrimonio Histórico al servicio de la sociedad.
Para conjugar
conservación y accesibilidad, una de las fórmulas más utilizadas es la
reproducción de las principales series documentales, evitando así el continuo
manejo de los originales. En el Archivo Municipal de Pozoblanco se reprodujeron
hace unos años mediante microfilmado parte de los libros de Actas Capitulares.
En la actualidad se está procediendo a la digitalización de estos microfilms
para, a la vez que se hace más fácil la consulta, permitir también una mayor
difusión de los fondos del archivo. Paralelamente, un grupo de investigadores
coordinado por el profesor José Luis González Peralbo está trabajando en la
digitalización de los Protocolos Notariales.
Abierto al público,
servido por personal cualificado, con un sistema ágil de atención a ciudadanos
e investigadores, con procesos de digitalización de las colecciones en marcha,
con un proyecto de difusión de los fondos a través de la web… Es mucho el
trabajo que aún queda por realizar, pero creo que por fin algunos de nuestros
archivos municipales se encuentran en el buen camino. Un camino que inició hace
unos años el Archivo Municipal de Torrecampo y que, con mayor o menor
intensidad, han ido siguiendo otros pueblos, como Pozoblanco. Es hora de que
nos detengamos un momento a echar un vistazo a las diferentes webs municipales
para ver qué atención prestan los municipios a nuestro Patrimonio Documental.
Porque no debemos permitir la desaparición de nuestra Historia.
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