sábado, 29 de enero de 2011

Noticias culturales

Pilar Citoler (Foto: fotolog)


Pensaba descansar este fin de semana sin alimentar el blog, que creo que estoy empezando demasiado fuerte, pero al leer la prensa me he encontrado con dos noticias sobre la cultura de nuestra provincia que no puedo pasar por alto.

Exposición en el Teatro Cómico Principal
La primera se refiere al proyecto de creación de un nuevo espacio museístico en el Teatro Cómico Principal, y es recogida por Diario Córdoba, El Día de Córdoba y ABC Córdoba. Este espacio, hoy sin un uso estable, está situado en la calle Ambrosio de Morales, a medio camino entre la sede de la Real Academia y el Museo Arqueológico (ambos con sus edificios en obras). La idea de la Consejería de Cultura es la de habilitar en este edificio una sección de Arte Contemporáneo ligada al Museo de Bellas Artes, con lo que no sólo se ampliaría la oferta expositiva de la ciudad, sino que además se potenciaría un eje cultural esencial en el centro del casco histórico cordobés. Una vez que el centro contara con su nueva sede proyectada, volvería a reunificarse en ella toda la colección. Queda por saber si el proyecto podrá contar con el depósito de la impresionante colección Circa XXI, de Pilar Citoler, que lleva tiempo en conversaciones con diferentes instituciones cordobesas para que los más grandes representantes de la pintura del siglo XX estén presentes en Córdoba. Espero que se consiga. Aunque el Delegado de Cultura apuesta por continuar intentándolo, hay quienes no son muy optimistas


Palacio Episcopal de Córdoba, en obras
 La segunda noticia aparece en el diario ABC, y da cuenta de la finalización del inventario del Archivo del Obispado de Córdoba. Una gran noticia porque garantiza en primer lugar la conservación, y en segundo la posibilidad de acceder a una serie de fuentes documentales de indudable interés para nuestra provincia. Una buena noticia, porque siempre es positivo que las instituciones se preocupen por la conservación y difusión de unos bienes patrimoniales que no suelen ser suficientemente atendidos, a pesar de su indudable valor: la documentación histórica. Y también buena noticia para quienes somos de Pozoblanco, porque suponemos que entre quienes están detrás de este ingente trabajo destacará un paisano, D. Manuel Moreno Valero. Enhorabuena.

Para terminar, sólo indicar que ayer estuve en la presentación del libro de Plaza Pública. El acto lo reseña, como siempre antento, Antonio Merino en Solienses.
 Ah, y por supuesto, el lunes estaré en la inauguración de la ampliación del Arqueológico, que se destaca en el Diario Córdoba como “un gran acontecimiento”.

viernes, 28 de enero de 2011

El lunes, al Arqueológico



Hoy se anuncia en la prensa la inauguración, el próximo lunes, de la ampliación del Museo Arqueológico de Córdoba. Se trata de un edificio de nueva planta, anexo al Palacio de los Páez de Castillejo, en el que se ha montado una exposición de carácter temporal y que cuenta en su sótano con un recorrido visitable por algunos de los restos conservados del antiguo Teatro Romano de la Colonia Patricia Corduba. Esta muestra permanecerá abierta hasta que, tras la definitiva rehabilitación del palacio, todo el conjunto vuelva a abrir sus puertas con un proyecto completamente renovado. Además, la nueva construcción integra importantes servicios internos, como almacenes o un moderno taller de restauración, y áreas de servicio al público que eran necesarias en una institución de estas características, como sala de investigadores o biblioteca especializada.

La ampliación del museo era una acuciante necesidad y una reiterada reivindicación de quienes han dirigido el centro desde hace muchos años. El Museo Arqueológico de Córdoba es uno de los más importantes del país –quizá sólo por detrás, en cuanto a la riqueza de sus colecciones, del Museo Arqueológico Nacional- y desde hace décadas se encontraba con graves problemas derivados de la falta de espacio. Ello le impedía disponer de espacios que hoy se consideran imprescindibles en cualquier programa museológico, tanto de trabajo e internos (almacenes, taller de restauración adecuado, etc.) como de servicios al público (biblioteca, sala de investigadores, aula didáctica, sala de conferencias, sala de exposiciones temporales…). Pero es que, además de estas carencias, las características del edificio de origen renacentista que le servía de sede y su tamaño reducido para el enorme volumen de los fondos conservados impedía articular un discurso coherente y comprensible en sus salas de exposición. La ampliación del museo era totalmente necesaria.

A.M. Vicent Zaragoza
Ante esta situación, los sucesivos directores del centro han venido luchando desde hace décadas para conseguir el espacio que el próximo lunes, por fin, se integra definitivamente en el museo. Ana María Vicent Zaragoza (directora de 1959 a 1987) fue la encargada de abrir la actual sede de la Plaza de Jerónimo Páez. Durante su amplio período al frente del museo ya tuvo ocasión de plantear la futura ampliación del centro, logrando que el Ministerio de Cultura adquiriese los solares sobre los que se asienta el nuevo edificio.

Pero el proyecto de ampliación no se conseguirá relanzar hasta la etapa de Francisco Godoy al frente del museo (1990-2002). Es en este período en el que se reafirma la clara voluntad de que el museo permanezca en el Casco Histórico de Córdoba, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, para reforzar sus valores culturales. El impulso a la ampliación del museo dará lugar a la redacción, por Paco Godoy (director) y Lola Baena (entonces conservadora del museo) del Programa Museológico que ha servido de base al que en la actualidad se está ejecutando. A partir del año 2002, María Dolores Baena Alcántara ha continuando como directora del museo la labor iniciada en la etapa anterior. Tras sucesivas adaptaciones del programa museológico (algunas ideas publicadas aquí, aquí o aquí) la semana próxima por fin podremos disfrutar del nuevo espacio. El nuevo edificio se integra en el programa general actualizado del museo (en cuya redacción yo mismo he participado), y ha sido construido según el proyecto arquitectónico desarrollado por Joaquín Lizasoain y Pau Soler.

Hace un par de años tuve la suerte de contar en una actividad del Museo PRASA Torrecampo con la participación de Paco Godoy y Lola Baena (en el centro en la imagen, junto a Andrés Pastor, JB. Carpio, David Luque y Ramón Corzo).

A falta de la rehabilitación integral del Palacio de los Páez de Castillejo, que culminará el proceso de transformación de nuestro Museo Arqueológico, lo que se presenta el lunes 31 es únicamente un primer paso. Pero es un paso que yo considero de gran importancia para ayudar a la conservación y difusión del Patrimonio Histórico en una ciudad que puede llegar a tener en la cultura uno de sus más importantes motores de desarrollo económico.

Pero todo esto no son, en el fondo, más que datos. Porque para mí, el Museo Arqueológico de Córdoba es algo más. Es el centro donde he aprendido –con Paco, con Lola, con Carlos…- lo que sé sobre museos; es el lugar donde he trabajado con ilusión a lo largo de ocho años (de 1997 a 2004); donde he encontrado gente con la que compartir los buenos y no tan buenos momentos; un sitio, en definitiva, al que sigo volviendo y que cada vez que visito sigo sintiendo que es, como dice mi hijo Andrés, mi museo.


 Pd. Lamento terminar con una queja: hoy viernes, el resultado de una inversión tan importante para las infraestructuras culturales de una ciudad que pretende ser capital europea de la cultura no merece ni siquiera destacarse en la página de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, institución gestora del centro.

miércoles, 26 de enero de 2011

Sobre el nombre de la comarca, II: "Los Pedroches"

Tejados de Pedroche, con el yamur andalusí sobre el convento


En la segunda mitad del siglo XV, cuando las fuentes documentales se refieren a El Pedroche están hablando de una realidad geográfica, económica e institucional cada vez más claramente definida. La zona realenga de la comarca, teóricamente dependiente en última instancia del concejo de la ciudad de Córdoba, ha quedado enmarcada por dos importantes señoríos nobiliarios: el de Santa Eufemia y el de Gahete (que tras la importante reforma de su castillo cambiará muy pronto su nombre por el de Belalcázar). Y esta extensa área estará dominada en un principio por una única institución: el concejo de la villa de Pedroche. Que era el único núcleo de población que aún sobrevivía en este espacio desde la anterior etapa musulmana.

Tras la conquista cristiana de mediados del siglo XIII resultó muy complicada la repoblación de estos territorios. Pese a que la intención inicial fuera mantener la misma estructura territorial de la época musulmana, al dividir el Obispado de Córdoba en tres ámbitos territoriales -llamados arcedianatos- el correspondiente a la Sierra fue ubicado en Belmez. Parece claro que esta decisión estuvo motivada por la despoblación prácticamente total de Pedroche. El traslado a esta población del arcedianato de la sierra se produjo poco después de 1260, cuando ya habían pasado más de dos décadas desde la conquista del territorio. Este hecho nos indica que Pedroche había pasado a ser considerado ya en ese momento como un núcleo de población estable.

A partir de ahora, diversos factores van a ayudar a incrementar la población de la villa. Entre ellos no debemos olvidar la importancia de su concejo o el hecho de ser una de las cabeceras territoriales del Obispado de Córdoba desde el punto de vista eclesiástico. Pero sin duda el factor más importante es la disponibilidad de una amplia extensión boscosa que puede aclararse para formar dehesas capaces de alimentar amplios rebaños: la denominada Dehesa de la Jara, Ruices y Navas del Emperador.

De esta forma, en un proceso cuya explicación más detenida dejo para una futura entrada, van surgiendo una serie de aldeas que terminarán convirtiéndose en villas independientes de Pedroche. La primera sería Torremilano, bien documentada ya en el siglo XIV y que cuenta con concejo propio en torno a 1420, siendo independiente del concejo de Pedroche sólo unos años después. De origen algo más tardío, alrededor de 1478 consiguen la independencia de Pedroche y la consideración de villas las antiguas aldeas de Pozoblanco y Torrecampo. Por su parte, de Torremilano han surgido también dos aldeas, Alcaracejos, convertida en villa independiente poco antes de 1490, y Añora, que en esas fechas contaba con concejo propio, aunque dependiente del de Torremilano hasta 1553. El mismo año que consigue Villanueva de Córdoba la exención de la jurisdicción de Pedroche. Es a partir de este momento cuando la comarca queda configurada en siete villas de realengo.

Esta transformación política e institucional va a tener su reflejo en la denominación de la comarca. Porque en la última década del siglo XV “el Pedroche” ya no es un espacio controlado por un único concejo, sino una estructura territorial mucho más compleja, en la que contamos con 5 villas independientes y jurídicamente iguales entre sí (Pedroche, Torremilano, Torrecampo, Pozoblanco y Alcaracejos), una aldea con concejo propio, aunque dependiente de Torremilano (Añora) y varias aldehuelas y núcleos menores, entre los que se encuentra Encina Enana, que a partir de 1499 cambiará su nombre por el de Villanueva de Córdoba paralelamente a la formación de su primer concejo de aldea.

En este contexto, unos testigos presentados en un pleito de términos relativo a Fuenteovejuna en 1493 nos permiten documentar por primera vez el uso del topónimo "Los Pedroches", en plural. Aunque no es descartable que se pueda encontrar alguna cita en documentos ligeramente anteriores, lo cierto es que este cambio de nombre responde a la nueva situación político-institucional: "el Pedroche" ha pasado de ser una unidad a convertirse en una agrupación, en un territorio en cierta forma mancomunado, gobernado desde cuatro, cinco, seis y finalmente siete concejos independientes. Desde 1493 comenzamos a observar cómo la documentación conservada deja de referirse a estas tierras como "El Pedroche" para llamarlas "Los Pedroches", término en plural que estará plenamente generalizado al iniciarse el siglo XVI. Cuatrocientos y y pico años antes de la equivocada fecha dada por Nieto Cumplido en su conferencia.


martes, 25 de enero de 2011

Sobre el nombre de la comarca, I: “El Pedroche”

El paisaje, desde las más llanas dehesas hasta las duras sierras
está siempre presente en la historia de la comarca.


Recientemente Antonio Merino me pedía auxilio –como si él lo necesitara- para que aclarara cuándo comienza a conocerse nuestra comarca como Los Pedroches, en plural. El tema había surgido a raíz de unas desafortunadas declaraciones del generalmente bien informado archivero de la Catedral de Córdoba, D. Manuel Nieto Cumplido, en las II Jornadas de Historia Local de Villanueva del Duque.

En su ponencia Nieto Cumplido había llegado a afirmar que la utilización del término “Los Pedroches”, en plural, surgió paralelamente al de “Valle de los Pedroches”. Habría sido un invento nacido en torno a una publicación periódica editada en Pozoblanco a comienzos del siglo XX. Los de Pozoblanco seríamos así culpables de otro nuevo error histórico. Y todo, seguramente, para darnos pisto. Se equivoca D. Manuel y, como apuntaba el editor de Solienses, esta comarca ha sido conocida como “Los Pedroches” desde esos años en los que consideramos que está terminando la Edad Media. Justo en tiempos del Cronista, pero del original, de Juan Ginés de Sepúlveda y no de la publicación que apoyándose en su nombre se tituló El Cronista del Valle. Posiblemente, como cantaba Gardel, veinte años no es nada. Pero más de cuatrocientos...

Sin embargo, sí es cierto que durante los trescientos años que van de fines del siglo XIII a fines del XV, la comarca era llamada “El Pedroche”, en singular. Incluso antes de la definitiva conquista cristiana de la comarca, las fuentes documentales medievales que nos citan Pedroche lo hacen refiriéndose con este nombre tanto al núcleo de población como al territorio controlado por éste. Refiriéndose a las expediciones militares del año 1155, la I Crónica General de España informa de cómo Alfonso VIII habría tomado Calatrava, Alarcos, et al Pedroch et a Sancta Offimia et a Mestança et al Alcudia et Almodoual. Los topónimos citados se refieren todos ellos a núcleos de población, no a territorios, aunque en el caso de Pedroche puede llevarnos a duda la utilización del artículo: al decir “al Pedroch” ¿se están refiriendo al núcleo de Pedroche o a su territorio, ese espacio que durante los siglos posteriores va a ser conocido como “el Pedroche”? En cualquier caso, no tenemos que esperar muchos años para comprobar cómo Pedroch definirá no sólo a una población, sino también a su territorio circundante: en concreto, el encinar de Pedroch, citado en la delimitación de términos de la Orden Militar de Calatrava en 1189.

Por lo tanto, tampoco estaba tan descaminado Nieto Cumplido: durante toda la Baja Edad Media, el amplio territorio situado al norte del Reino de Córdoba fue conocido como “Tierra del Pedroche” o, más simplemente, “El Pedroche”. Con el paso del tiempo, este término –siempre en singular todavía- irá definiendo una realidad geográfica más concreta. La creación del señorío de Santa Eufemia a fines del siglo XIII y, sobre todo, la señorialización de Gahete (Belalcázar) y los problemas surgidos en torno al dominio de Fuenteovejuna a mediados del siglo XV, provocarán que este nombre comience a aludir de una forma muy especial al dominio del concejo de la villa de Pedroche, formado por esta villa y sus aldeas.

Un espacio que durante la segunda mitad del siglo XV va a experimentar importantes transformaciones político-institucionales, que no son en absoluto ajenas a la aparición del concepto geográfico “Los Pedroches”, documentado al menos desde 1493. Pero mantendré el suspense y, si alguien ha llegado leyendo hasta aquí, queda emplazado para leer mañana la segunda parte de esta primera historia del blog.


lunes, 24 de enero de 2011

La familia, lo primero

Vicente del Bosque y Anuncia Carpio, el pasado viernes

Ya sé que la coincidencia del título de esta primera entrada con algunos eslóganes un poquito ultras puede resultar algo extraña. Pero no, no me he integrado en ningún foro autocalificado como apolítico ni me he hecho neoliberal, a estas alturas. Tampoco soy primo de Vicente del Bosque, pero esta foto de mi hermana con el seleccionador nacional de fútbol tras recibir los premios de la Muy Ilustre y Noble Orden de Caballeros de la Cuchara de Palo me da pie para presentar este blog personal. Que sólo pretende ser eso: un cuaderno, una especie de diario donde poder comentar un poco de todo (de la familia, de los amigos, de historia, de museos, de patrimonio, de política).