miércoles, 31 de octubre de 2012

Los rostros de la Córdoba romana


Ayer se presentó en el Museo Arqueológico de Córdoba la exposición temporal Los rostros de la Córdoba romana, organizada conjuntamente por la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía y ela Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba (ver noticia en Diario CórdobaEl Día de Córdoba y ABC Córdoba). La muestra, comisariada por José Escudero y Alberto Manuel Monterroso, estará abierta hasta el próximo 5 de enero, en el aula didáctica del Museo Arqueológico de Córdoba.

De la noticia, me parece especialmente destacable el hecho de que se trate de una actividad realizada en colaboración entre instituciones culturales dependientes de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba con un objetivo común: promocionar la cultura, la historia y el patrimonio histórico cordobés. Y, por supuesto, lo que supone de contribución a la difusión de la cultura clásica, que en estos tiempos modernos parece haber quedado tristemente reducida a un mero florero con el que adornar variados discursos.

Como actividad complementaria, se ha programado un ciclo de conferencias con el siguiente programa:

6 Noviembre/ 19 h.
Los primeros intelectuales cordobeses en la antigua Roma
(Alberto Manuel Monterroso Peña)

20 Noviembre/ 19 h.
La familia Annea y la política
(Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez)

27 Noviembre/ 19 h.
Linajes cordobeses y su influencia política en Roma
(Alberto Manuel Monterroso Peña)

11 diciembre/ 19 h.
La dinastía Antonina: sus raíces béticas y cordobesas
(Juan Bautista Carpio Dueñas)
18 diciembre/ 19 h.
Emperatrices de la Bética: la legitimación del poder
(Jerónimo Sánchez Velasco)

Tengo que reconocer que todavía no tengo muy claro cómo organizaré mi charla del 11 de diciembre, pero mientras tanto merecerá la pena visitar la exposición, que es además una magnífica excusa para volver al Museo Arqueológico.

jueves, 25 de octubre de 2012

Museos viajeros


Cartel de la exposición temporal "Rojo". Museo de Almería.

Hace algún tiempo pude disfrutar en el Museo de Almería de una exposición temporal diseñada de forma poco habitual. Su intención no era la de mostrar piezas de una época o de una zona geográfica determinada, que es lo que solemos encontrar detrás de estas propuestas. Por contra, la muestra había escogido un tema menos convencional, más original y, al menos para mí, mucho más atractivo: con el título Rojo, un color en la historia, se mostraban piezas procedentes fundamentalmente de museos andaluces relacionadas con este color. Tras explicar física y psicológicamente cómo es y cómo se aprecia este color, se proponía un recorrido por su importancia a través de la historia, desde las cerámicas neolíticas hasta su uso en la propaganda política del siglo XX o su importancia en el arte (en la pintura, pero también en el cine). Para quien pueda estar interesado en conocer mejor esta exposición, hay disponible en internet un interesante dossier sobre la misma.

Tengo que reconocer que quizá sea por deformación profesional, pero es una de las exposiciones temporales que más me ha impactado. Me gustó fundamentalmente porque demostraba que un bajo presupuesto (las piezas procedían de museos andaluces y el montaje era sencillo e imaginativo, destinado únicamente a recalcar la fuerza del tema y la idea central propuesta) puede dar lugar, trabajando con ilusión y proponiendo nuevas ideas, a una gran exposición.

Las exposiciones temporales son, aparte de otras muchas cosas, el mejor instrumento de difusión de los museos. Y, en estos tiempos de crisis, no hace falta señalar que no resultan viables los proyectos que supongan grandes esfuerzos presupuestarios. Pero eso no quiere decir que desde la cultura, desde los museos, podamos permanecer impasibles. Si algo nos caracteriza a quienes trabajamos en este sector es la frecuente utilización de la imaginación para suplir las carencias presupuestarias. Y vuelven a demostrarlo los museos andaluces dependientes de la Junta de Andalucía a través del proyecto anunciado por el Consejero de Cultura, Luciano Alonso: los museos viajan (aquí, el anuncio de la Consejería de Cultura; la noticia en la prensa provincial, aquí y aquí).

De la escasa información publicada parece deducirse que se propondrán exposiciones de pequeño o mediano formato que ofrezcan muestras singulares de las colecciones de cada museo en una provincia distinta a la suya. De esta forma, las exposiciones de carácter itinerante tendrían un diseño y una ejecución museográfica única, en gran parte desarrollada desde los propios museos (es decir, sin grandes alardes presupuestarios), y podrían ser aprovechadas en siete ubicaciones diferentes. En cada una de ellas, la exposición cumpliría una doble finalidad: por una parte, difundir la riqueza de los fondos del museo de origen y, como anunciara el Consejero, acercar sus colecciones al mayor número posible de andaluces; por otra, actuar generando un "efecto llamada", atrayendo mediante esta actividad al público para la visita del museo que acoge la muestra.

Con un presupuesto limitado y contando con el trabajo de los técnicos de los diferentes museos de Andalucía se puede conseguir una máxima optimización de los recursos. Porque el mismo montaje puede trasladarse a diferentes ubicaciones y mantenerse en uso durante, pongamos por caso, dos años. Y porque se consigue cumplir con una finalidad social y cultural básica para las instituciones museísticas a la vez que se mantiene su presencia activa en las provincias andaluzas. Es una iniciativa que conlleva mucho trabajo pero que, en definitiva, tiene muy buena pinta. Sí señor.

viernes, 19 de octubre de 2012

Fuensanta García de la Torre en la Fundación PRASA

Con Joaquín Criado y Fuensanta García. Diario Córdoba

No creo haberme equivocado cuando, presentando la otra tarde a Fuensanta García de la Torre en la Fundación PRASA, me refería a ella como una enamorada de su museo. Quienes tenemos la suerte de disfrutar de una profesión que nos apasiona no podemos evitarlo. Como no pudo Fuensanta evitar que notáramos la pasión con la que hablaba del pasado, el presente y el futuro de una institución de la que se convirtió, en 1981, en la primera directora en el último siglo y medio que no pertenece a la familia Romero de Torres.

Naturalmente, Fuensanta habló de Rafael Romero Barros, personaje íntimamente ligado al museo de la Plaza del Potro y a cualquier movimiento cultural presente en Córdoba durante el último tercio del siglo XIX. Y a sus discípulos, entre los que destacaron sus hijos (Julio Romero de Torres, el más conocido, pero no el único importante para la cultura cordobesa), que marcaron la cultura cordobesa hasta bien entrado el siglo XX. Para terminar refiriéndose, sin ahorrar la crítica, a la nefasta etapa final de Rafael Romero de Torres Pellicer al frente del museo.

Tras la jubilación de este último, la etapa de Fuensanta García al frente del Museo se ha caracterizado por la modernización del centro. Y, viendo la evolución histórica del último siglo y medio (pues 150 años se cumplen en 2012 de la instalación del museo en el Convento de la Caridad de la Plaza del Potro), la visión no puede ser más que positiva. Es cierto. Siempre nos quejamos de presupuestos insuficientes, de falta de personal, de instalaciones que requieren mejoras evidentes. Pero el Museo de Bellas Artes de Córdoba tiene hoy poco que ver con ese viejo caserón con cuadros colgados de los años 70 del pasado siglo.

La directora del museo terminó su charla refiriéndose a los proyectos de futuro. Entre los que se encuentra la construcción de una nueva sede, al otro lado del río, pero sin desvincularse totalmente del Casco Histórico. Y no ocultó las dificultades que la actual crisis económica supone para el desarrollo de este proyecto. Aunque, después de haber recorrido sus casi dos siglos de historia, uno sale de la charla de Fuensanta con la clara idea de que el Museo está muy lejos de sus peores momentos. Y es que esta omnipresente crisis está muy lejos de la dureza de otras que la institución -y la sociedad española- ha superado en un pasado no necesariamente tan lejano.


lunes, 15 de octubre de 2012

Museos y desarrollo local: conferencia de Fuensanta García de la Torre

Fuensanta García de la Torre, directora del Museo de Bellas Artes de Córdoba



Ciclo:           Museos y Desarrollo Local. Octubre 2012 – Febrero 2013.     
Título:          El Museo de Bellas Artes de Córdoba: pasado, presente y futuro.
Ponente:      Fuensanta García de la Torre, directora del Museo de Bellas Artes de Córdoba.
Lugar:          Fundación PRASA. Avda. Gran Capitán, 2. Córdoba (4ª planta).
Fecha:          Miércoles 17 de octubre de 2012
Hora:            20 h.
Organiza:     Fundación PRASA – Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba.


El museo de Bellas Artes de Córdoba es una de las instituciones culturales más importantes de la ciudad. Fundado en 1862, tiene su sede en el antiguo Hospital de la Caridad (siglo XV), en la Plaza del Potro. Independientemente de la riqueza de sus colecciones, este museo es una institución crucial para entender la vida cultural cordobesa durante los últimos 150 años.

Muy ligado en sus primeras etapas a la figura de Rafael Romero Barros y a sus hijos, los Romero de Torres, este centro ha tenido una relación muy directa con todos los artistas cordobeses. Y ha contribuido en gran manera a recuperar para la cultura cordobesa una de sus plazas históricas más emblemáticas: la Plaza del Potro, hoy convertida en uno de los centros más atractivos en la oferta de turismo cultural de nuestra ciudad. Además, durante los últimos años este centro ha ido articulando una importante oferta de actividades. Por todo ello, y porque el Museo de Bellas Artes de Córdoba es una institución de todos los cordobeses, de la capital y de la provincia, hemos querido iniciar con él este ciclo dedicado a los centros museísticos de contenido artístico.

Y para hablar del Museo de Bellas Artes de Córdoba, nadie mejor que quien es su directora desde 1981: Fuensanta García de la Torre. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla, ha trabajado en la Academia de Bellas Artes de Roma o en los Museos Vaticanos. Ha impartido un gran número de conferencias y es autora de numerosas publicaciones sobre historia del arte y sobre museología. En el primero de estos campos, durante los últimos años ha realizado importantes contribuciones al estudio de la historia del dibujo español y a la obra de Julio Romero de Torres. En cuanto a las publicaciones sobre museología, son especialmente destacables sus contribuciones en el campo de la conservación preventiva.

Fuensanta es, en definitiva, una reconocida historiadora del arte y museóloga y, por encima de todo, una enamorada de su museo. Del pasado, del presente y del futuro del Museo de Bellas Artes de Córdoba nos hablará, con la pasión que la caracteriza, el próximo miércoles 17 de octubre en la sede de la Fundación PRASA.

Fachada del Hospital de la Caridad, sede del Museo de Bellas Artes.


sábado, 13 de octubre de 2012

Museos y desarrollo local. Ciclo de conferencias 2012-2013

El ciclo se inicia con una charla sobre el Museo de Bellas Artes de Córdoba

El próximo miércoles 17 de octubre (sede de la Fundación PRASA, Córdoba, 20 h.) se inicia un nuevo curso del ciclo de conferencias Museos y desarrollo local, organizado por la Fundación PRASA con la colaboración de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba. Su objetivo continúa siendo el de difundir el importante patrimonio histórico de la provincia de Córdoba y reflexionar sobre la importancia que los museos tienen en el desarrollo cultural, social y también económico de su entorno.

Las cinco conferencias celebradas el curso pasado dentro de este ciclo estuvieron centradas en los museos de carácter arqueológico. Por la sede de la Fundación PRASA pasaron los directores de los museos arqueológicos de Córdoba, Baena, Priego de Córdoba y del Museo PRASA Torrecampo, además del secretario de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba. En esta segunda edición, las charlas se centrarán en museos de contenido no arqueológico.

La conferencia inaugural estará dedicado al Museo de Bellas Artes de Córdoba, una de las instituciones culturales más importantes de nuestra provincia, y será impartida por su directora, Fuensanta García de la Torre el próximo miércoles 17 de octubre.

Continuando con las colecciones artísticas, el 7 de noviembre será José Ortiz García quien presente el Museo Rodríguez Luna de Montoro, y el 12 de diciembre Juan Casado Alcaide hablará sobre la Colección Artística del Convento de Santa Clara de Montilla. Ya en 2013, Francisco Godoy Delgado hablará del Museo del Pastor de Villaralto (23 de enero) y terminaré cerrando yo este nuevo ciclo en febrero con una charla sobre “Córdoba y su provincia: encuentro de culturas”.


Programa completo del ciclo:

17 de octubre. Fuensanta García de la Torre. Directora del Museo de Bellas Artes de Córdoba. El Museo de Bellas Artes de Córdoba: pasado, presente y futuro.

7 de noviembre. José Ortiz García, director del Museo Municipal de Montoro. El Museo Rodríguez Luna de Montoro.

12 de diciembre. Juan Casado Alcaide, coordinador cultural del Ayuntamiento de Montilla. La colección artística del Convento de Santa Clara de Montilla.

23 de enero de 2013. Francisco Godoy Delgado. Director del Museo del Pastor (Villaralto). El Museo del Pastor de Villaralto.

20 de febrero de 2013. Juan Bautista Carpio Dueñas. Director del Museo PRASA Torrecampo. Córdoba y provincia: encuentro de Culturas.

[Todas las conferencias se celebrarán a las 20 h. en la sede de la Fundación PRASA. Avda. Gran Capitán, 2, 4ª planta. Córdoba.]

jueves, 11 de octubre de 2012

Aquí mataron a Julio César

Foto: Antonio Monterroso - CSIC


La lectura de la mediática información del hallazgo del lugar exacto donde, hace 2.056 años, fue asesinado Julio César me ha producido sentimientos encontrados. Y, realmente, no sé hacia dónde se inclina la balanza, si hacia lo positivo o hacia lo negativo.

En el lado positivo, creo que es destacable el hecho de una noticia relacionada con el Patrimonio Histórico, con la arqueología, ocupe un lugar destacado en la prensa. La información ofrecida por el CSIC ha sido reproducida en todos los medios de comunicación nacionales (por ejemplo, y por citar únicamente los principales medios escritos, El País, ABC, El Mundo, o La Vanguardia) y también internacionales (por ejemplo, éste). Y, en la mayoría de ellos, en la sección o bajo la etiqueta de "ciencia".

En segundo lugar, destacaría que se trata de un equipo de investigación español, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) el autor del hallazgo. Y ese "orgullo patrio" va más allá al comprobar que el equipo está coordinado por el arqueólogo cordobés Antonio Monterroso. Una alegría, sin duda alguna.

¿Dónde está entonces, el platillo negativo de la balanza? No en el trabajo de los arqueólogos (llamadme corporativo si queréis) ni en el hecho de que sean muy cercanos (ahora podéis llamarme patriota). La parte negativa está en el hecho de que ya estamos acostumbrados a que sólo sea noticia la arqueología, el Patrimonio Histórico, cuando la prensa puede considerarlo "curioso". No entro a valorar la importancia del resultado concreto de esta investigación. Pero sí creo que la repercusión mediática no está relacionada con que este hallazo tenga más o menos relevancia científica, con el hecho de que nos ofrezca más o menos información sobre nuestro pasado. Más bien responde al atractivo de descubrir los rastros de la sangre que perteneció a uno de los asesinados más literarios de la historia. Romano, "Imperial" y Shakesperiano, ¡cazi ná!

El problema puede estar en nuestro sistema de acceso rápido a la información, de "consumo" de la información. Porque me da la impresión de que cuando vemos titulares referidos a descubrimientos que pueden acabar con un tipo de sida, o que pueden evitar accidentes de tráfico o que pueden contribuir a paliar los efectos de la sequía aquí o más allá, nos estamos perdiendo algo importante. Y sólo accedemos a los aspectos más "prácticos" o a los más "curiosos" de la investigación científica. Al menos en el caso de la arqueología, que yo he seguido un poco más de cerca, es así: sólo es noticia la excavación que detiene el desarrollo urbanístico de la ciudad o el hallazgo que nos permite exclamar ¡qué curioso! o recordar las aventuras de Indiana Jones. Transmitiendo una imagen sesgada y errónea del trabajo de historiadores, arqueólogos, restauradores...

Y al final los platillos de esta balanza quedan equilibrados. ¡Qué bien que un grupo de investigación español, dirigido por un arqueólogo cordobés vea difundido su trabajo de una forma global! Pero no olvidemos que, si Shakespeare se hubiera dedicado a escribir sonetos, posiblemente esta noticia no habría tenido cabida ni en la prensa provincial cordobesa.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Frío


La sensación era de frío absoluto. No porque la temperatura fuera excesivamente baja (al fin y al cabo, estábamos todavía en agosto), sino porque el aire y la llovizna nos golpeaba a la vez los chubasqueros y el alma. Algún tiempo después de la visita, pude leer cómo uno de los supervivientes, el ex-ministro de cultura Jorge Semprún, hablaba del viento glacial del Ettersberg -un viento de una eternidad mortífera, que sopla sin cesar, incluso en primavera-.

He visitado muchos lugares históricos, muchos escenarios de batallas. Desde Alarcos a Waterloo. Pasando, naturalmente, por mi pueblo, Pozoblanco, donde tuvo lugar una de las más largas y cruentas batallas de la Guerra Civil. Y, quizá porque mi formación fue todavía la de aquella licenciatura conjunta de "Geografía, Historia e Historia del Arte", creo que los lugares, los espacios, son algo más que un simple marco, y suelen convertirse en un elemento fundamental para comprender la historia. Por eso había aspectos del holocausto nazi que no llegué a ver claras hasta observar la enorme explanada donde se asentaba el campo de Buchenwald.

Porque Buchenwald es hoy, fundamentalmente, una explanada. Abierto en julio de 1937 en las cercanías de Weimar, este campo acabaría convirtiéndose en el más grande de Alemania. Estuvo destinado en un principio a prisioneros políticos varones, aunque muy pronto comenzarían a llegar también judíos. A pesar de que nunca fue un campo de exterminio, los trabajos forzados y la crueldad en el trato a los prisioneros provocaba una altísima mortalidad, a la que habría que sumar los frecuentes asesinatos selectivos. En 1941 comenzó a ser escenario de tremendos experimentos "médicos". El 11 de abril de 1945, después de que los prisioneros amotinados se hubieran hecho con el control del campo, las tropas americanas liberaron Buchenwald (más información sobre el campo, aquí o aquí).

¿Cómo podía pasar algo así desapercibido? ¿Cómo nadie veía algo tan grande, tan cerca de Weimar? ¿Cómo nadie sabía qué pasaba con los deportados? ¿Y los soldados? ¿Eran todos unos tarados asesinos ? Desde la explanada, sintiendo el viento frío de finales del verano, uno empieza a comprender que los silencios fueron hijos del miedo y del egoísmo. Son los judíos, extranjeros al fin y al cabo, y se los llevan fuera de nuestra tierra, pensarían los vecinos; son peligrosos criminales, los enemigos de la patria, agrupados en este campo especial, pensarían algunos de los soldados. Nadie veía, porque nadie miraba. Y esta es una realidad que yo sólo comprendí enteramente desde la fría explanada de Buchenwald.

Tras salir del campo, el frío seguía acompañándonos. Porque esa sensación no venía del viento, ni de la llovizna, sino de la certeza de que, como afirmara Semprún, "nada garantiza que eso no se reproduzca". Y nos asustamos al mirarnos a nosotros mismos porque quizá nos veamos muy lejos de los asesinos, pero no tanto de quienes miraron para otro lado.