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viernes, 8 de febrero de 2019

Presentación: Pozoblanco bajo las bombas


Mañana sábado, a las 13 horas, estaremos en la Biblioteca Municipal de Pozoblanco para presentar el libro de Juan Aperador "Pozoblanco bajo las bombas". Un trabajo serio, riguroso y necesario. Vaya en primer lugar mi agradecimiento a Juan Aperador y a Rosario Rossi por querer que yo estuviera en el acto. Y por pedirme un prólogo que no sé si os gustará, pero que a mí me ha encantado escribir.

Posiblemente os parezca un poco radical el cambio temático en las últimas entradas: pasar de las leyendas literarias a la dureza de los bombardeos durante la guerra. Aunque hay puntos de conexión, no penséis que no. Porque más allá de la dureza, de la muerte, de lo criminal de los bombardeos indiscriminados contra la población civil, este episodio de La Guerra está, para muchos de los nacidos en Pozoblanco décadas después, envuelto en la bruma de lo legendario. En todas las casas hemos oído hablar de los bombardeos. Hemos escuchado historias de personas que los vivieron, que los sufrieron. Con la atracción que siempre ejerce sobre nosotros el relato de los supervivientes.


Ahora, con la publicación de este libro (que por eso digo que era necesario) por fin podemos ordenar lo escuchado en nuestra infancia, las pequeñas leyendas familiares. Y situarlas justo ahí, por la zona de El Cerro donde caerán algunas de las bombas que vemos sobrevolando la fotografía de portada. No es ningún fotomontaje, sino una nítida promesa de muerte y destrucción.


viernes, 17 de marzo de 2017

Cultura del olivar de sierra en Los Pedroches




Anoche, el gran espacio de acceso al Teatro El Silo de Pozoblanco se quedó pequeño para el numeroso público asistente a la presentación del proyecto Cultura del olivar de sierra en Los Pedroches. Se trata de una obra (libro + documental complementario) salida directamente de la Oficina de Patrimonio Histórico creada por el Ayuntamiento de Pozoblanco (y que espero sinceramente que pronto pueda recuperarse), que durante un año tuvo entre sus cometidos la catalogación de las antiguas molinas dispersas por nuestra sierra. Antonio Carrasco y Juan de la Cruz Cabrera, entonces técnicos de esa oficina, fueron los encargados de poner en marcha un trabajo que contó con la colaboración de Olivarera de Los Pedroches (Olipe).

El trabajo de Antonio y Juan de la Cruz pronto empezó a dar sus frutos, y ellos mismos se encargaron de proponer su difusión pública mediante un libro y una pieza audiovisual. Como indicó en la presentación Juan Antonio Caballero, presidente de Olipe, realizando un trabajo que supera con creces el exigido por un horario de oficina y que, añado yo, se prolongó en el tiempo mucho más de los 12 meses de duración de su contrato laboral.

Antonio y Juan de la Cruz plantearon, con gran acierto en mi opinión, y con una destacable dosis de generosidad, que su catálogo de molinas debía complementarse con textos en los que quienes más saben del tema nos hablaran del pasado, del presente y del futuro de nuestro olivar de sierra, y de su importancia patrimonial para toda nuestra comarca (para Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, que agrupan la mayor parte de la zona de cultivo, pero también para el resto de pueblos de la comarca, que también aportaban su trabajo en numerosas faneguerías).

De esta forma, el libro, dotado de un importante aparato gráfico y con una edición muy cuidada, incluye además del estudio de las antiguas instalaciones industriales de nuestra sierra, una serie de artículos que destacan la importancia del Patrimonio, tanto material como inmaterial, ligado a nuestros olivares.

Los biólogos Pedro López Bravo y Pedro López Nieves se encargan, con la solvencia que caracteriza todos sus trabajos, de introducirnos en el medio físico y natural de la sierra de Los Pedroches. Una primera parte absolutamente necesaria, porque es preciso conocer el espacio para poder comprender nuestra cultura del olivar. Y una introducción a la que sirve de perfecto complemento el texto del escritor Juan Bosco Castilla, reciente ganador del premio Solienses, que nos regala su particular visión del paisaje de La Sierra. Varias veces he comentado en artículos de este blog que, para mí, el espacio y el tiempo son los dos factores esenciales que nos permiten comprender el Patrimonio Histórico. Y, si los dos primeros artículos del libro se dedican al espacio, del tiempo se encarga Matías Sánchez  en su documentada historia del olivar en Los Pedroches. Como podréis imaginar, de lectura obligada.

Antonio García Herruzo (compañero "de fatigas" en tantas horas de archivo y lectura de documentos, enamorado de la historia, de la investigación y de la divulgación) y Tránsito Habas Sánchez (tan enamorada de la sierra, del olivar y del aceite como empeñada en reivindicar la importancia de la mujer en la sociedad y en la historia) son los encargados de continuar introduciendo en sus artículos el duro trabajo de la aceituna. Unos trabajos en los que las mujeres, como destaca Tránsito, siempre han sido parte esencial. Un trabajo duro, sobre todo el de la recolección, que sin embargo dejaba tiempo para la diversión: para cantar y bailar jotas, a las que dedica su artículo el musicólogo Luis Lepe, y a juegos como los que nos presenta (nuevamente) Antonio García Herruzo. Pero no todo es Patrimonio Inmaterial: el arquitecto Antonio Ángel Ballesteros, un verdadero especialista en Patrimonio Arquitectónico, nos ofrece una breve pero intensa panorámica sobre la arquitectura generada por el olivar y el aceite en la Sierra.

Llegados a este punto, resulta necesario conocer cómo se cultiva el olivar en este espacio, y a eso dedican su artículo Jesús Fernández de Castro y Jesús Fernández Habas, dos generaciones de olivareros por vocación. Y, para conocer nuestras molinas, también es conveniente tener una idea general de la evolución de los sistemas de extracción del aceite, base del artículo firmado por el Catedrático de Ingeniería Gráfica de la UCO Francisco Montes.

Llegamos así a la parte central del proyecto, la clasificación, estudio y catálogo de molinas, que se traduce en el textos en 3 artículos firmados por Antonio Carrasco y el catálogo realizado por Antonio y Juan de la Cruz. El modelo cooperativista en Los Pedroches y la historia de las más recientes almazaras de la comarca (Olipe, de Pozoblanco; Nuestra Señora de Luna, de Villanueva; San Antonio Abad, de Obejo; y la desaparecida FISA, también de Pozoblanco) es el tema central de los artículos firmados por Juan Antonio Caballero, Juan Gregorio Nevado, Antonio Alcaide y Juan de la Cruz Cabrera.

El libro termina con artículos de opinión, que intentan dejar abierto el debate sobre nuestra cultura del olivar. El primero de ellos, una mirada hacia el futuro por Jesús Fernández de Castro y Jesús Fernández Habas. El segundo, del presidente de Olipe, Juan Antonio Caballero. El tercero, de Francisco Ochoa López, presidente de la Cooperativa Nuestra Señora de Luna. El libro se cierra con un nuevo artículo de Antonio García Herruzo, esta vez relacionado con el habla del olivar.

J.A. Caballero, R. Rossi, E. Pozuelo, A. Carrasco y J.C. Cabrera, en la presentación de la obra
No puedo negar que sentí un enorme placer al comprobar la aceptación de esta obra durante la presentación de anoche. Se agotaron los ejemplares puestos a la venta,  aunque desde hoy mismo pueden adquirise tanto en librerías como a través de la librería virtual 17 pueblos, al módico precio de 18 €. Y tengo que agradecer que, durante la presentación, todos los intervinientes (Rosario Rossi, concejala de cultura; Emiliano Pozuelo, alcalde de Pozoblanco; Juan Antonio Caballero, presidente de Olipe, y los autores, Antonio y Juan de la Cruz) se acordaran de mí y del trabajo realizado cuando yo era concejal de cultura. Muchas gracias. Aunque, como comentaba con Rossi al finalizar el acto, nuestra labor como responsables políticos sólo ha sido la de facilitar el trabajo de los profesionales (el mío, al poner la semilla y dirigir los primeros pasos de esta criatura; el de Rossi, al culminarlo con todo el cariño que demuestra esta cuidada edición). Ellos, Antonio Carrasco Bautista y Juan de la Cruz Cabrera García-Arévalo, son quienes han coordinado el trabajo, quienes han seleccionado y dado las instrucciones necesarias a ese gran elenco de colaboradores, quienes han contactado con los propietarios, con antiguos trabajadores de almazaras y antiguos aceituneros... Y merecen todas las felicitaciones por hacernos este magnífico regalo y reivindicar la importancia de la cultura del olivar de sierra en Los Pedroches. Gracias, y enhorabuena.

viernes, 24 de febrero de 2017

Entre la Historia y la Leyenda: de nuevo sobre la Virgen de Luna



Cuando, hace unos meses, Rafa me pidió un artículo para el boletín anual de la Cofradía de la Virgen de Luna de Pozoblanco, pensé en volver sobre un tema que me gusta especialmente: la verdad histórica que puede esconderse tras la leyenda que nos cuenta cómo la villa de Pedroche habría perdido sus derechos sobre la imagen, el santuario y el culto. Es verdad que en este caso me repito, ya que había dedicado al tema dos entradas en este blog (1 y 2) e incluso dos pequeños artículos en el semanario La Comarca (1 y 2). Pero como -ya lo he dicho- el tema me parece muy interesante, y el ámbito de difusión de este boletín es diferente, he vuelto a escribir sobre la crecida del arroyo y la formación de los concejos en las antiguas aldeas de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba.

jueves, 7 de julio de 2016

La Plaza (II). Algunas opiniones

Infografías de tres posibilidades en la web municipal
Tras publicar la entrada anterior, dedicada a los proyectos de reforma o demolición del Mercado de Abastos de Pozoblanco, se ha generado un debate que no quería dejar perdido en el oculto abismo de los comentarios. Se me pide mi opinión sobre diferentes asuntos, de forma que he decidido intentar ordenar un poco lo que pienso sobre los proyectos puestos sobre la mesa en esta nueva entrada.

1. "Sin entrar en cuestiones políticas..."

Si no entramos en cuestiones políticas, no debatimos sobre el futuro de este espacio urbano. Porque debatir sobre el futuro de nuestro pueblo es, directa y llanamente, hacer política. Con todas sus letras.

2. ¿No sabes qué opinas sobre el derribo de la plaza?

Manolete, Manolete, si no sabes torear ¿"pa qué" te metes? viene a decirme un comentario anónimo. He intentado explicarlo, pero a ver si consigo dejarlo un poco más claro: desde el momento en el que se trata de un edificio protegido, en un pueblo donde ya nos lo hemos cargado todo... mi opinión inicial es que habría que conservar La Plaza. Pero sé que es necesario hacer un estudio en profundidad antes de tomar una decisión, y de ahí que, sin tener toda la información, prefiera no decantarme radicalmente por la solución final. Aunque sé que gente con bastante menos idea (no por inteligencia, sino por una simple cuestión profesional) opina alegremente en la encuesta municipal.

Pongo un ejemplo: comenta Juan Andrés Molinero en La Comarca que el arquitecto Rafael de la Hoz intervino en el diseño del edificio. Un dato interesante, sin duda. Porque no tenemos muchos edificios "firmados" en Pozoblanco, y porque estamos ante uno de los arquitectos modernos que más edificios tiene catalogados por su valor artístico. Formado en Madrid y en el prestigioso MIT norteamericano en los años 50 del siglo XX, Rafael de la Hoz tiene entre otros premios la Medalla de Oro de Arquitectura o el Premio Nacional de Arquitectura. En los años 70 fue Director General de Arquitectura, impulsando desde ese cargo la redacción de las primeras Normas Técnicas de la Construcción. Y en los años 80 presidió la Unión Internacional de Arquitectos. En principio, pienso que el mercado de Pozoblanco debió de ser una obra menor, de esas "alimenticias" (que dan de comer a su autor) proyectada en su estudio cordobés. Pero me gustaría contar con un estudio que avalara esta teoría porque ¿y si resulta que La Plaza tiene interés dentro de la obra de uno de los arquitectos internacionales más importantes del siglo XX?

Resumiendo: creo que no es oportuno el derribo, que se debe mantener la protección. Y además, que estamos ante un rectángulo con múltiples posibilidades de reordenación interna respetando su actual nivel de protección. Un espacio muy versátil, una "Plaza" cubierta, en lugar de al aire libre (¿de verdad que nadie ha pensado en esto?) Pero estoy dispuesto a dejarme convencer, siempre primero con los informes técnicos adecuados y después con argumentos de peso.

3. ¿Cambiar "La Plaza" por "una plaza" mejorará el futuro de Pozoblanco?

El comentarista anónimo está completamente seguro. Yo no. No creo que una plaza abierta, en el lugar donde está, facilite el desarrollo de la zona. Creo que el centro comercial de Pozoblanco hay que potenciarlo, para evitar que todo el desarrollo se vaya al extrarradio norte. Durante décadas hemos fallado en el diseño de futuro para el urbanismo de Pozoblanco, colocando todos los polos de atracción urbana en el norte. Y ha surtido efecto: el pueblo se va hacia el norte. Por eso creo que hay que actuar en toda la zona sur, la más degradada, empezando por la revitalización del centro. Si cambiamos el actual mercado por un edificio más moderno, podemos convertirlo en un centro de atracción comercial. Y empezar a recuperar el eje Mercado - Calle Real - Calle del Toro que conecta con el nuevo foco comercial del norte. Impidiendo la degradación del centro urbano.

Creo que si sustituimos la dedicación comercial de este espacio por... ¿una zona verde?, por una plaza abierta, habremos perdido la oportunidad de empezar a trabajar por el reequilibrio urbano. Perdida su condición comercial y con unos edificios envejecidos, con los problemas de circulación inherentes a un casco histórico pero sin las ventajas de tranquilidad, de belleza... ¿quién va a querer  vivir en este barrio? Creo que es algo que tendríamos que meditar, que debatir... Pero en cualquier caso me niego a admitir sin posibilidad de réplica que la apertura de una plaza abierta en La Plaza vaya a mejorar el centro urbano. No me lo creo.

4. ¿Y el aparcamiento?

El proyecto de derribo del Mercado acaba con su función comercial. Porque ese pequeño "testigo" no sería otra cosa que una concesión a desgana... sin ningún futuro. El comercio atrae al comercio, y dejar un reducido mercado no solucionará, sino que ahondará aún más el problema de falta de clientes del actual. Y, terminada su función comercial, contaremos por fin con un gran aparcamiento. Independientemente de la oportunidad o no de excavar rompiendo un gran bloque de granito para hacerlo posible ¿para qué queremos aparcar donde no hay nada que hacer? Me dicen que lo podremos aprovechar los vecinos. Bien, pagamos entre todos y a mí no me vendría mal tener aparcamiento frente a mi casa, así es que por intereses personales me voy a callar.

5. La necesidad de una reforma integral

Dice el comentarista anónimo: "Cualquier actuación urbanística funciona por vasos comunicantes y si se plantea actuar en una zona concreta, se debe estudiar su impacto no solo en dicha zona, sino también en aquellas conectadas". Y yo estoy totalmente de acuerdo. Aunque no veo ni rastro de esas actuaciones en el centro. En Córdoba, las peatonalizaciones en el centro comercial siguen avanzando. Tras las protestas generadas por las primeras, ahora nadie parece levantar la voz ante la peatonalización de Capitulares, de la zona del Ayuntamiento. Para entendernos, como si en Pozoblanco fuera peatonal la calle del Toro, ahora planteáramos peatonalizar la zona del Mercado para, finalmente, cerrar al tráfico el área del Ayuntamiento y calle Real. No me miréis con esa cara, que es lo que están terminando de hacer en Córdoba. Con un proyecto claro (ojo, y diseñado y ejecutado por gobiernos de muy distinto signo político).

Y no me vale decir que una vez decidido el modelo del Mercado pasaremos a ver su incidencia en el resto del pueblo. Porque yo creo que hay que actuar en el Mercado para conseguir una serie de mejoras en el conjunto del pueblo. El objetivo, para mí, no es el Mercado (ni el área comercial, ni la supuesta plaza), sino la revitalización del centro urbano y la recuperación de un eje histórico que comunicaba norte y sur. Y, pensando así, creo que esto es previo a cualquier discusión sobre las obras a realizar en La Plaza.

6. La conservación mal entendida del Patrimonio Histórico...

En todo el debate se puede observar una línea argumental clara por parte de "anónimo": el fin, que no es otro que la apertura de la plaza pública (ya he dicho que no coincido en esto tampoco), justifica los medios, aunque estos consistan en el derribo de un edificio protegido. El patrimonio no puede lastrar nuestro futuro... ¡Cuántas veces habré oído yo esto en Córdoba refiriéndose a los restos arqueológicos! Y dicho por los mismos que luego presumen compartiendo en facebook imágenes alucinantes de la Mezquita o de Medina Azahara. Ay, señor, señor.

En un comentario anterior, yo lanzaba una pregunta sobre esto: La teoría de que "no podemos parar el progreso" que se deduce de tus palabras ¿servía también para el Partenón? ¿O para ese puente romano de Córdoba que tanto ha estorbado? Y añadía después: Si existe un nivel de protección para un elemento del Patrimonio Histórico, hay que aplicar la normativa que afecta a ese nivel de protección, sin diferenciar si estamos ante un templo romano o una trinchera de la Guerra Civil. Lo contrario, valorar "lo antiguo" nos ha llevado a donde estamos, a un pueblo en el que tenemos poco que conservar, porque ya nos lo hemos cepillado todo. Con mal gusto, además, como puede demostrarse con un simple paseo por Pozoblanco.

7. Profesionales... en la barra de la taberna.

Lo que defendía en la anterior entrada era, por encima de todo, que el fin no justifica los medios, y que los profesionales del Patrimonio Histórico no deberían ser ninguneados cuando se trata de definir qué valores artísticos o históricos tiene un determinado elemento protegido. Pese a haberlo repetido varias veces, parece que no se quiere entender cuál es mi postura, y por eso la repito: si uno tiene una avería y llama a un fontanero, luego le paga y conserva una factura donde consta el nombre y el CIF de la empresa; si uno quiere un informe sobre la capacidad de su instalación eléctrica, llama a un instalador titulado, y luego le paga el informe que éste ha firmado con su nombre. Si uno quiere un informe sobre la estabilidad o capacidad de carga de una estructura, llama a un arquitecto que le firma (con su nombre, DNI y todos los datos necesarios) y, por supuesto, le paga. Y en la firma y el pago está implícita la garantía y la responsabilidad del firmante. Todo claro como el agua.

Ahora bien, si queremos saber si el edificio de "La Plaza" tiene unos valores históricos o artísticos que sean dignos de conservación... pedimos opiniones a historiadores, historiadores del arte (supongo que especialistas en "ordenación del territorio" o geografía urbana no se les habrá ocurrido) y luego aplicamos como veamos lo que nos han dicho de palabra. ¿No es raro esto? A esto me refiero cuando hablo de "arreglar el mundo en la barra del bar". Señores, esto no es que no valga, es que no es serio. Es una vergüenza que alguien pueda pensar que esto puede funcionar así. Lo que yo opino desde este blog no tiene ninguna validez. Porque si la tuviera, yo tendría que asumir mi responsabilidad. Y no firmaría estas opiniones sin haber estudiado con detalle qué lugar ocupa La Plaza entre los proyectos de Rafael de la Hoz, por ejemplo. Que los informes de los historiadores salen de horas de trabajo.

Y no es que no se encuentre a los profesionales adecuados para la redacción de esos informes. Es que no se buscan. Se me ocurre, para ello, que se puede acudir al Colegio Oficial, y pedir información sobre aquellos colegiados que estén de alta en Actividades Económicas con el código correspondiente a "Actividades de museos y conservación de lugares y edificios históricos". Y revisar también las empresas que ofrecen estos servicios. O recurrir a la Universidad: la UCO ofrece un máster con el título de "Gestión del Patrimonio Histórico desde el Municipio" que, digo yo, igual tiene algo que ver con problemas como éste...  Además de contar con Departamentos de Historia del Arte o de "Geografía y ciencias del Territorio". Que os aseguro que también en estas profesiones hay gentes a las que les gustaría asegurarse sus tres comidas al día.

8. Los procedimientos y los tiempos.

Repito lo dicho antes:

¿Se puede plantear tirar "La Plaza" para hacer "una plaza"? Por supuesto que se puede plantear (ahí estoy de acuerdo contigo, hay que estudiar todas las opciones antes de decidir). Pero requeriría hacerlo de forma correcta, siguiendo los pasos adecuados:
1. Estudiar si es posible y conveniente levantar la protección del edificio. No por encuesta, sino con técnicos competentes y tomando las decisiones por los organismos y según los procedimientos legalmente establecidos.
2. Una vez levantada la protección (en caso de que así sea), se pregunta a la ciudadanía si quieren tirar el edificio o reformarlo.

Luego añadía que, en cualquier caso, no es algo que pueda hacerse en poco tiempo, que no tendríamos resultados en esta legislatura de prosperar la idea de derribar el edificio. Y no es una opinión política. Es que, según tengo entendido, la eliminación del nivel de protección requiere los mismos mecanismos y procedimientos que conllevó su aprobación (PGOU). O sea, informes de diferentes instituciones, plazos y estudios... Varios años.

jueves, 30 de junio de 2016

"La Plaza". El Mercado de Abastos de Pozoblanco


Nací enfrente de "La Plaza". Porque en Pozoblanco nadie iba a comprar al Mercado, sino a La Plaza. Mi calle, la que rodea este edificio, nunca ha tenido nada de plaza, pero se llamaba "Plaza". Primero, "de José Solís", para cambiar su nombre, tras eliminar a ministros franquistas del callejero, por la actual denominación de "Plaza del Mercado". Quizá porque en Pozoblanco nunca tuvimos una plaza digna de ese nombre.

"La Plaza" fue el indiscutible centro comercial de la comarca de Los Pedroches durante décadas. Y al igual que en tiempos podía utilizarse como símbolo del auge comercial de Pozoblanco, desde hace ya años ejemplifica perfectamente la crisis del comercio tarugo, especialmente en el centro histórico. Lo que hay, va irremediablemente hacia el norte, hacia "La Salchi". La especulación urbanística, que también existe en nuestros pueblos, tiene mucho que ver con estos cambios.

Ante esta situación, caben dos soluciones: aceptar la evolución, y dejar que el centro muera poco a poco en beneficio de los nuevos barrios comerciales y residenciales, o actuar para revitalizar el centro. En mi caso, opto claramente por la segunda opción. Por eso durante la legislatura en la que he sido concejal en el Ayuntamiento de Pozoblanco, nuestro grupo apostó por la reforma del Mercado de Abastos y la paulatina peatonalización del centro urbano. Para revitalizar una tradicional arteria comercial que, desde "La Plaza", subía por la "Calle del Toro". Llegando, justo, hasta donde hoy comienza el verdadero centro comercial de Pozoblanco. Por esta misma razón me he mostrado muy crítico con la pretensión del actual gobierno de Pozoblanco (PE+, que es un grupo "independiente" liderado por el actual alcalde, que ya llevaba 14 años como concejal cuando se presentó a las elecciones con una "agrupación de electores", aliado con el PP) de permitir la instalación de una gran superficie comercial al norte de la población.

Ejemplos de planificación urbanística para revitalizar el centro hay muchos. Los que yo conozco pasan todos por la creación de áreas de preferencia peatonal. La propia configuración de nuestras ciudades y pueblos así parece exigirlo: el centro de calles estrechas y enrevesadas para el peatón, las modernas afueras con sus avenidas para los coches. ¿Por qué, entonces, pensar en un enorme aparcamiento subterráneo en La Plaza, derribando un edificio protegido para intensificar el tráfico por el centro?

Ya he reconocido que estamos hablando de un espacio que siento muy cercano. Y tengo que reconocer también que el absoluto desprecio por el Patrimonio Histórico que se deduce del planteamiento de una encuesta realizada por el ayuntamiento de Pozoblanco, y que destaca un buen artículo de Solienses, me toca en lo profesional. Por eso, no puedo callarme algunas opiniones.

1. El gran y necesario aparcamiento. Sería necesario si quisiéramos que pasaran por La Plaza muchos coches pero ¿eso es lo que queremos? En mi opinión, bastaría con un aparcamiento más reducido, que permitiera cargar la compra en el coche. Y, por supuesto, no tendría por qué ser subterráneo (para hacerlo tenemos que romper un enorme bloque de granito). ¿No podemos hacer en el centro aparcamientos en altura? En mi época de concejal, esta pregunta nunca fue contestada, pero tanto técnicos como políticos la rechazaban inmediatamente como inviable. No sé por qué.

2. Revitalizar el centro comercial histórico con aparcamientos, apostando por los coches. Bien. Es una opinión, tan válida como la mía (que es la contraria). Pero quien la defienda, por favor, que dé la cara, que nos explique los pros y los contras.

3. La encuesta. Ahí me han tocado, la verdad. ¿Harán una encuesta para decidir qué tipo de bisturí utilizarán los cirujanos en el Hospital de Los Pedroches? ¿O para decidir qué dimensiones tienen que tener los pilares que soporten el nuevo edificio de La Plaza? Es decir: sólo gentes que muestren un desprecio absoluto por la conservación del Patrimonio Histórico pueden trasladar a una encuesta la eliminación de la protección del edificio.


Remodelación integral del mercado con la protección estructural que a día de hoy tiene y que implica dejar toda la fachada exterior igual que está. Inversión aproximada: 2,4 millones de Euros.

Eliminar la protección estructural existente y recuperar un espacio público para la ciudadanía. Esa recuperación conllevaría utilizar todo el espacio para la construcción de aparcamientos subterráneos en toda la superficie de la plaza del mercado y en superficie un mercado adaptado a las necesidades de hoy en día y el resto de espacio sería una plaza pública abierta. Inversión aproximada: un 30% más que la Opción 1.

Por otra parte, a la opción 2 sólo le falta añadir una frase final: "Que es la opción más buena y más mejor de todas".

4. El Patrimonio Histórico. Varias veces he dicho por aquí qué entiendo por Patrimonio Histórico. Unas ideas que un anónimo comentarista en Solienses puede echar por tierra con todo el peso de "su cultura": "La casa de mis abuelos tenia más de cien años, la tiré, la hice nueva, y no paso nada, bueno si paso una cosa, que la calle quedó más bonita."

5. Los profesionales del Patrimonio Histórico. Se va a decidir si se elimina la protección al edificio del Mercado sin estudios de sus valores patrimoniales y sin intervención alguna de historiadores, historiadores del arte, urbanistas... Podría haber ayudado el estudio y la búsqueda de asesoramiento por parte de una oficina de Patrimonio Histórico que ya no funciona en nuestro Ayuntamiento (si has leído hasta aquí, te podrás hacer una idea de por qué la han eliminado). Pero no. Proteger o no este edificio se va a hacer ¡Por votación popular! Sólo puedo responder a voz en grito "¡Olé! ¡Coño!".

[¿Qué pienso yo? No tengo totalmente claro si es necesario conservar o no este edificio, porque necesitaría recoger más información, y más opiniones técnicas de historiadores, de historiadores del arte, de especialistas en urbanismo... Lo que sí tengo claro es que si yo, que por mi profesión tengo una cierta capacidad de análisis, no puedo definir en este momento mi postura, someter la decisión a una encuesta defendiendo que así se fomenta la participación ciudadana es una auténtica barbaridad.]


martes, 21 de julio de 2015

El archivo municipal de Pozoblanco



Reproduzco el texto que publiqué en la sección dedicada al Patrimonio Histórico de Los Pedroches del semanario "La Comarca" el pasado 11 de julio, sobre el Archivo Municipal de Pozoblanco.


Aunque es una fuente de datos fundamental para reconstruir nuestra historia, el hecho de que los objetos que custodia no tengan un especial atractivo artístico hace que muchas veces olvidemos que los Archivos son una parte esencial de nuestro Patrimonio Histórico. Pero estos verdaderos depósitos de la memoria colectiva no siempre reciben la atención que merecen. Los documentos que a duras penas conservan son de una extrema fragilidad. La humedad, los ataques de insectos, la luz, la oxidación de las tintas, la escasa calidad de algunos soportes (papel) y la inadecuada manipulación por investigadores o por el propio personal hacen que muchos de ellos sufran un proceso de deterioro que, sin la debida atención, puede acabar con ellos. Y su pérdida supone el olvido eterno de 1.000 años de nuestra historia.
¿Por qué se les presta tan poca atención, si su importancia es tan grande? Por desgracia, porque de igual forma que muy pocas personas –a veces nadie- saben en qué condiciones está el archivo municipal más cercano, muy pocas personas –acaso niguna- valorarán que se destine un trabajo y unos recursos de todos a mantener estos viejos papeles polvorientos. Todos vemos la restauración de una fachada; muchos valoramos la conservación de elementos muebles como piezas de museo; pero muy pocos son conscientes de la necesidad de hacer un esfuerzo por la conservación, ordenación y difusión de nuestro Patrimonio Documental. Por eso quiero escribir hoy sobre uno de estos depósitos de nuestra historia: el Archivo Histórico Municipal de Pozoblanco.
Ubicado en la segunda planta del Ayuntamiento, este archivo se ha ido formando durante los últimos cinco siglos con la documentación generada o recibida por la propia institución municipal. De esta forma, el estudio de su contenido nos ofrece una visión muy completa sobre el propio funcionamiento del Ayuntamiento a través de los siglos, pero también sobre la evolución del urbanismo en el municipio, de la ordenación del término municipal o de la vida económica, social y cultural.
El archivo está formado por más de 7.000 cajas, estando fechado el documento municipal más antiguo conservado en el año 1579. Y este fondo está en constante crecimiento, ya que en el archivo histórico deben ingresar aquellos documentos de la administración local que hayan perdido su valor administrativo.
Además de este fondo municipal, este archivo también conserva en depósito una interesante serie de Protocolos Notariales, es decir, libros de registro de las escrituras redactadas por escribanos y notarios, con una cronología que va desde fines del siglo XVI hasta mediados del siglo XX. En más de un millar de legajos se contiene una información de gran interés para el estudio de la evolución social y económica de Pozoblanco, Villanueva de Córdoba, Añora, Dos Torres, Villanueva del Duque, Pedroche y Torrecampo. En el caso de Pozoblanco, los protocolos más antiguos arrancan en el año 1580, y forman una serie muy completa desde fines del siglo XVI hasta mediados del XX.
Como elementos de nuestro Patrimonio Histórico, estamos obligados a velar por la conservación de estos documentos para transmitirlos a las generaciones futuras. En el caso del archivo de Pozoblanco, cuenta con unas instalaciones recientemente renovadas, que incluyen un sistema de control climático para evitar las temidas oscilaciones de temperatura y humedad relativa, una de las principales causas de deterioro de los documentos. Pero no debemos olvidar que los soportes de esa documentación son frágiles y se deterioran fácilmente con la simple manipulación. Por eso, es importante que los archivos estén correctamente ordenados, para que sólo toquemos los documentos que realmente buscamos. E igual de importante es que quien manipule los documentos tenga la formación y la sensibilidad necesaria. Que sea consciente, en suma, de que trabaja con elementos frágiles e irreemplazables de nuestro Patrimonio Histórico.
Mientras menos se toquen, menos se deteriorarán los documentos. Esta máxima, que en general es aplicable a la mayor parte de los elementos materiales de nuestro Patrimonio Histórico, llevó durante mucho tiempo a restringir la consulta a muchos fondos documentales. Pero si no podemos consultarlos ¿para qué queremos conservar los documentos? O, dicho de otra forma, es necesario asegurar la accesibilidad a los archivos para poner este Patrimonio Histórico al servicio de la sociedad.
Para conjugar conservación y accesibilidad, una de las fórmulas más utilizadas es la reproducción de las principales series documentales, evitando así el continuo manejo de los originales. En el Archivo Municipal de Pozoblanco se reprodujeron hace unos años mediante microfilmado parte de los libros de Actas Capitulares. En la actualidad se está procediendo a la digitalización de estos microfilms para, a la vez que se hace más fácil la consulta, permitir también una mayor difusión de los fondos del archivo. Paralelamente, un grupo de investigadores coordinado por el profesor José Luis González Peralbo está trabajando en la digitalización de los Protocolos Notariales.

Abierto al público, servido por personal cualificado, con un sistema ágil de atención a ciudadanos e investigadores, con procesos de digitalización de las colecciones en marcha, con un proyecto de difusión de los fondos a través de la web… Es mucho el trabajo que aún queda por realizar, pero creo que por fin algunos de nuestros archivos municipales se encuentran en el buen camino. Un camino que inició hace unos años el Archivo Municipal de Torrecampo y que, con mayor o menor intensidad, han ido siguiendo otros pueblos, como Pozoblanco. Es hora de que nos detengamos un momento a echar un vistazo a las diferentes webs municipales para ver qué atención prestan los municipios a nuestro Patrimonio Documental. Porque no debemos permitir la desaparición de nuestra Historia.


domingo, 15 de junio de 2014

La bomba. Sobre metodología de la historia.

La bomba. Foto: ABC

He oído esta historia cientos de veces. Después de un rato buceando en mi ordenador, la he encontrado en la transcripción de unas cintas que grabé a mi padre hace ya más de una década. Entre ellas, la referencia que buscaba sobre un bombardeo en la zona trasera de la Estación de Ferrocarril de Pozoblanco.

Un día, estábamos por la Estación, pasó una avioneta y ¡no tiró bombas! Había allí una nave grande que era donde estaban las máquinas del tren. Cayeron montones de bombas en el tejado. Eran bombas chiquitillas, pero muchas. Nosotros, allí echados al lado de una pared, y las bombas cayendo al otro lado de la pared. Estaba por allí un miliciano con un fusil, y le dijimos, 'pero pégale un tiro, hombre', y dice 'bueno, pues eso podríamos hacer...'
Luego, en el centro del pueblo decían 'pues han pasado, pero no han bombardeado, no han bombardeado'. No, ¡total ná!.

El martes 13 de mayo de 2014, al comienzo de unas obras destinadas a la ampliación del IES Antonio María Calero de Pozoblanco, fue encontrada una bomba de la Guerra Civil, que al día siguiente sería retirada para su desactivación por los artificieros de la Guardia Civil.

Se trata de dos fuentes de información muy interesantes sobre los cruentos bombardeos de Pozoblanco durante la Guerra Civil, la primera de las denominadas "fuentes orales" y la segunda de tipo material. Con ellas, unidas a las fuentes textuales (documentos de archivo, fotografías, prensa histórica, etc.), los historiadores van ofreciéndonos una reconstrucción del pasado cada vez más certera. La labor del historiador consiste en reconstruir el pasado a través del estudio crítico de las fuentes documentales. Sin análisis crítico, su trabajo sería fallido.

El historiador debe conocer las ventajas e inconvenientes que ofrece cada una de sus fuentes de información y analizarlas críticamente y con una metodología científica. Tendemos a pensar que los documentos de archivo son totalmente objetivos. Pero no debemos olvidar que responden al interes (económico, político, social o de cualquier otro tipo) de las instituciones o personas que los redactaron. Por ejemplo, una norma de comienzos del siglo XVI que prohíbe la apertura de las tabernas los domingos antes de misa nos informa de una intención de la institución redactora, pero no de una costumbre social. Es más: la redacción de esa norma no sólo no nos permite afirmar que se cumpliera, sino que más bien nos indica que al menos antes de ese momento era habitual que las tabernas estuvieran abiertas, y con público, también las mañanas de los domingos.

Más recelos ha despertado siempre el recurso a los relatos orales, como el que sirve para iniciar esta entrada. Desde el punto de vista del historiador presentan dos problemas esenciales: por una parte, la posible falta de objetividad de quien narra la historia; por otra, la fragilidad de la memoria, que puede aumentar esa subjetividad. Sin embargo, en el platillo contrario de la balanza debemos colocar los beneficios de unas fuentes de información que recogen aspectos raramente reflejados en las fuentes escritas, y que nos permiten contextualizar y conocer detalles que de otra forma pasarían definitivamente al olvido.

Por último, también las fuentes materiales tienen ventajas e inconvenientes. Naturalmente, resultan imprescindibles para el estudio de aquellos periodos anteriores a la generalización de la escritura. Durante los últimos años, también se ha extendido su uso en períodos más recientes y, tras el auge de la arqueología medieval, hoy se multiplican los estudios de "arqueología industrial". Sin duda, la riqueza de información que nos ofrece para el siglo XX es menor a la que podemos obtener de fuentes textuales u orales. Pero destaca, por el contrario, su enorme capacidad evocadora.

Por más que nos ofrezca una información indudablemente más pobre, no podemos negar que la aparición de la bomba en las obras del instituto tiene en nosotros un enorme poder evocador. Mayor a los relatos de nuestros mayores que, como en el de mi padre, nos ofrecen muchos más detalles. Y también mayor a los documentados relatos de historiadores, como el que realiza sobre estos bombardeos Francisco Moreno Gómez en "Trincheras de la República, 1937-1939". Incluso en estos días podemos sorprendernos al ver cómo quienes desprecian el valor de la memoria e incluso el de estudios históricos bien documentados, desde posturas negacionistas fuertemente ideologizadas y completamente acientíficas, se rinden ante la evidencia de lo material y, a la vista de los restos de esta antigua bomba, reconocen que Pozoblanco fue duramente bombardeado por las fuerzas sublevadas, por los fascistas.

Como si la bomba fuera más verdad que el recuerdo de mi padre o el estudio científico (que incluso utiliza fotografías aéreas de los bombardeos tomadas desde los propios aviones). Y es que la prueba material parece menos manipulable. Pero sólo lo parece. Porque ni siquiera podemos estar seguros de que se haya encontrado en el lugar en que cayó. ¿Quién nos dice que ese elemento no viajó entre el material de relleno utilizado hace años (pero no tantos) para allanar esos terrenos? Al menos, eso me han comentado que pudo suceder en este caso.

Reconozco que me ha emocionado el asunto de la aparición de la bomba. Pero sigo prefiriendo el relato sobre aquellos dos niños, mi padre y su hermano Nicéforo, que quién sabe qué estarían haciendo en la zona de la estación mientras la aviación fascista lanzaba sus bombas. Se lo preguntaré a los dos, aunque posiblemente de eso no se acuerden del todo.
 
[los restos materiales más importantes de la llamada "batalla de Pozoblanco" quizá sean los refugios de la guerra civil parcialmente conservados en el casco urbano. Sobre el objetivo de estos bombardeos, sin duda fueron las comunicaciones por ferrocarril organizadas desde la antigua estación de Pozoblanco]

jueves, 7 de marzo de 2013

Diálogos con la cultura: Pozoblanco

Pinchar para acceder al programa completo de Reflejos

El próximo fin de semana, la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba y sus zonas aledañas se llenarán con los reflejos de Pozoblanco. Se trata de un programa cultural y de promoción de los pueblos que, impulsado por la UCO (y especialmente por Eulalio Fernández, decano de la Facultad de Letras), la asociación de vecinos y la de empresarios de la judería, pretende tanto diversificar la oferta turística en el Casco Histórico de Córdoba como promocionar en la capital los principales valores culturales, patrimoniales y turísticos de los pueblos de la provincia. En mi opinión, una iniciativa magnífica.

El programa de actos es muy variado, inciándose el viernes día 8 de marzo con una nueva edición de los "Diálogos con la cultura" que periódicamente organiza la UCO y que en esta ocasión estarán dedicados a los proyectos culturales de Pozoblanco. No caben, evidentemente, todas las actividades culturales que, tanto organizadas desde la concejalía como desde las activas asociaciones locales, tienen lugar en Pozoblanco. Por ello, se han escogido cuatro proyectos señeros, que serán los que se difundan en esta ocasión.

No cabe ninguna duda de que la edición de las Obras Completas de Juan Ginés de Sepúlveda (de la que ya he hablado en alguna ocasión anterior) es un proyecto de una gran envergadura. Sepúlveda es uno de los hijos más ilustres de Pozoblanco, y uno de los intelectuales más destacados del Renacimiento español, y esta edición está destinada a convertirse en una referencia imprescindible durante las próximas décadas. Para presentar el proyecto, que se encuentra en su recta final tras haberse ampliado en su fase final con dos nuevos volúmenes, contaremos con el coordinador general de la obra, Prof. Dr. Emilio Cabrera Muñoz, catedrático de Historia Medieval (emérito desde su reciente jubilación) de la Universidad de Córdoba.

Durante el mes de julio se celebran en Pozoblanco dos festivales con una gran proyección. Este año tendrá lugar la 25 edición del Folk-Pozoblanco, organizado en colaboración con el grupo Aliara. La cabeza visible del festival es José María Sánchez, que estará con nosotros el viernes en Córdoba para hablar de la importancia de esta imprescindible cita con la música tradicional de Los Pedroches. De creación más reciente, pero con una gran proyección, es el festival de jóvenes artistas emergentes andaluces Periscopia. La gestión artística está encomendada al colectivo cultural La Casa de los Monos, cuyo director, Manuel Marín, nos hablará sobre esta interesante propuesta.

Por último, Angélica Cabello, directora de la Biblioteca Pública Municipal de Pozoblanco explicará la importancia del programa de animación a la lectura Pozoblanco Lee y de su actividad más destacada: el Salón del Libro, que fue galardonado en su anterior edición con el prestigioso premio María Moliner del Ministerio de Cultura.

Abusando del tópico, puedo decir que en esta ocasión no están todos los que son, pero sí son referentes culturales de gran importancia en Pozoblanco y la comarca de Los Pedroches quienes estarán a partir de las 11 horas en la Facultad de Filosofía y Letras.

sábado, 2 de febrero de 2013

Aurelio Teno (1927-2013)

Foto: cabecera de la web de Aurelio Teno

Esta mañana hemos acudido a Villaharta a dar el último adiós a Aurelio Teno, que ayer fallecía a los 85 años. Al acto han asistido representantes del Ayuntamiento de Villaharta, de Villanueva del Duque (su localidad natal) y del equipo de gobierno de Pozoblanco (el lugar que eligió como última residencia), además del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba, el Museo de Bellas Artes de Córdoba y otras instituciones representativas de la cultura cordobesa.

Nos deja uno de los mayores artistas que ha dado esta dura tierra del norte cordobés. Aunque nos ha legado en herencia una obra que contiene una parte importante de la esencia, del alma de Los Pedroches. De él se han dicho muchas cosas, se ha escrito mucho, pero hoy sólo quiero destacar algunas frases sueltas extraídas de los artículos periodísticos que recogen la noticia de su muerte.

"Muere Aurelio Teno, el escultor universal que dio a Don Quijote acento de Los Pedroches". J.J. Madueño en ABC.

"Su fallecimiento ha significado la pérdida de uno de los escultores cordobeses de mayor proyección internacional". Miguel Clementson en Diario Córdoba.

"(...) hombre arrollador y sorprendente hasta el final, rebelde y libre como los Quijotes que dejó sembrados por medio mundo durante décadas de genialidad". Rosa Luque en Diario Córdoba.

"El artista se basó en el expresionismo, esculpió un mundo fantasioso donde tenían cabida elementos y fauna de la naturaleza, temática religiosa e incluso taurina, como el monumento de "La gran corná", en la plaza de toros de Pozoblanco". El Diario Vasco.

"En junio del 76 le vimos en el No-Do y en los periódicos con los Reyes de España inaugurando en Washington su monumento al Quijote, con el que le había ganado un pulso artístico al mismísimo Dalí". Francisco Solano Márquez en Diario Córdoba.

"(...) la vida de este vigoroso escultor tenía algo de biografía de un apátrida que al final encontró su patria en los parajes agrestes del monasterio de Pedrique". Félix Ruiz Cardador en El Día de Córdoba.

"En sus años más prolíficos, expuso en el Ateneo de Madrid y en ciudades de medio mundo como París, Nueva York, Copenhague o Rabat" (EFE . agencias) Canal Sur - El diario.es - El País.

"Aurelio Teno es noticia permanente en el mundo del arte con sus exposiciones en Copenhague, Paris, New York, Rabat y San Luis (Missouri). En 1976, el arte de Aurelio Teno alcanza su más alta dimensión al dedicarse a la escultura monumental". Solienses.

"Esta asimilación de naturaleza y viejas civilizaciones, transustanciada en el universo trágico de Teno, desembocará en una figuración donde la roca liberada de su quietismo arde en llama inextinguible y perpetua". Pablo García Baena en Diario Córdoba.

"Difusor de técnicas avanzadas de diseño e investigación artística, Teno moldeó materiales que nadie quería con formas que nadie imaginaba". Emilio Gómez en El Día de Córdoba.

"Místico y atormentado, entre el histrionismo, lo sagrado y la amargura, la vida lo colmó de triunfos y reveses, de amor y desengaños". Juana Castro en Diario Córdoba.

"Ha muerto y vuelve al contacto con la tierra, con el metal, con la arcilla, con la madera, con los elementos que moldeó mil veces desde que tomara contacto con el arte en el taller de Amadeo Ruiz Olmos". Francisco J. Domínguez en El Día de Córdoba.

"Aurelio Teno fue un artista profundamente ligado a Pozoblanco tanto por su museo en Pedrique como por las varias esculturas situadas en la localidad, como “La gran corná”, en la Ronda Plaza de Toros, o “El gallo de Pedrique”, situado en el Parque que lleva su nombre". Ayuntamiento de Pozoblanco.

Descanse en paz.

Aurelio Teno, en la portada de Diario Córdoba


martes, 25 de septiembre de 2012

Leyendas e historia: sobre la Virgen de Luna - y II.

Dehesa de la Jara. Foto: MTB - Los Pedroches.
[Viene de la entrada anterior]

Si es cierto que Pedroche perdió sus derechos en torno a la Virgen de Luna en algún momento, este hecho debió de producirse hacia mediados del siglo XVI. Una vez delimitado el tiempo, debemos centrarnos en el espacio. ¿Dónde se sitúa geográficamente esta leyenda? El santuario de la Virgen de Luna está dentro de la dehesa de la Jara, en el quinto llamado de Navarredonda. La Dehesa de la Jara, Ruices y Navas del Emperador pertenecía al término común de la ciudad de Córdoba, y era directamente controlada desde los concejos de las villas realengas de la comarca, Gahete (Belalcázar) y Pedroche. Con la señorialización de Gahete en 1444, será Pedroche el único concejo encargado del control de la dehesa y, lo que no es menos importante, el beneficiario único de sus frutos.

El nacimiento y crecimiento de diferentes aldeas en el entorno de Pedroche durante el siglo XV no tendría por qué ocasionar cambios hasta que algunas de ellas comienzan a independizarse de la villa matriz y formar concejos autónomos. Cuando Torremilano y muy pronto Pozoblanco, Torrecampo, Alcaracejos y finalmente Añora y Villanueva de Córdoba consiguen su total autonomía, hay algo importante que está cambiando. Porque, aunque el titular legal de la Dehesa de la Jara había sido durante toda la Baja Edad Media el concejo de la ciudad de Córdoba, en la práctica las tierras habían sido administradas desde el único concejo del entorno, el de Pedroche. La creación de esos nuevos concejos dependientes no ya del de Pedroche, sino directamente de la ciudad, les convierte en instituciones situadas al mismo nivel jurídico que el concejo de la villa matriz. ¿Quién mandará, a partir de ahora, en la dehesa de la Jara? Y, con ella, ¿quién ostentará a partir de ahora la titularidad de las tierras en las que se asienta la ermita de la Virgen de Luna? ¿Pedroche, en función de los antiguos derechos adquiridos, o los nuevos concejos de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, por estar situada entre estas dos poblaciones ahora convertidas en villas independientes?

Contra lo que podríamos imaginar, no llegó a plantearse la necesidad de realizar una delimitación de los términos municipales de cada una de las villas, sino que se estableció un sistema de explotación mancomunada: los concejos se reúnen periódicamente en la ermita de Piedrasantas (Pedroche) para repartir yerba y frutos de la dehesa, celebrándose además cuantas reuniones extraordinarias fueran necesarias para dirimir problemas concretos que pudieran surgir. La dehesa era explotada conjuntamente por las ahora llamadas Siete Villas (Pedroche y seis de sus antiguas aldeas, ya independientes), por más que cada una de ellas pusiera un interés especial en la zona más cercana, que solía ser aprovechada preferentemente por sus vecinos. Este proceso puede conocerse mejor a través del recién creado Centro de Interpretación de las Siete Villas de Los Pedroches, al que dediqué una entrada hace unos meses.

Ermita de la Virgen de Luna. Foto Ayto. Pozoblanco
La ermita de la Virgen de Luna estaba, por lo tanto, en el antiguo término de Pedroche, que tras la independencia de las aldeas se mantuvo como término común de las Siete Villas de Los Pedroches. Y, por su situación, en una zona de confluencia de los intereses de los vecinos de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. La ruina en que se encontraba el santuario a fines del siglo XVI nos indica que necesariamente debía de existir antes de la concesión a Villanueva del privilegio de villazgo con el que se independiza de Pedroche. Y, aunque no tenemos datos para afirmarlo con rotundidad, todo parece indicar que este lugar de culto existía como tal antes de la independencia de Pozoblanco, y muy probablemente incluso antes de los inicios del siglo XV, fecha que tradicionalmente se admite como la de su origen.

El santuario de la Jara, por lo tanto, habría pertenecido a la villa de Pedroche y a sus vecinos, entre los que estaban los habitantes de las aldeas dependientes. Sería una de las ermitas rurales secundarias de una población que contaba con Nuestra Señora de Piedrasantas como lugar principal de culto mariano. En este contexto, podemos entender (aunque repito que sin tener documentos que lo demuestren fehacientemente) que los vecinos de Pozoblanco y Villanueva, cuando comienzan a luchar por la independencia de sus aldeas -con la consiguiente formación de un espíritu local propio y diferenciado- pongan sus miras en un centro religioso que no sólo dotaría a estos nuevos concejos de un importante elemento identitario que los diferencia de Pedroche, sino también de un mayor control del territorio que les resulta de más interés.

Pozoblanco, y más adelante Villanueva de Córdoba, conseguirían la independencia de sus concejos respecto al de la villa de Pedroche, pero compartirían sus términos con ésta. Por lo tanto, el santuario de la Jara sería también común a las Siete Villas, permaneciendo ligado a la villa matriz desde la que se creó, Pedroche, y a las dos nuevas villas que, por cercanía, lo han asumido como propio, Pozoblanco y Villanueva.

No sabemos si fue un día de gran tormenta o no, pero lo cierto es que Pedroche, que indudablemente había tenido unos derechos iniciales sobre el lugar y por lo tanto sobre el culto, los fue abandonando. Quizá la tormenta sea el recurso narrativo, legendario, pero entre líneas aún se puede leer la historia: llegado un determinado momento, no muy lejano a los años centrales del siglo XVI, la Virgen de Luna pasa a ser compartida exclusivamente por Pozoblanco y Villanueva, poblaciones para las que se ha convertido en seña de identidad, ante la indiferencia de una villa de Pedroche para la que el lugar ha perdido el significado territorial que pudiera tener de antiguo. Y a partir de este momento se organizan aspectos fundamentales, que incluyen posiblemente la organización de unas cofradías militarizadas que parecen guardar semejanzas con el sistema de organización interna de los Tercios de Flandes.

La ermita de la Virgen de Luna, ya compartida por Pozoblanco y Villanueva, seguirá siendo un símbolo de identidad local y de control del territorio. No en vano, las frecuentes disputas entre los dos pueblos en torno al santuario y a la propiedad de la imagen están directamente relacionadas con las tradicionales diferencias en el modo de reparto de los lotes de la dehesa. Pero eso ya es otra historia que merece un espacio aparte.

Los "hermanos". Foto Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico

viernes, 21 de septiembre de 2012

Leyendas e historia: sobre la Virgen de Luna - I

Los hermanos, llegando a la ermita. (Foto de SjR en Panoramio)


Las reflexiones en torno al sustrato histórico que puede permanecer bajo la leyenda del flautista de Hamelín me han llevado a pensar en otras leyendas más cercanas, cuya base histórica también permanece parcialmente oculta detrás de efectistas recursos narrativos. Un ejemplo lo tenemos en la comarca de Los Pedroches con la leyenda en torno a la Virgen de Luna. No me refiero ya a su legendaria aparición a un pastorcillo (aquí, la versión de Adolfo de Torres), que cuenta con muchos elementos comunes a otras historias marianas, sino a la pérdida de derechos sobre la imagen por parte de los vecinos de Pedroche.

Según la tradición, la Virgen de Luna era venerada por igual por los vecinos de Pedroche, Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. La imagen era llevada en procesión a cada uno de los pueblos, donde pasaba tres meses, permaneciendo los tres restantes en su ermita de la Dehesa de la Jara. Pero un día, una gran tormenta provocó la subida de nivel de los arroyos, y los vecinos de Pedroche desistieron de ir a recoger la imagen al santuario, perdiendo todos los derechos que tenían sobre la misma. A partir de ese momento, la Virgen de Luna pertenecería únicamente a Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, y permanecería cuatro meses en su ermita y otros cuatro en cada uno de los pueblos.

No he encontrado ningún documento que haga referencia directa a ningún suceso parecido a este. De hecho, no conozco ninguna mención documental directa a la relación de Pedroche con la Virgen de Luna aunque, como puso de manifiesto Antonio Merino en un artículo sobre el tema publicado en la revista Demófilo (núm. 17, 1996), este culto siempre ha tenido una gran importancia en toda la comarca. Y, a pesar de que no podemos constatarlo documentalmente, la historia de nuestra comarca nos permite pensar que detrás de la leyenda hay, cuando menos, cierta parte de verdad. De hecho, todo parece indicar que, si exceptuamos el recurso literario o narrativo de la gran tormenta, la leyenda pudo tener una clara base histórica.

Entiendo la historia como la sucesión de hechos que tienen lugar en un espacio y un tiempo determinado. Por lo tanto, si intentamos delimitar la verdad histórica que puede esconderse tras la leyenda, creo que debemos comenzar delimitando el tiempo y el espacio en el que estos hechos pudieron producirse. Si fuera cierto algo similar a lo descrito en la leyenda transmitida por tradición oral, la primera pregunta que podemos plantearnos es ¿cuándo habría ocurrido? Sin duda alguna, estos hechos debían haberse producido antes de que contemos con documentación que demuestra claramente la vinculación de la Virgen de Luna a Pozoblanco y Villanueva, que comienzan a aparecer en el siglo XVII. A partir de este momento, ningún documento muestra a Pedroche como copartícipe de esta fiesta, ni siquiera en aquellas ocasiones en que los documentos del siglo XVII se refieren a ritos y tradiciones bien establecidas desde antiguo. Tanto Moreno Valero como González Peralbo documentan obras en la deteriorada ermita de la Jara desde fines del siglo XVI. Y contamos también con diferentes menciones a un pleito relacionado con los derechos que tanto Pozoblanco como Villanueva reclamaban, que se fecha en 1589. Sin ninguna alusión a Pedroche. Este sería el denominado terminus ante quem, lo que significa que los hechos históricos, en caso de haberse producido, habrían tenido lugar antes de esta fecha. Poco tiempo después, ya se habrian integrado en el imaginario popular a través de la tradición oral.

Tampoco es tan difícil como podría pensarse en principio deliminar un terminus post quem, es decir, definir una fecha que sirva de límite temporal, a partir del cual pudo producirse el hecho. En el caso que nos ocupa, resulta en este sentido fundamental comprobar cómo Pedroche, Pozoblanco y Villanueva de Córdoba aparecen en la leyenda como núcleos de población dotados de idéntica importancia y entidad jurídica. Por lo tanto, en principio podemos pensar que Pedroche habría perdido sus derechos sobre la Virgen de Luna una vez que ni Pozoblanco ni Villanueva eran ya aldeas suyas, sino las dos villas "en sí". En este caso, tendríamos que irnos a la segunda mitad del siglo XVI, cuando tanto Pozoblanco (1478) como Villanueva de Córdoba (1553) habían conseguido obtener su privilegio de villazgo (al proceso de formación de las diferentes aldeas de Pedroche, como Pozoblanco y Villanueva, me referí hace algún tiempo. Ver 1 y 2).

Sin embargo, no tengo totalmente claro que tengamos necesariamente que situar esta leyenda después de 1553. En primer lugar, porque a pesar de ser legalmente aldea de Pedroche, la antigua Encina Enana había cambiado su nombre por el de Villanueva de Córdoba en 1499, dando desde entonces claras muestras de sus deseos de independencia. De hecho, todavía no he llegado a entender bien cómo pudo verse obligado a aceptar el concejo de Pedroche el nombre de "Villanueva" para un núcleo que aún dependía de él y que, por lo tanto, debería haberse llamado "Aldeanueva". En segundo lugar, porque esa leyenda se transmitió en las dos poblaciones menores, Pozoblanco y Villanueva, que muy bien habían podido adaptar legendariamente la realidad a sus propios intereses de reafirmación de su identidad frente a Pedroche. En cualquier caso, la pérdida de derechos por parte de Pedroche, de haberse producido, habría tenido lugar como muy pronto una vez superados los problemas iniciales ocasionados por la formación del primitivo concejo de aldea en Villanueva.

Por lo tanto, este hecho no pudo tener lugar antes de inicios del siglo XVI, ni después de 1589. Y no debemos de olvidar que, dentro de ese marco temporal, contamos con una fecha muy significativa para la formación de las nuevas identidades locales en la comarca: el año 1553. Hablaríamos, pues, de una fecha cercana a la mitad del siglo XVI.

[continuará]

martes, 10 de julio de 2012

Sobre el Tesoro de los Almadenes y su procedencia

Foto: Museo Arqueológico de Córdoba

Recientemente, a través de la sección Cartas al Director de Diario Córdoba hemos visto renacer una vieja polémica en torno al término municipal de procedencia de un conjunto arqueológico que está entre los más destacados de cuantos han aparecido en Los Pedroches: el Tesoro de los Almadenes. Protestaba en esa carta un lector por el hecho de que en ese Diario había aparecido otra vez vinculado dicho hallazgo al término municipal de Pozoblanco, cuando la zona de la Mina de los Almadenes pertenece al término de Alcaracejos.

Realmente, poca polémica puede existir en torno a este asunto. Está claro que el lugar del hallazgo está en término de Alcaracejos, prácticamente en el límite con el de Añora, como muy bien señalara A. Merino en un artículo hace unos años. Sin embargo, al Museo Arqueológico llegó desde Pozoblanco, ya que quien lo entregó fue el farmacéutico D. Moisés Moreno, que lo había comprado a la familia de Villaralto que lo había encontrado en 1925. Llegó, por tanto, procedente de Pozoblanco con origen en término de Alcaracejos. Quizá por ello, o tal vez porque, como señala A. Merino en el citado artículo, la división de términos municipales era, en los años 20 del siglo pasado, todavía demasiado reciente, el caso es que tanto en la documentación del museo como en la literatura científica se consolidó el nombre de "Tesoro de los Almadenes" para este conjunto de piezas, y Pozoblanco como el lugar de procedencia.

Hace sólo unos años, con motivo de la renovación del sistema de documentación del museo, que coincidió con el diseño del programa expositivo para el nuevo edificio, desde esta institución se comenzó a corregir este viejo error. Así, en la ficha correspondiente a la actual exposición se lee claramente, como recogió en su día Solienses, Alcaracejos como su lugar de origen. Pero la corrección de un error histórico como este no es fácil. Porque no podemos reescribir los artículos de Samuel de los Santos, ni los catálogos de exposiciones, que muchos autores siguen utilizando como base para sus trabajos. Incluso, en esta ocasión concreta, el propio Departamento de Difusión del museo puede ser el origen de un error que, para mí que he trabajado directamente en él, resulta fácilmente disculpable. Eso sí: siempre es bueno, como en este caso, informar al museo para que desde la propia institución se impulse la necesaria corrección. Porque este asunto, sin ser trascendental, no deja de tener su importancia.

Poco a poco el nombre de Alcaracejos irá consolidándose en unión al de Los Almadenes. Aunque el tesoro no está relacionado sólo con Alcaracejos, sino también con Añora, en cuyo límite apareció, con Villaralto, de donde eran naturales los niños que lo encontraron, o con Pozoblanco, población con la que está directamente relacionada el área de los Almadenes, y a la que fue a parar el conjunto antes de su ingreso en el museo. Pero es que estas piezas también nos hablan de la Meseta norte, de donde procedería el artesano celtíbero que lo ocultó, de la rica Bética, a donde se dirigía para hacer negocios, y de la República Romana, que esos momentos estaba consolidando su dominio sobre la Península Ibérica. Porque estas pocas piezas que un platero ambulante escondió al borde del camino de Córdoba a fines del siglo II a.C. pueden contarnos muchas cosas. Y algunas, las reservo para una próxima entrada.

martes, 20 de marzo de 2012

La Maña y Don José el maestro.

Venta de la Maña. Foto de Danifc
Debía de ser una mañana a comienzos de septiembre de 2004. De Córdoba a Pozoblanco, venía por la carretera de la sierra porque había tenido que parar a recoger no sé qué cosa en el cortijo. A la altura de la venta de La Maña, la cantada por Camarón (camino de Pozoblanco / había una tabernita / con vino blanco / con vino blanco), empezó a sonar el móvil y paré a la sombra del gran chaparro. Ese que, durante años, había dado sombra las mediodías del verano al viejo Simca 1.200. Un sitio para nosotros muy conocido, cerca de Los Tiraos, al que nos acercábamos, a veces andando, para tomar un refresco -más crecido, una cerveza templada, que al frigorífico de butano "se le acababan las pilas"- y compartir un rato de charla con los parroquianos, escasos e invariablemente los mismos. Entre ellos, "Don José el maestro" -así se referían a él tanto "El Maño" como "La Maña"-, el temido Perozo para los alumnos de primeros cursos del Instituto Los Pedroches de Pozoblanco, D. José María Martín Perozo.

La llamada era de la Delegación Provincial de la Consejería de Educación y Ciencia. Yo sabía que ese año me había quedado muy cerca de obtener una vacante y, no sé por qué, al comprobar que la llamada entrante procedía de un número institucional, recordé inmediatamente: Perozo se jubila para este curso. Ya sé que es sólo una casualidad, que no hay relación causa - efecto, pero allí, bajo el chaparro que durante años había sido el aparcamiento reservado al Simca 1.200 del profesor del poblado bigote, me ofrecieron una vacante de Geografía e Historia en el IES Los Pedroches. Y durante ese curso me encargué de impartir, entre otras, la asignatura de Historia del Arte con la que José María Martín Perozo había hecho aprender y disfrutar a varias generaciones de alumnos de la comarca.

Yo lo conocía, fundamentalmente de "La Maña". Y recuerdo que, cuando empezaron las clases de aquel primero de BUP, nosotros con apenas 14 años, su porte y su actitud impresionaban. "¡Que viene con folios!" era la frase gritada en los pasillos cuando se acercaba al aula para pedirnos por escrito un resumen del último tema explicado en clase. Impresionaba, de veras. Aunque poco a poco te ibas dando cuenta de que con él todo era más fácil. Porque nos enseñó a ordenar las ideas, a esquematizar, a entresacar lo más importante de los textos, a estudiar, a aprender. Y porque muchos de nosotros teníamos hora libre durante los exámenes trimestrales, si habíamos aprobado todos los controles. Al final, la asignatura de ese profesor tan mayor y tan serio resultaba la más fácil de aprobar. Y aprendíamos, vaya si aprendíamos.

Voví a tener a Perozo como profesor en el antiguo COU (lo que hoy sería segundo de bachillerato). Y nos descubrió las claves fundamentales para entender la Historia del Arte. Unas claves que todavía, muchos años más tarde y después de haber recibido muchas clases de Historia del Arte, sigo teniendo muy presentes. Ya no venía a clase con folios para los controles sorpresa, porque ya no éramos niños que acabábamos de salir de los Salesianos, del Ginés, de las Monjas, del colegio. Éramos personas responsables a punto de llegar a la mayoría de edad legal. Recuerdo bien su primera clase de ese curso, su discurso sobre la responsabilidad, la necesidad de trabajar para nosotros mismos, no para las notas finales. Terminó, picándonos siempre con la duda sobre nuestro interés, anunciando que las calificaciones finales de esa asignatura partirían de un 5. ¡Teníamos el Arte de COU aprobado desde el primer día de clase! Y cumplió su compromiso. Aunque después nunca respondió -más allá de su socarrona sonrisa- a mi fundada sospecha de que, en realidad, nadie había suspendido la asignatura. Ese año todos aprendimos mucho, y no sólo de Historia y de Arte. Porque Perozo siempre fue, como decían "Los Maños" y en el sentido mejor y más completo de la palabra, Maestro.

Fuimos muchos los que aprendimos lecciones fundamentales de la Historia y de la vida con José María Martín Perozo. Algunos -bastantes- debemos a sus clases una pasión por entender mejor nuestro pasado que nos ha llevado a estar donde estamos. Desde hace unas semanas no está físicamente con nosotros (la web de Historia Contemporánea del IES Los Pedroches publicó recientemente una necrológica). Pero su memoria siempre estará viva entre quienes, como yo, fuimos sus alumnos. Y no quiero terminar recordando su muerte, sino al Perozo del instituto y a "Don José el maestro", acodado a la barra de "La Maña". Vaya para él mi recuerdo.

Ay, camino, camino.
camino de Pozoblanco,
había una tabernita
con vino blanco,
écheme usted otro buchito.

martes, 13 de marzo de 2012

Patrimonio Histórico en Los Pedroches

III Jornadas Patrimonio Histórico

Recientemente, se presentó en la sede de la Asociación Piedra y Cal de Pozoblanco el libro III Jornadas de Patrimonio Histórico en Los Pedroches. El Patrimonio Histórico de Los Pedroches descrito por sus cronistas, que ha sido editado por el Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Pozoblanco. En el acto intervino en primer lugar Antonio Morillo, presidente de la asociación, Rafael Yun, como representante de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno (patrocinadora, junto al Ayuntamiento de Pozoblanco, de las jornadas celebradas en 2010) y yo mismo. En este caso, me tocó asumir un doble papel: por una parte, la presentación institucional, ya que como concejal de cultura soy responsable del Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento; por otra, una presentación genérica del contenido, ya que en 2010, cuando ni se me había pasado por la cabeza la posibilidad de entrar en política municipal, fui el director académico de estas Jornadas.

El libro comienza con un prólogo de Antonio Morillo, seguido de una introducción general en forma de artículo que, con el mismo título de las Jornadas, redacté basándome en mis intervenciones de presentación de los ponentes. A continuación se integran los textos correspondientes a las seis ponencias, en el siguiente orden:
  • Fondos documentales en el Archivo General del Obispado de Córdoba para el estudio del Patrimonio de Los Pedroches (Manuel Moreno Valero).
  • Patrimonio Arquitectónico de principios del Siglo XX en las Siete Villas de Los Pedroches (Antonio Merino Madrid).
  • La ermita de San Bartolomé de Hinojosa del Duque (Luis Romero Fernández).
  • Santa Eufemia, su Patrimonio al hilo de su Historia (Miguel Torres Murillo).
  •  Patrimonio Histórico - Artístico de Belalcázar, villa de monumentos (Manuel Rubio Capilla).
  • El Auto de los Reyes Magos de El Viso (Francisco Valverde Fernández).
El objetivo fundamental de estas Jornadas, como recojo en mi artículo, es el de acercar el conocimiento de nuestro Patrimonio Histórico a la sociedad de Los Pedroches. Porque sólo se conserva lo que se aprecia, y sólo se se aprecia lo que se conoce. Por si estáis interesados, integro el texto de este artículo en la pestaña "publicaciones". Espero que su lectura os anime a consultar los textos de las ponencias, incluidos en un libro que podéis adquirir en librerías.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Enhorabuena a la biblioteca municipal de Pozoblanco.


Foto: Punto Radio Pozoblanco

Siempre he pensado que la Biblioteca Municipal de Pozoblanco es un pilar fundamental para la cultura de mi pueblo. Este mismo año que ahora toca a su fin hemos podido alegrarnos de la concesión del CAL de oro al fomento de la lectura, concedido por el Centro Andaluz de Lectura, a su directora, Angélica Cabello. Un verdadero lujo. Pero aún quedaba lugar para un reconocimiento más, y ahora ha sido el Ministerio de Cultura quien ha concedido a las actividades realizadas por nuestra biblioteca el Premio María Moliner. Se trata de una distinción que premia a las mejores actividades desarrolladas por las bibliotecas españolas ubicadas en poblaciones de menos de 5.000, de entre 5 y 20.000 y de entre 20 y 50.000 habitantes. Tuéjar (Valencia), Pozoblanco y Oleiros (La Coruña) han sido los galardonados en las tres categorías, en un premio patrocinado por la Fundación Coca Cola y la Federación Española de Municipios y Provincias.

Todo un lujo, del que da cuenta la web municipal, Diario Córdoba, El Día de Córdoba, y también las ediciones nacionales de El País, ABC, plataformas de noticias como terra...

Sin duda, una enorme alegría estar entre los tres premiados, y más aún si alguna web especializada en literatura infantil destaca entre todos, precisamente, el proyecto desarrollado por la biblitoeca de Pozoblanco.