martes, 30 de abril de 2013

3. El mundo romano: la "primera globalización"






Vitrina dedicada a la romanización

"La romanización dotará de una lengua, una cultura y un espacio económico común a buena parte del Mediterráneo antiguo. Una especie de primitiva globalización. Córdoba ocupará un lugar muy destacado en el mundo romano. Capital de la Bética, desde la Colonia Patricia Corduba se controlaba una de las provincias más ricas e influyentes de Roma.

A través del comercio de metales, también se romaniza el norte de la provincia. Monedas, cerámicas, vidrios o elementos decorativos muestran cómo también esta zona, muy ligada a la capital provincial, estuvo fuertemente impregnada de la cultura romana. Y de esta uniformidad cultural son buena muestra los objetos que aquí se exponen."
La diversidad cultural que era posible apreciar en las dos vitrinas dedicadas a la época prerromana se convierte en este tercer bloque temático en un claro reflejo de la uniformidad cultural que se aprecia tras la romanización del territorio. Una uniformidad que no es, en muchos casos, sino la suma de distintas influencias que dan lugar a una cultura común extendida por todos los rincones del Imperio. Porque podríamos decir que cualquier de las piezas aquí expuestas pudieron ser utlizadas en Los Pedroches o en Córdoba, pero también en tierras de la actual Rumanía, de Argelia, de Italia, de Marruecos, de Francia... De ahí que utilicemos el término de primera globalización.

freno de caballoEntre los objetos expuestos contamos con tres piezas cerámicas y dos monedas acuñadas en la Colonia Patricia Corduba en época de Augusto. Pero sin duda las que más llaman la atención son las tres piezas escultóricas.

La primera a la que me referiré es una cama de freno de caballo, realizada en bronce, y fechada en el siglo IV (núm. inv. 11.311 del MAC). Se trata de un elemento que formaría parte de los arreos de un caballo. Junto a otra pieza simétrica, se situarían a los lados del bocado, sirviendo los huecos interiores para pasar correajes o riendas. En el centro del círculo que forma la pieza se representa un caballo, ataviado con los arreos típicos de la época

<span class="subrayado">Herma</span>También pertenece a las colecciones del Museo Arqueológico de Córdoba el herma de mármol que se muestra en la misma vitrina (núm. 6.483 del MAC). Se trata de una pequeña escultura, destinada al culto doméstico, que se situaría en un altarcillo dentro de la vivienda. Representa a Sileno, un sátiro perteneciente al cortejo de Baco, relacionado por lo tanto con el vino y la embriaguez. De ahí las marcadas facciones con que se representa. El ceño fruncido, la calvicie que se aprecia en la frente y las orejas puntiagudas son características de las representaciones de Sileno. Esta representación se fecha en la segunda mitad del siglo I.

Por último, me referiré a una pequeña escultura en bronce perteneciente a las colecciones del Museo PRASA Torrecampo (núm. 4.876 del inventario). Se trata de una representación de Hermes - Mercurio (según utilicemos su nombre griego original o su traducción latina) representado con sus atributos característicos: las sandalias y el gorro alado. Pero en esta representación se añade una tortuga, que el pequeño dios lleva en su mano. Según el Dr. Santiago Cano, que publicó un pequeño estudio sobre esta pieza en el núm. 11 del Boletín de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, este elemento hace alusión a uno de los mitos relacionados con Hermes: siendo pequeño, el dios habría saltado de su cuna para asomarse al exterior de la cueva en la que vivía. Allí encontró una tortuga, cuyo caparazón le serviría para crear la caja de resonancia de una cítara. Una historia que relacionaría, por lo tanto, esta pequeña esculturilla con los orígenes míticos de la música.

Vista general de los materiales expuestos







miércoles, 24 de abril de 2013

2. Norte y Sur: iberos y celtas en Los Pedroches

Vista general de la primera parte de la exposicion
"Como corresponde a un importante centro comercial, a Córdoba llegarán durante toda la historia frecuentes influencias tanto del norte como del sur, del Mediterráneo oriental o de las zonas atlánticas. Y el comercio de productos mineros trasladará trazos de todas estas culturas a la zona de Los Pedroches.
Las influencias orientales que han dado origen a la cultura ibérica se mezclan en el norte de Córdoba con objetos que reflejan la cercanía del mundo cultural céltico e indoeuropeo. Los Pedroches se han convertido en un puente entre la Meseta y el Valle del Guadalquivir, como se refleja en las piezas expuestas en esta vitrina."


A pesar de su actual aislamiento debido a los cambios en el trazado de las más importantes vías de comunicación que se produce en el siglo XIX, la comarca de Los Pedroches ha sido tradicionalmente un lugar de tránsito, de comunicación entre la Meseta y el Valle del Guadalquivir. Y así se refleja en los restos arqueológicos documentados en la zona. Centrándonos en época prerromana, en estas tierras es posible encontrar piezas de clara influencia céltica, del norte, junto a objetos en los que es posible comprobar la llegada desde el sur de influencias orientales. A través de dos pequeñas vitrinas, en el segundo bloque temático de la exposición Mugawwar - Corduba es posible ver algunos ejemplos.


Objetos expuestos en la vitrina 2
De todas las piezas expuestas, dos elementos pertenecientes a la colección del Museo PRASA Torrecampo nos muestran claramente la llegada a Andalucía de influencias del Mediterráneo Oriental. A partir del siglo VIII a.C., estas influencias van a dar lugar a un gran cambio cultural, formándose lo que conocemos como cultura tartésica.

La jarra de bronce que se muestra en la segunda de las vitrinas se fecha en torno a los siglos VI-IV a.C. Por sus características, es posible ver en este modelo influencias fenicias, que se manifiestan de manera particular en la palmeta orientalizante que decora el arranque inferior del asa.

En la primera vitrina destaca el ungüentario de vidrio coloreado, elemento de lujo importado en torno al siglo V a.C. Su forma recuerda las ánforas olearias destinadas al transporte de aceite en la Grecia arcaica. Lo que está más relacionado de lo que parece con el uso final de este pequeño botecillo, un contenedor de cremas y perfumes, para cuya elaboración solía usarse como base el aceite de oliva.

Junto a estas piezas, la evolución de la cultura ibérica está representada de forma muy breve mediante un segundo ungüentario de pasta vítrea coloreada (Museo PRASA Torrecampo) y dos piezas excepcionales del Museo Arqueológico de Córdoba: una pequeña urna cerámica con la típica decoración rojiza dispuesta en bandas de la cerámica ibérica cordobesa y una falcata, espada curva que convirtió en temibles a los guerreros iberos.

Vista general de la vitrina 1
Respecto a las piezas de influencia celta procedentes de Los Pedroches, sin duda alguna el conjunto más interesante es el conocido como "Tesoro de los Almadenes", procedente de las proximidades de Pozoblanco (aunque en el actual término municipal de Alcaracejos). Obra posiblemente de un platero ambulante, en ocasiones anteriores ya he hablado en este blog tanto de su procedencia como de su importancia histórica.

Junto a ellas, dos placas de cinturón, uno de gran tamaño y similar al denominado tipo "La Bureba", del que se conservan -por ejemplo- varios ejemplares en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid (1, 2, 3, 4, 5). Y, como último elemento, una pequeña fíbula (broche o alfiler para sujetar el manto) del tipo La Tène, característica igualmente del mundo celtibérico.

Un pequeño recorrido en el que, a través de un reducido número de piezas expuestas en dos vitrinas, podemos acercarnos al ambiente de mezcla cultural que reinaba en Los Pedroches durante la Edad del Hierro. Por eso, para indicar que tan "pedrocheñas" y tan "extranjeras" son las piezas del tesoro de los Almadenes como la jarra orientalizante, decidimos no separar los objetos por su actual clasificación cultural. Porque creemos que es más real exponer un cuenco de plata de tipo celtibérico junto a la falcata, o la jarra orientalizante junto a las placas y fíbulas célticas, para reflejar precisamente cómo esa mezcla de culturas enriqueció enormemente el sur de la Península Ibérica entre los siglos VIII y II a.C.

viernes, 19 de abril de 2013

1. Ocupación y explotación del territorio

Vista general del primer bloque temático de Mugawwar - Corduba

"Aunque la presencia humana en Los Pedroches se documenta desde el Paleolítico, la ocupación completa se produce a comienzos de la Edad de los Metales. La riqueza en minerales metálicos de la zona la convierte en especialmente atractiva. Al mismo tiempo, en la Colina de los Quemados (actual Parque Cruz Conde) crece una primitiva Córdoba en la que se concentrará buena parte del comercio de estos metales.

En la exposición se muestra una selección de piezas relacionadas tanto con la explotación minera como con la riqueza agrícola. Las dos bases que permitieron a Córdoba consolidarse como uno de los principales centros comerciales del Mediterráneo."

El bloque temático inicial de la exposición Mugawwar - Corduba está dedicado a la ocupación del territorio y la explotación de los recursos. La idea central que se intenta transmitir es que la ciudad de Córdoba ha estado, desde sus orígenes, íntimamente relacionada con su ámbito rural. Porque el comercio de los productos mineros del sur y de los agrícolas del Valle del Guadalquivir fue lo que permitió el nacimiento y posterior consolidación del enclave estratégico situado en el entorno de la Colina de los Quemados.

Para ello, se ha seleccionado una pequeña muestra de obras que son significativas de la importancia de la minería y la agricultura en los orígenes de Córdoba. Del Museo PRASA Torrecampo se han seleccionado unas piezas que no destacan especialmente por su valor artístico, aunque sí nos ofrecen una información histórica de gran interés.

MPT. Martillo Minero 1949
La primera de ellas es un martillo minero de piedra. El modelo responde al que comenzó a usarse en a comienzos de la Edad de los Metales para buscar rocas con alto contenido en cobre de las que podía extraerse el metal mediante un horno rudimentario. Este modelo de martillos continuó en uso hasta época romana, a pesar de la introducción en este momento de instrumentos de hierro, mucho más precisos y eficaces.

Los martillos de piedra presentan una forma muy característica. Realizados en piedras duras, en su parte central se les ha practicado una acanaladura que recorre todo el cuerpo de la pieza, para permitir sujetarlo al mango (de madera) mediante una cuerda.

También al museo de Torrecampo pertenecen los dos lingotes lenticulares de cobre que se muestran en la misma vitrina. Quizá lo más llamativo puede ser su forma, una especie de "torta" que recuerda al caparazón de una tortuga (por eso algunos los llaman "galápagos") muy diferente al aspecto que podemos imaginar para un lingote. Esta forma responde a una primera fase del trabajo de obtención del metal, por lo que suelen contener impurezas y escorias adheridas que hacen necesaria una segunda fundición posterior. Según José García Romero (Minería y metalurgia en la Córdoba romana, pp. 417 y ss) este tipo de lingotes sigue la tradición metalúrgica de la Edad del Bronce Antiguo, y los de yacimientos romanos pueden fecharse en torno al siglo II. Respecto a los expuestos, pudiera tratarse tanto de pequeños lingotes romanos como, muy posiblemente, de piezas que pudieran fecharse en la Edad del Bronce.

A fines del Calcolítico, en ese momento en el que la actividad minera y metalúrgica está transformando completamente la vida en las comunidades prehistóricas, se fecha la cazuela campaniforme perteneciente a las colecciones del Museo Arqueológico de Códoba que se expone en la misma vitrina. La denominada "cultura del vaso campaniforme" (3000-1800 a.C.) muestra por primera vez en la historia la extensión de una moda muy generalizada en la forma y la decoración de la cerámica en todo el Occidente. Su nombre deriva de la peculiar forma de las piezas, similar a una campana invertida, y su rica decoración incisa nos muestra la perfección técnica alcanzada por los alfareros del momento. La agricultura, la ganadería y la minería son las actividades económicas básicas, que en este momento producen ya unos excedentes que han hecho posible el origen del comercio. Por eso es ahora cuando se desarrolla un modelo tecnológicamente avanzado como el del vaso campaniforme, que sirve para el disfrute de las oligarquías, marcando unas diferencias sociales que paulatinamente se van haciendo más acusadas. Y la expansión del comercio explica también que este modelo se puede extender por muy amplias regiones de Europa Occidental.

La última pieza expuesta en este primer bloque temático es un fragmento de relieve romano, fechado entre los siglos I y II, perteneciente al Museo Arqueológico de Córdoba. Representa una escena de medición o pesado de frutos (posiblemente aceitunas), reflejando la importancia que, junto con la minería, tuvo la agricultura como base del comercio cordobés (del comercio del aceite de la Bética ya hablé en una entrada anterior).


MAC. Relieve romano con medición de frutos

 

miércoles, 17 de abril de 2013

Córdoba y Los Pedroches: encuentros y desencuentros



"Oh, asamblea de curiales. Vosotros me echáis en cara el que yo sea del Llano de las Bellotas; os prometo que he de ser, pardiez, tan duro como la madera de carrasca, que no se hiende".
[Said ben Soleiman al-Gafeqi según al-Jusaní en el Libro de los Jueces de Córdoba]


Estas palabras, pronunciadas por Said ben Soleimán (natural de Gafiq, actual Belalcázar) tras ser nombrado juez de Córdoba, muestran claramente el aparente desencuentro que históricamente ha existido entre quienes viven en la capital cordobesa y los vecinos de la zona norte de su provincia. "¡Paleto!" parecen haber gritado los curiales cordobeses; "¡Cordobitas!" podríamos imaginar que les contesta el gafeqí quien, hasta poco antes, había estado arando personalmente sus campos. El desencuentro entre Córdoba y Los Pedroches parece haber sido histórico.
- "¿De Pozoblanco? ¡Anda que no está mala la carretera de Pozoblanco!".
- "¡Qué va! ¡La que está mala es la de Córdoba!" cuentan que se decía hace sólo unas décadas en estas tierras.
Sin embargo,  ni Córdoba podría haber sido lo que fue históricamente sin la actual zona norte de su provincia, ni Los Pedroches sin la capital. Porque esta comarca ha estado bien conectada históricamente (hasta el siglo XIX) con el norte, con la Meseta, a través de Torrecampo-La Bienvenida, Almadén o Belalcázar. Y también hacia el sur, de donde han llegado algunas de las más importantes influencias civilizadoras. Y hacia el sur, todos los caminos conducen a Córdoba.

Hacia el sur, a través del antiguo puerto fluvial de Córdoba, se dirigían buena parte de los recursos minerales extraídos en Los Pedroches, principal fuente de su riqueza histórica. Y de vuelta, por esta misma ruta, llegaban novedades sobre el trabajo de los metales, el torno para la elaboración de la cerámica, la escritura... en definitiva, modernidad y civilización para una comarca conectada con el mundo. Córdoba, por su parte, controlaba este comercio de ida y vuelta para convertirse muy pronto en un importantísimo centro comercial. Sin esta relación, difícilmente podría haber alcanzado el desarrollo económico, social y cultural que le permitió convertirse en un gran centro político tanto en la Antigüedad como en la Edad Media.

Precisamente destacar estos encuentros históricos es uno de los objetivos centrales de la exposición Mugawwar - Corduba, que permanecerá abierta en el Museo Arqueológico de Córdoba hasta el domingo 2 de junio. Una muestra en la que se exponen algunas piezas que nos pueden ayudar a comprender esta compleja relación a través de objetos pertenecientes tanto al museo cordobés como al Museo PRASA Torrecampo.

De ello hablan los dos textos introductorios de Mugawwar - Corduba, que os dejo aquí:

La provincia de Córdoba en el Museo Arqueológico:


Desde sus orígenes en el período Calcolítico, Córdoba ha estado estrechamente relacionada con su entorno rural. En el sur del territorio cercano a la ciudad se encuentran tierras de gran productividad agrícola. Al norte, amplias áreas ganaderas y, sobre todo, importantes y variados recursos mineros. Dividiendo este territorio, el Guadalquivir, navegable hasta la Edad Media, permite el establecimiento de contactos comerciales con el Mediterráneo y el Atlántico.

El comercio de los productos agrarios y mineros de la actual provincia de Córdoba fomentó el gran desarrollo de una ciudad que se convertiría en capital de la Bética romana y de al-Andalus. Una interesante historia que podemos seguir a través de las completas colecciones del Museo Arqueológico de Córdoba.


El Museo PRASA Torrecampo:


Esteban Márquez Triguero, coleccionista de arte y arqueología, adquirió en 1969 una antigua posada de Torrecampo, con fachada renacentista de granito. Tras la rehabilitación del edificio, abrió al público en 1972 con el nombre de Casa Museo Posada del Moro. Más tarde, tanto el edificio como la interesante colección arqueológica y artística fueron adquiridos por Grupo PRASA, con la intención de asegurar que esta importante muestra de Patrimonio Histórico permaneciera en Torrecampo.  Actualmente, el centro está gestionado por la Fundación PRASA.

Las colecciones del museo son ricas y variadas, destacando especialmente las colecciones arqueológicas. A través de más de 8.000 piezas, procedentes en su mayor parte de la comarca de Los Pedroches, es posible acercarse a la historia de estas tierras desde el Calcolítico hasta fines de la Edad Media.

jueves, 4 de abril de 2013

Como alcalde vuestro que soy...


Hoy se cumplen 60 años del estreno de Bienvenido Mr. Marshall, obra maestra de Bardem y Berlanga y del cine español. Una época, una España que, cuando pensamos en las seis décadas que nos separan de aquel 4 de abril de 1953, sigue resultando perfectamente reconocible. Para lo bueno y para lo malo.

Reconozco que cada vez que la veo tengo que quedarme hasta el final, por más que algunas secuencias las tenga casi memorizadas. Creo que es una obra de arte y, además, un documento histórico de primera magnitud. Por eso no he querido dejar pasar esta ocasión para sugeriros que volváis a verla.

Ficha técnica y datos generales
Todo sobre Luis García Berlanga en Berlanga Film Museum
Entrevista a Berlanga en El País con motivo del 55 aniversario de la película

Los yanquis han venido
Olé salero
Con mil regalos
Y a las niñas bonitas van a obsequiarlas con aeroplanos
Con aeroplanos de chorro libre que cortan el aire

Y también rascacielos, bien conservaos en frigadaire
Americanos vienen a España, gordos y sanos.
Viva el tronío
De este gran pueblo con poderío
Olé Virginia y Michigán
Y viva Texas que no está mal.
Os recibimos
Americanos con alegría
Olé mi mare, olé mi suegra
Y olé mi tía.
El plan Marshall nos
llega del extranjero
Pa nuestro avío
Y con tantos parneses va a echar buen pelo a Villar del Río
Traerán divisas
Para quien toree
Mejor corrida
Y medias y camisas
Para las mocitas
Más presumidas.
Americanos vienen a España, gordos y sanos.
Viva el tronío
De este gran pueblo con poderío
Olé Virginia y Michigán
Y viva Texas que no está mal.
Os recibimos
Americanos con alegría
Olé mi mare, olé mi suegra
Y olé mi tía.