martes, 11 de marzo de 2014

Tartessos en una vitrina. Conferencia de Fernando Penco en la Fundación PRASA





El próximo miércoles 12 de marzo, dentro del ciclo de conferencias Museos y desarrollo local, Fernando Penco Valenzuela ofrecerá una charla en la sede de la Fundación PRASA (Avda. Gran Capitán 2-4ª 20 h.) con el título Tartessos en una vitrina.

Fernando Penco Valenzuela es arqueólogo y en la actualidad dirige el Museo del Cobre de Cerro Muriano. Profesionalmente, Fernando ha podido intervenir en los principales enclaves arqueológicos de Córdoba: Alcázar, Mezquita, Medina Azahara, al-Rumaniyya, Baños Califales, Ategua, Templo Romano… además de dirigir numerosas excavaciones en distintos puntos de la ciudad. Unos trabajos que le han llevado a publicar numerosos artículos científicos y a ser considerado como uno de los más activos investigadores sobre la arqueología cordobesa.

Pero Fernando es, ante todo, una mente inquieta que no ha querido limitarse al campo de la investigación arqueológica. Su interés por difundir nuestro pasado y nuestro patrimonio histórico le ha llevado al mundo de los museos, a la producción audiovisual y a la literatura. Entre sus trabajos relacionados directamente con los museos, destaca especialmente su dedicación al Museo del Cobre, al que ha dotado de un importante impulso para convertirlo en un espacio esencial para entender la visita a Cerro Muriano y, por extensión, a nuestra sierra cordobesa. Además, Fernando fue el autor del proyecto museográfico del Museo de la Joya de Rabat, fruto de una colaboración entre el Ministerio de Cultura del Reino de Marruecos y la Junta de Andalucía. De igual manera, la divulgación de nuestro pasado fue el objetivo central del documental La muerte a través del Guadalquivir, del que Fernando fue director y autor del guión.

Pero quizá por lo que más se conozca a Fernando Penco durante los últimos años sea por su labor como escritor. Ya en su primer libro de relatos, El cráneo y siete breves narraciones, estaba presente la historia, la arqueología y el Patrimonio Histórico, temas que adquieren un mayor protagonismo en sus siguientes obras: Guadalquivir, un valle legendario, Historia de la minería en Córdoba. Cerro Muriano, sitio histórico, La foto de Capa y Viaje a Tartessos.

Precisamente sobre Tartessos, mítica civilización cuyo origen en la Edad de los Metales la acerca al Museo del Cobre que dirige, nos hablará Fernando Penco en la sede de la Fundación PRASA. Una charla sobre Tartessos en Cerro Muriano y en los museos de Andalucía. Sobre Tartessos en una vitrina.

viernes, 7 de marzo de 2014

Historia, manipulación y demagogia. En torno a la Mezquita de Córdoba

La Mezquita - Catedral, en un grabado del siglo XVI

Con esta entrada no quiero entrar en el debate abierto sobre la titularidad de la Mezquita de Córdoba. Tengo clara mi postura*, pero hoy sólo quiero expresar algunas opiniones respecto al uso interesado de la historia. Porque en este tema, más que atender al resultado de investigaciones históricas o arqueológicas, se está recurriendo con total normalidad al uso interesado de una Historia que se adapta convenientemente para la defensa de unos intereses bien definidos. Desechando completamente cualquier muestra de respeto por los estudios realizados con metodología científica. Como si en la investigación histórica, en la ciencia, absolutamente todo fuera opinable y todo el mundo, independientemente de su formación, pudiera opinar.

Del ámbito del derecho procede la opinión publicada en el diario ABC por José Manuel González Porras. Aunque, naturalmente, no desaprovecha la ocasión el jurista para presentarnos su "peculiar" visión de la historia medieval. Una visión que nos ofrece con la garantía de objetividad y veracidad que le otorga una curiosa cita de autoridad: "En el primer curso de Derecho se nos explicaba que la Reconquista, al menos en sus momentos iniciales, tuvo el carácter de restauración de la Monarquía visigoda (...)". Presumo, aunque reconozco que no he buscado datos sobre el sujeto, que el profesor González Porras estudiaría ya hace algunos años, cuando la investigación sobre el tema estaba lejos de lo que hoy conocemos, y las interpretaciones estaban directamente relacionadas con el concepto de "Una, Grande y Libre". Hace mucho tiempo que los medievalistas sabemos que la supuesta "restauración de la monarquía visigoda" (por más que escojamos inciar o no "monarquía" con mayúsculas) fue más un ardid propagandístico que una realidad histórica. Pero tampoco hay que saber mucha historia para entenderlo; basta aplicar unos rudimentarios conocimientos matemáticos a la distribución cronológica de nuestras principales etapas históricas:

  1. Visigodos: 300 años (411-711 aprox).
  2. Arabo - andalusíes: algo más de 500 años hasta la conquista del Valle del Guadalquivir (711 - 1236), que se convierten en casi 800 si alargamos su estancia hasta la caída de Granada (711-1492).
  3. Castellano - cristianos, hasta la actualidad: algo más de 500 años (1492-2014).
Es decir, que si en un artículo que alude a la cristianización de la Mezquita de Córdoba en el siglo XIII se nos habla de "restauración" visigoda, sinceramente me suena a lo mismo que si algún grupo integrista reivindicara hoy la "recuperación" de la Córdoba andalusí.

Pero va más allá este catedrático de derecho al afirmar literalmente que "Fernando III pudo donar alquel inmueble y lo hizo". Porque no tenemos ningún dato fiable que avale tan categórica afirmación. En Córdoba no se conserva el Libro de Repartimiento que debieron de redactar los conquistadores del siglo XIII. Sólo conocemos unos cuantos datos que, no por casualidad, afectan a bienes recibidos especialmente por el Obispo o el Cabildo de la Catedral. A través de documentos del Archivo y de la Biblioteca de la Catedral de Córdoba nos podemos acercar a conocer los bienes que atesoraron las instituciones eclesiásticas, muy celosas en la conservación de sus documentos -y especialmente de sus títulos de propiedad- a lo largo de la Baja Edad Media. Y en ellos no hay ninguna referencia a la Mezquita, lo que resulta significativo si tenemos en cuenta el cuidado con el que las instituciones eclesiásticas cordobesas de la época registraban la propiedad de cualquier casa o pequeño pago de viñas.

Más sorprendente aún me resulta la entrevista en Diario Córdoba a D. Manuel Nieto Cumplido, canónigo archivero de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba. Aunque las declaraciones de Nieto no tienen desperdicio (¡esa Junta sevillana que pretende quitar a Córdoba su catedral!), me centraré sólo en su peculiar consideración de la Historia. Me sorprende que no haga ninguna referencia a la inexistencia de constancia documental de una supuesta donación que habría realizado Fernando III a la Iglesia. Intenta suplir esa carencia con alusiones a unos documentos relacionados con una petición para que el rey pudiera nombrar párrocos, lo que poco tiene que ver con la titularidad de la Mezquita. Y me sorprende porque nadie conoce mejor que Nieto la documentación medieval del obispado de Córdoba. Entre otras cosas porque otros investigadores nunca pudimos acceder a su consulta directa y tuvimos que conformarnos con los resúmenes publicados por el archivero.

Pero la verdadera perla está al final de la entrevista. La propia periodista, quizá consciente de la profundidad de la reflexión de Nieto, opta por entrecomillar, como frase textual, la siguiente:

"los árabes salieron de Arabia, con sus tiendas, y al llegar a Siria descubrieron el arte cristiano. Como no tenían otro arte, utilizaron el cristiano, entonces aquí todo lo que hay es arte nuestro"
Como si existiera un "arte cristiano" que inciara una nueva evolución del arte universal. Como si el "arte cristiano" no se hubiera dejado influir por las creaciones de épocas anteriores. Como si los hombres de Altamira hubieran pintado sus bisontes por inspiración divina, creando sin saberlo ellos mismos el "primer arte cristiano". En definitva, como si fuéramos tontos.

Desde un punto de vista más profesional, el blog Gerión realiza un análisis breve, pero intenso, sobre cómo los resultados de diferentes trabajos arqueológicos en la Mezquita han sido utilizados por ciertos sectores cercanos a la jerarquía eclesiástica cordobesa para demostrar la supuesta preeminencia cristiana en este edificio. Un lugar que, para el autor de este blog, tiene precisamente en la superposición de culturas uno de sus valores fundamentales. Afirmación con la que estoy totalmente de acuerdo.

Quizá llevado en exceso por el entusiasmo que le producen los restos de la antigua basílica de San Vicente, o por la universalidad del arte "cristiano" defendida por Nieto Cumplido, un ex-Obispo de Córdoba defiende en ABC supuestos "derechos históricos".  Con una pasión que, según declara el propio Asenjo, le llevó siendo obispo a "abrir un boquete" para hacer visibles los restos de época visigoda. Curiosa definición de la investigación arqueológica (lo que "abrir un boquete", me refiero) que, por otra parte, habría sido innecesaria de haber conocido Asenjo las teorías de Nieto Cumplido. Ya que, artísticamente, no hay cosa más cristiana que un buen Mihrab.

En definitiva, todas las referencias históricas obvian algo que para los historiadores es fundamental: la constancia documental de sus afirmaciones. Y parten de un concepto de la evolución histórica que se enseñaba en las escuelas del franquismo, pero que ya está muy superado. La de la formación de las esencias patrias en un período cristiano-visigodo que, tras el breve paréntesis de la ocupación musulmana (todo lo breve que pueden ser 500 u 800 años), fue restablecido por sus muy católicas majestades.

[*Aunque ya he dicho que no viene al caso,  no quiero que penséis que oculto mi opinión sobre la titularidad del edificio: la "inmatriculación" está basada en la adaptación por Aznar en la Ley Hipotecaria de una norma heredada del franquismo, que otorgaba a los obispos unas prerrogativas que corresponden a la Administración del Estado. Dudo mucho de la constitucionalidad de esta norma, que además considero injusta. Si el argumento esgrimido por los defensores del Cabildo ha sido el de pedir respeto a casi ocho siglos de historia, supongo que les corresponde a ellos pedir que se retire una modificación del estatus legal del monumento realizada unilateralmente por la Iglesia cordobesa en 2006.]