viernes, 24 de enero de 2014

Museo de Historia Local de Villanueva de Córdoba

J.A. Expósito y M.V. Rosique, en la Fundación PRASA

El pasado jueves disfrutamos en la sede de la Fundación PRASA de una magnífica conferencia impartida por María Victoria Rosique y José Ángel Expósito sobre el Museo de Historia Local de Villanueva de Córdoba. Realmente, quienes asistimos a esta charla nos sentimos gratamente sorprendidos por la solvencia con que, de forma muy amena, estos dos jóvenes integrantes de la Asociación de Amigos del Museo de Villanueva de Córdoba nos ofrecieron una panorámica general sobre el pasado, el presente y el futuro de este centro.

Partiendo de una estructura ordenada, clara y bien concebida, José Ángel y María Victoria fueron alternándose para exponer cómo es el museo y qué aporta al desarrollo de su entorno. La conferencia se inició con una introducción sobre el concepto de museo y la adaptación del proyecto del museo de Villanueva a los objetivos generales que deben cumplir estas instituciones. Al comienzo, José Ángel manifestó sentirse algo impresionado ante el alto grado de conocimiento de estos temas por parte del público asistente (director de la Fundación PRASA y de la Real Academia de Córdoba, secretario de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, directora del Museo Arqueológico de Córdoba, miembros de la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico y de la Asociación de Amigos de los Museos de Córdoba, investigadores...). Sus dudas sobre si las expectativas de los asistentes podrían verse defraudadas eran infundadas: aprendimos y disfrutamos con la charla.

Tras la introducción, los ponentes realizaron un impecable recorrido por los aspectos más destacados de la historia de Villanueva y de la comarca de Los Pedroches (resumiéndola en tres minutos, lo que no es tarea fácil) para entrar en materia refiriéndose a la "Misión Rescate" y su relación con los orígenes del museo. Para finalizar este apartado realizando una atinada crítica hacia la potenciación, por parte de la Administración de esos momentos, de unos trabajos arqueológicos exentos de metodología científica que nos han proporcionado unos objetos de indudable valor pero carentes de contexto arqueológico.

Pasaron a continuación a hablar sobre los orígenes de la Asociación y del Museo, y sobre las variadas actividades que programan de forma periódica. Conferencias, exposiciones o talleres utilizados como un medio de proyección social y de difusión del Patrimonio Histórico. Nos contaron también cómo es actualmente el museo y cuáles son sus fondos principales, antes de terminar haciendo referencia a los proyectos de futuro del centro.

Un futuro, el del Museo de Villanueva de Córdoba, que aún no está completamente decidido. Actualmente ocupa con una pequeña exposición la segunda planta del edificio de la Audiencia (frente al Ayuntamiento y la parroquia, en pleno centro de la población). Un edificio histórico de indudable valor y muy bien ubicado, pero que presenta carencias tanto de espacio como de instalaciones o accesibilidad. Se refirieron también al antiguo refugio de la Guerra Civil, situado en la misma plaza y que en algún momento se barajó como posible sede del Museo. Aunque también presenta dificultades de accesibilidad y, sobre todo, problemas casi insalvables para articular un programa de conservación preventiva: una humedad relativa muy elevada que hace inviable la exposición de muchos de los materiales conservados en el centro. Y también, por supuesto, se refirieron al proyectado traslado de la exposición a la antigua Estación de Ferrocarril. Un edificio que, pese a las ventajas que ofrece disponer de un amplio espacio para exposición y actividades, sigue planteando algunas dudas relacionadas con la necesaria seguridad y con la relativa lejanía del resto de centros de interés del municipio. Ninguna solución es perfecta, aunque no puedo dejar de imaginar el gran valor que adquiriría este museo si adoptara como propios los tres espacios...

En definitiva, María Victoria y José Ángel nos ofrecieron una visión muy clara sobre su museo. No se equivoca el blog de la Asociación de Amigos del Museo de Villanueva de Córdoba cuando realiza un "muy buen balance" de la conferencia.

martes, 21 de enero de 2014

Conferencia en la Fundación PRASA: el Museo de Villanueva de Córdoba

Edificio de la Audiencia, actual sede del Museo de Historia Local


El próximo miércoles 22 de enero, a las 20 h., tendrá lugar una nueva charla dentro del ciclo de conferencias “Museos y desarrollo local”, organizado por la Fundación PRASA junto con la Real Academia de Córdoba y la Asociación Provincial de Museos Locales.

A través de este ciclo de conferencias, diferentes museos de Córdoba y su provincia presentan en la sede de la Fundación PRASA sus proyectos de futuro, dándonos la oportunidad de conocer cómo estos centros contribuyen al desarrollo cultural, social y económico de su área de influencia.

En esta ocasión, María Victoria Rosique Rodríguez y José Ángel Expósito Cartán serán los encargados de hablar de la historia, la situación actual y los proyectos de futuro del Museode Historia Local de Villanueva de Córdoba. Inscrito en el Registro de Museos de Andalucía, el museo de Villanueva expone en la actualidad una selección de sus colecciones arqueológicas en la segunda planta del céntrico edificio de la antigua Audiencia. Desde hace unos años, este museo de titularidad municipal está inmerso en un proceso de transformación de cara a su remodelación integral, barajándose las posibilidades de una nueva ubicación en la antigua estación de ferrocarril. Aunque el valor histórico y artístico del edificio de la Audiencia y las posibilidades de musealización del también monumental Refugio de la Guerra Civil que se encuentra en frente del mismo permiten que las opciones de futuro para el museo de Villanueva de Córdoba continúen abiertas.
 
La Estación. ¿Futura sede?
Inicialmente, estaba previsto que Silverio Gutiérrez Escobar, director y uno de los responsables de la creación del centro, fuera el encargado de impartir esta charla. Sin embargo, por problemas de salud será sustituido por dos jóvenes integrantes de la Asociación de Amigos del Museo, entidad a la que el Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba tiene encomendada la gestión del centro.

María Victoria Rosique Rodríguez y José Ángel Expósito Cartán están actualmente terminando sus estudios de grado en Historia en la Universidad de Córdoba. Ambos han completado sus estudios con cursos de especialización centrados especialmente en arqueología de la provincia de Córdoba, y han participado como colaboradores en varias intervenciones arqueológicas. Además, durante los últimos años vienen colaborando de forma habitual en las actividades organizadas desde el Museo de Historia Local de Villanueva.


jueves, 16 de enero de 2014

Dehesa boyal



Esta mañana, cuando iba para el trabajo, he oído en la radio una expresión que me ha llamado la atención. Refiriéndose a Pozoblanco, un directivo de una empresa nacional nombraba, en un tema que no viene al caso, el polígono industrial de la Dehesa de Boyal. Y me he dado cuenta de que en estas tierras todos estamos acostumbrados a oir hablar de la "dehesa boyal", pero no sé si todos sabemos de dónde viene este nombre. Y me he decidido a publicar aquí unas pequeñas notas sobre el tema.

1. Dehesas.

Aunque hoy estamos habituados a relacionar este término con un tipo concreto de paisaje, en su origen fue un concepto puramente jurídico. Etimológicamente "dehesa" (defesa en la documentación bajomedieval) deriva del verbo "defender", en una acepción perdida en castellano pero que se conserva, por ejemplo, en francés: prohibir. Una dehesa es, así, un terreno delimitado en el que está prohibida la entrada de ganados ajenos. Si es propiedad de un concejo, no podrán entrar en ella ganados pertenecientes a quienes no son vecinos de la población; si es de un particular, sólo podrán entrar sus propios ganados.

2. Paisajes adehesados.

Sin embargo, con el tiempo el término "dehesa" pasó a definir un paisaje, mediante un proceso que no es complicado de entender. Para conseguir mejores pastos, los antiguos ganaderos procedían a aclarar el monte. Limpiaban matas, arbustos, etc. y conservaban un número suficiente de encinas, entre las que resultaba fácil el tránsito del ganado. Las dehesas -jurídiccamente- dieron así lugar a la aparición de un paisaje característico, fruto de la alteración por el hombre del medio natural. Con la pérdida de la función original de las tierras y dehesas comunales, hemos ido olvidando el significado jurídico para quedarnos únicamente con el paisajístico.

3. Dehesas y tierras comunales.

Quizá porque en Los Pedroches sabemos todos que los términos municipales no han estado delimitados hasta tiempos recientes, y que la práctica totalidad del territorio era una gran dehesa (La Jara, Ruices y Navas del Emperador), a veces cuando oímos hablar de antiguas dehesas tendemos a pensar que este término es un sinónimo de "bienes comunales". Y no es así, porque no todas las dehesas fueron comunales. Los señores y los grandes propietarios también tuvieron sus tierras adehesadas, es decir, jurídicamente protegidas para impedir la entrada de ganados ajenos. [Sobre la dehesa de la Jara he escrito en varias ocasiones, por ejemplo aquí]

4. Sistemas de aprovechamiento.

¿Cuál era el sistema de aprovechamiento de las dehesas concejiles -municipales-? En general, y resumiendo mucho un tema bastante complejo, podemos diferenciar entre dos formas de aprovechamiento de las tierras concejiles: los llamados bienes "de propios" son gestionados directamente por la institución, que puede decidir si permite la entrada libre de todos los ganados de los vecinos del concejo o establece un sistema diferente, por ejemplo el pago de un canon por parte del propietario de los ganados por cada animal llevado a pastar. También existen otros bienes concejiles catalogados como "de común aprovechamiento". En este caso no se permitiría la segunda opción, sino que el aprovechamiento debía quedar libre para todo aquel que cumpla con las condiciones generales de vecindad.

5. El caso del aprovechamiento de la Dehesa de la Jara.

La Dehesa de la Jara pertenecía, legalmente, a "los propios" de la ciudad de Córdoba. En algunas ocasiones, durante los siglos XIV y XV, surgieron conflictos entre los vecinos de Pedroche y los señoríos comarcanos al entender éstos que se trataba de bienes "de común aprovechamiento". Los señores, como vecinos de la ciudad de Córdoba y su tierra, tendrían derecho a llevar a pastar a La Jara cuantos ganados quisesen. Sin embargo, aunque propiedad cordobesa, de hecho eran los concejos de la comarca (sólo el de Pedroche tras la señoriazación de Gahete - Belalcázar en 1444) quienes definian el sistema de aprovechamiento.

A partir de la independencia de varias aldeas de Pedroche, la gestión de los aprovechamientos se decidía en reuniones mancomunadas, habitualmente celebradas en la ermita de Piedrasantas de Pedroche. Los acuerdos no siempre eran fáciles, y son frecuentes las disputas, por ejemplo entre los concejos de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, partidarios los primeros de cobrar a los ganados que pasten en la dehesa y los segundos de permitir el libre aprovechamiento. Un claro reflejo de cómo el concejo de Villanueva estaba dominado por propietarios de ganado mientras que la riqueza en Pozoblanco procedía de otros sectores. Y un enfrentamiento que, de forma en ocasiones algo folclórica, se trasladará a la rivalidad en torno a la Virgen de Luna (también hablé de ello, aquí y aquí).
 
6. La dehesa boyal.

Pero no sólo de carne vive el hombre, y villas y aldeas necesitaban rodearse de huertas y zonas cerealísticas que garantizaran el abastecimiento de la población. Para labrar estos campos se utilizaban mulos pero, sobre todo, bueyes. Unos animales que necesitaban pastos, pero en lugar más controlado y cercano tanto a la población como a la zona de trabajos agrícolas. De ahí que toda población, desde la más pequeña aldea, contara con una porción de tierras bien delimitadas y destinadas única y exclusivamente a alimentar al ganado de labor utilizado por los agricultores. En ella podían entrar libremente los animales empleados por los vecinos de la villa o aldea en cuestión,.y ninguno más. Ni animales de forasteros ni ganado que no tuviera como única función la de labrar los campos. Y este terreno, cuya función era claramente conocida por todos y en el que solían abundar los bueyes, es lo que se llamaba por esta razón dehesa boyal.


jueves, 9 de enero de 2014

Lecturas: Tartessos y el templo


Empiezo el año con una breve entrada para animar a la lectura. Y por eso os traigo un artículo de prensa y un libro. El primero, dedicado a la apertura al público del Templo Romano de Córdoba. El segundo, el "Viaje a Tartessos", del escritor, arqueólogo, historiador -y sin embargo amigo- Fernando Penco.

Cuando uno se acerca hoy al Teatro Romano desde la calle Capitulares le parece imposible que durante tantísimos años no hubiéramos podido ver mas que unas ruinas sin sentido detrás de parapetos que, variando en el tiempo, parecen haber cumplido durante décadas perfectamente con su función. Siempre que su función fuera, eso sí, la de aleccionar a la ciudadanía de que se encontraba ante unas incomprensibles ruinas que nunca servirían para nada. Porque esas columnas reproducidas junto al Ayuntamiento eran lo único visible detrás de unos paredones que parecían ocultar una obra eterna. Por eso, pequeños cambios en el entorno inmediato del monumento han provocado una transformación enorme en la visión que los ciudadanos teníamos de esa parte del impresionante yacimiento arqueológico que es la ciudad de Córdoba.

Y, como dije que iba sólo a recomendar lectura, empezaré por el texto que Virginia Luque publicó el día 3 de enero en El País. Claro, sencillo, preciso y evocador. Por supuesto que hay sesudas investigaciones publicadas por ahí, pero el artículo de Virginia nos permite una primera aproximación y, en definitiva, comprender qué era ese complejo que antes teníamos por ruina inmunda. Como además es breve, espero que aceptéis mi sugerencia.

La segunda recomendación se refiere a Tartessos. Porque esta es la civilización a la que dedica Fernando Penco su último libro, después de haber escrito sobre el Guadalquivir, la minería de Cerro Muriano, la foto del miliciando de Capa y numerosas excavaciones arqueológicas. Efectivamente: quienes le conocemos sabemos que Fernando nunca podrá parar. Siempre inquieto, siempre curioso, su libro sobre Tartessos promete no sólo información fiable tratada con la profesionalidad del historiador y arqueólogo; también podemos esperar el disfrute de unos textos bien escritos.

El lunes 13 de enero, Fernando estará en la Delegación de Cultura de la Junta en Córdoba, acompañado por el editor Manuel Pimentel, para presentarnos este particular viaje a Tartessos. Sin duda, muy recomendable.