lunes, 25 de noviembre de 2013

Sobre arquitectura omeya de Córdoba

"Vivienda de la Alberca". Madinat al-Zahra. Foto: CAMA.

Con motivo de la celebración de la exposición Madinat Qurtuba: ciudad y materia, desde Casa Árabe se me pidió que escribiera un pequeño artículo, muy resumido, sobre la arquitectura omeya de Córdoba. Este texto se integró en el catálogo de la exposición (accesible a través de la web de Casa Árabe), y ahora aprovecho para subirlo a la pestaña "publicaciones" de este blog, tanto en su versión española como en la inglesa.

Resulta muy difícil resumir en pocas líneas, y de manera comprensible y didáctica, los elementos arquitectónicos de época emiral y califal conservados en Córdoba. Aún a riesgo de perder rigor por simplificar en exceso, creo que la explicación debe centrarse especialmente en dos conjuntos de extraorinario valor: la Mezquita y Medina Azahara. Dos elementos muy diferentes: mientras la Mezquita es un edificio con un uso concreto (religioso en este caso), y por lo tanto unitario, Medina está formada por un conjunto de edificios de características y usos dispares, que conformaban una verdadera ciudad; mientras la Mezquita es un edificio que, con múltiples rehabilitaciones, se mantiene en pié, en Medina encontramos únicamente los restos excavados de una ciudad destruida; mientras, finalmente, la Mezquita es un conjunto formado por diferentes construcciones, ampliaciones y reformas, Medina fue levantada íntegramente durante la segunda mitad del siglo X.

Estas importantes diferencias nos sirven, sin embargo, para obtener una imagen bastante precisa sobre la arquitectura andalusí en Córdoba. Porque la evolución estilística experimentada por el arte andalusí entre los siglos VIII y XI está muy presente en la parte islámica de la Mezquita. Mientras que en los restos conservados de la antigua Madinat al-Zahra podemos acceder a diferentes edificios, tanto de carácter público como privado, de la época de mayor esplendor de Córdoba, durante los mandatos de Abd al-Rahman III y al-Hakam II.

La Mezquita y los restos de Madinat al-Zahra nos ofrecen, pues, una base fundamental para comprender la arquitectura andalusí. Y diferentes elementos conservados en la ciudad nos permiten ampliar este esquema general: los alminares conservados de la Iglesia de Santiago, de San Juan de los Caballeros o de Santa Clara, los restos arqueológicos de mezquitas de barrio excavados, por ejemplo, en la estación de autobuses o el complejo deportivo de El Fontanar, los baños del Alcázar, los de Santa María o de San Pedro, además de numerosos datos sobre viviendas andalusíes excavadas durante las últimas décadas en la ciudad y su entorno inmediato nos ayuda a conocer cada vez mejor cómo era la antigua Madinat Qurtuba.

Con estos datos, podemos concluir que la arquitectura omeya de Córdoba se configuró a partir de la tradición artística y constructiva de la España romano-goda a la que se sumaron influencias venidas de Oriente. Y, lo que me parece más interesante, el estudio de la arquitectura andalusí nos permite entender de forma muy gráfica el funcionamiento de ese importante Estado medieval que fue al-Andalus, en cuya formación y desarrollo histórico también es evidente la presencia tanto de elementos heredados del sustrato hispano-romano-godo como de importaciones culturales del Mediterráneo Oriental. De esta forma, la arquitectura andalusí es un magnífico medio para entender mejor la historia de al-Andalus.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Mesa redonda sobre novela histórica


Mañana, sábado 23 de noviembre, tendrá lugar en la sede de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba (Calle Capitulares, frente al Ayuntamiento) una mesa redonda con el título "La Córdoba romana y su potencialidad novelística: otra forma de rentabilizar la cultura". Quizá porque hablé de novela histórica con María Jesús Sánchez en las últimas jornadas de historia de Pedroche, o quizá porque quienes organizan (Alberto Monterroso y Jerónimo Sánchez) son amigos, el caso es que me han pedido que actúe como moderador.

Difícil tarea la de moderar una mesa en la que se acumula tanto talento. Aunque tengo que reconocer que para mí es un orgullo y un placer poder participar en este debate junto a reconocidos escritores e historiadores. Y, por qué no decirlo, también me alegra la alta representación que tendrá en la mesa mi pueblo (Pozoblanco) y mi comarca (Los Pedroches). Porque, junto a Alberto Monterroso, Antonio González y Gabriel Castelló, participan las también pozoalbenses (por nacimiento o por residencia y vocación) María Antonia Rodríguez y María Jesús Sánchez y un arqueólogo que, aunque cordobés, está últimamente ligado de manera especial a Añora a través de los trabajos que realiza el Instituto Arqueológico Alemán en el yacimiento de La Losilla.

Participantes:

María Antonia Rodríguez. Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla y escritora. Entre sus obras, destaca el libro La hija de Sexto Mario, el hombre más rico de las Hispanias, ambientada en la época del emperador Tiberio y que resultó ganadora del Premio Solienses 2011.

Antonio González. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla. Investigador especialista en filosofía social y política y escritor, ha escrito tanto estudios científicos como relatos de carácter literario, y es coautor de A la luz de Góngora.

Alberto Monterroso. Doctor en Filología Clásica. Dedicó su primer libro, El emperador impasible a la figura de Marco Aurelio, y es hoy en día uno de los más destacados divulgadores de la Córdoba romana, protagonista también de su último libro: La Córdoba de Claudio Marcelo.

Gabriel Castelló. Escritor valenciano de novela histórica ambientada en época romana. Es autor de Valentia, las memorias de Cayo Antonio Naso, centrado en su ciudad natal, y de Devotio, obra que presentará esta noche a las 22 h. en la cordobesa Librería Luque.

María Jesús Sánchez Raya. Licenciada en Historia por la Universidad de Córdoba, es profesora en el IES Antonio María Calero de Pozoblanco, traductora y escritora. Publicó Después de tí, nadie, en RBA, y en estos momentos está enfrascada en la escritura de una novela histórica ambientada en la época de la conquista cristiana de Córdoba.

Jerónimo Sánchez Velasco. Doctor en Arqueología por la Universidad de Sevilla. Especialista en el mundo tardorromano y visigodo, es colaborador habitual de diferentes universidades y centros de investigación en España, Portugal o Alemania. Es codirector del proyecto hispano-alemán de estudio del yacimiento arqueológico visigodo de La Losilla.


lunes, 18 de noviembre de 2013

Javier Orcaray en la Fundación PRASA

Javier Orcaray Vélez con Joaquín Criado Costa
Con su habitual dosis de crítica, e incluso una pizca de provocación, Javier Orcaray nos ofreció el pasado miércoles en la sede de la Fundación PRASA una panorámica general no sólo de las actividades realizadas por la residencia de artistas La Fragua, sino también de la situación actual de los museos locales y de la gestión cultural. Quizá es que yo soy un poco masoquista, pero lo cierto es que en estos temas a mí "me va la marcha". Creo que la crítica a nuestro trabajo, siempre que esté bien fundamentada, nos ayuda a mejorar el servicio que prestamos desde los museos, desde la gestión cultural, a la sociedad.

Son muchos los retos que deben afrontar los museos, y especialmente los pequeños museos locales, para mejorar su percepción por la sociedad. Me parece evidente, como expuso Orcaray, que nuestra primera necesidad es la de hacer que nuestros centros culturales estén abiertos a la sociedad. Abiertos físicamente (lo primero, con un horario de apertura estable) y también de manera virtual, a través de una página web. Y, por otra parte, también resulta muy conveniente que estos centros cuenten con una gestión profesional, para que su futuro, sus actividades y, en definitiva, su programa, no dependan de las veleidades del político de turno.

Todos sabemos que, a día de hoy, este planteamiento de Javier Orcaray se acerca mucho al terreno de la utopía. Faltan recursos, materiales pero sobre todo humanos, para conseguir acercarnos a esta situación ideal. Sin embargo, las utopías pueden ayudarnos a caminar en la dirección correcta. Y coincido con Javier en que sólo la profesionalización y la concepción de los museos y centros culturales como espacios abiertos a la sociedad nos ayudará a convertirlos en instituciones más útiles y más atractivas.

La conferencia estuvo centrada en la función social que cumple la residencia de artistas La Fragua. De promoción del arte y también de dinamización social. Muy interesante y entretenida, dio lugar a un animado debate final. Cuando La Fragua celebra su tercer aniversario (intentaré asistir a los actos programados con este motivo), Javier anunció la próxima apertura de un satélite temporal en la propia ciudad de Córdoba. Una buena noticia, sin duda, pero que a mí me plantea alguna duda. Sobre todo después de saber que han visto reducido el espacio que ocupaban en el Convento de las Clarisas de Belalcázar para dejar espacio a un futuro "museo de trajes regionales" (perdonad que no haga ningún comentario al respecto; estoy todavía demasiado impactado por la noticia).

Lo reconozco. De la charla me quedó un cierto regusto amargo. La desazón de comprobar cómo una iniciativa cultural de primer nivel no cuenta con los apoyos institucionales que se merece. Y que por esta razón puede llegar el día en el que sus impulsores decidan buscar aires más propicios. Espero que nunca tengamos que lamentar en Los Pedroches, en Córdoba, la pérdida de un centro cultural que, a través del arte, nos acerca al mundo. Sería sencillamente imperdonable.

martes, 12 de noviembre de 2013

Javier Orcaray hablará de La Fragua


A punto de cumplir los tres años de vida, la residencia de artistas La Fragua se ha convertido en un referente tanto del arte contemporáneo en Córdoba como de la cultura de Los Pedroches. Ubicada en parte del antiguo convento de Santa Clara de Belalcázar, las actividades que organiza (numerosas, de calidad y diferentes a cualquier otra oferta cultural de la comarca) suponen, sin duda alguna, un gran aliciente para visitar Belalcázar.

Javier Orcaray, codirector de este centro de arte contemporáneo, nos hablará el próximo miércoles en la sede cordobesa de la Fundación PRASA sobre la capacidad que tiene el arte más actual para contribuir al desarrollo local. Quizá pueda extrañar que se hable de La Fragua en un ciclo de conferencias titulado "Museos y desarrollo local". Porque La Fragua no es un museo. Esencialmente, porque no es un centro dedicado a la conservación, investigación y difusión de una colección permanente. No obstante, también me parece claro que es un importante centro cultural que comparte algunos de los más importantes objetivos de los museos. Especialmente compartimos el objetivo de difundir el arte pero, además, estando ubicada en un edificio histórico de la importancia del Convento de Santa Clara, La Fragua también contribuye a la conservación y puesta en valor del Patrimonio Histórico.

De hecho, no es la primera vez que Javier habla de la residencia de artistas en un foro dedicado específicamente a los museos, ya que participó en los actos organizados en 2012 por los museos de Los Pedroches para conmemorar el Día Internacional de los Museos.

Durante los últimos 3 años han sido muchos los artistas, procedentes de distintos rincones del planeta, que han residido, creado y expuesto su obra en La Fragua. Convirtiendo a Belalcázar en un magnífico ejemplo de cómo un área rural puede convertirse en sede de un proyecto internacional centrado en la creación artística más actual.

Quienes hemos tenido la oportunidad de escucharlo en ocasiones anteriores sabemos que Javier no dejará indiferente a nadie con su charla. Y que es muy posible que termine generando un debate amplio y profundo. Un debate centrado en una institución única en nuestra provincia que es, como el propio Orcaray señala en el título de su ponencia, un proyecto internacional para el desarrollo de un contexto local. No faltéis.



Ciclo: Museos y Desarrollo Local. Octubre 2013 – Abril 2014.          
Título: Un proyecto internacional para el desarrollo de un contexto local.
Ponente: Javier Orcaray Vélez, codirector de La Fragua artist residency.
Lugar: Fundación PRASA. Avda. Gran Capitán, 2. Córdoba (4ª planta).
Fecha: Miércoles 13 de noviembre de 2013
Hora: 20 h.
Organiza: Fundación PRASA – Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba – Real Academia de Córdoba.
Entrada libre y gratuita hasta completar el aforo de la sala.

martes, 5 de noviembre de 2013

Fahs al-Ballut en Piedra y Cal.


La asociación Piedra y Cal me ha invitado para hablar este jueves en su sede de la calle Santa Ana de Pozoblanco sobre Fahs al-Ballut, la antigua provincia de al-Andalus con la que, a grandes rasgos, identificamos la comarca de Los Pedroches.

Muchas veces he repetido que los medievalistas solemos quejarnos de la falta de fuentes de estudio. En el caso de la comarca de Los Pedroches, la escasez de fuentes documentales y la falta de estudios arqueológicos hacen de nuestra zona un espacio históricamente muy mal conocido. Faltan datos pero, por encima de todo, siempre nos han faltado investigadores. Nosotros mismos solemos tener la idea preconcebida de que Los Pedroches es un espacio geográficamente marginal. Tendemos a pensar que estamos en una comarca pobre e históricamente alejada de las grandes vías de comunicación. Pero esa idea, posiblemente acertada si miramos únicamente el último siglo, no es aplicable a la Edad Media.

Durante el siglo X, Córdoba se había convertido en la capital de al-Andalus y la ciudad más importante del Occidente europeo. Parte de su riqueza le viene, precisamente, de servir de puente cultural y económico entre Oriente y Occidente. La ciudad, extraordinariamente grande para la época, no puede defenderse reduciéndola a un núcleo amurallado de manera más o menos efectiva. De ahí que algunos autores hayan catalogado las fortalezas de Alcolea, El Vacar y Almodóvar del Río como las tres grandes "puertas" defensivas de Córdoba.

El espacio situado al norte de Córdoba tenía en este momento una enorme importancia estratégica. En primer lugar, como espacio de defensa de defensa de la capital cordobesa. Y, más aún, como espacio por el que discurren las principales rutas comerciales que unen Córdoba con la Meseta.

Las fuentes documentales son muy parcas en noticias sobre Los Pedroches en época andalusí. Y la falta de estudios arqueológicos nos priva no sólo de contar con elementos destacados del Patrimonio Histórico de época medieval, sino que también nos impide conocer con precisión cómo funcionaba esta provincia o marca que los árabes conocían como "El Llano de las Bellotas". Por esta falta de estudios, y no por falta de interés histótico, Fahs al-Ballut sigue siendo una desconocida provincia de al-Andalus.