martes, 25 de octubre de 2011

Conferencias: 711 en el Arqueológico

Sólido o dinar de conquista del Mueo PRASA Torrecampo. Año 712-713

Sorprende, con la afición que solemos tener a los centenarios, que hasta ahora no hayamos oído hablar mucho de los 1.300 años de la entrada de los musulmanes en la Península Ibérica. Será que no está de moda, o que la crisis también ha tocado a conmemoraciones y efemérides.

Por eso resulta especialmente interesante la conferencia que, esta tarde a las 19 h., impartirá la Dra. Fátima Martín sobre monedas de conquista y emirales en el Museo Arqueológico de Córdoba. Muy interesante, sin duda alguna.Y algo me dice que próximamente también tendremos la oportunidad de acercarnos en Pozoblanco a conocer un poco más este interesante período de nuestra historia.

jueves, 20 de octubre de 2011

JAS

Notas de Juan A. Souto sobre piezas del Museo PRASA Torrecampo

Nunca pensé que llegaría a costarme tanto trabajo escribir una entrada en el blog.

Como un mazazo recibí ayer la noticia del fallecimiento, el pasado lunes, de Juan Antonio Souto Lasala (diciembre 1959 - octubre 2011). Profesor Titular del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid, Souto era posiblemente, como señalé el pasado mes de enero en un comentario a una entrada anterior, "el mejor epigrafista árabe europeo". De ello dan fe multitud de publicaciones científicas (pueden verse algunas de ellas en dialnet), y las constantes citas a sus obras en cualquier trabajo referido no sólo a epigrafía, sino a casi cualquier cuestión relacionada con la historia de al-Andalus. Pero además, su carácter abierto y afable, su conversación amena y su capacidad didáctica le llevaron a ser un magnífico divulgador de nuestra historia. Su pequeño libro La Mezquita Aljama de Córdoba (Zaragoza, Instituto de Estudios Islámicos y del Oriente Próximo, 2009) es, para mí, lo más recomendable para conocer de verdad este monumento universal.

Souto, en Pedroche. Foto: Pedroche en la red.
Nacido en Caracas, este aragonés profesor madrileño se había convertido en cordobés por vocación. Yo lo conocí hace ya bastantes años, cuando él estudiaba las inscripciones conmemorativas andalusíes del Museo Arqueológico de Córdoba. Coincidimos más adelante en la organización del Congreso Internacional "Almanzor y su época" (2002) y desde entonces hemos tenido contactos frecuentes. Unos contactos que se intensificaron cuando me hice cargo de la dirección del Museo PRASA Torrecampo. Siempre trabajador y siempre curioso, Juan Antonio Souto no dudó en acercarse a Torrecampo para ayudarme a catalogar las piezas con inscripciones árabes de nuestra colección. Y volvió ilusionado, como siempre, para estudiar una lápida funeraria del siglo XI aparecida en el Parque del Salvador de Pedroche, realizando un estudio riguroso que fue el detonante para que Pedro de la Fuente, desde el Ayuntamiento de esta localidad, organizara las I Jornadas de Historia Local de Pedroche en 2009.

Pero, más allá de su capacidad científica, quienes le conocimos echaremos de menos a una persona que se hacía querer. Tuve el honor de que me mencionara entre sus colegas y amigos cordobeses en el prólogo de La Mezquita Aljama de Córdoba. Pero sobre todo tuve el honor de conocerle y tratarle. Y de contar de vez en cuanto con esos correos de saludo personal que terminaba casi siempre con la misma fórmula: "Salud y República. JAS".

Hasta siempre, compañero. S.T.T.L.

sábado, 15 de octubre de 2011

De Memoria y de Historia

Viñeta de Eneko. Genial, como siempre.

El Tratado de Versalles de 1919 impuso a Alemania unas duras condiciones. Entre ellas, el pago de fuertes indemnizaciones a los vencedores de la I Guerra Mundial y, de forma muy destacada, a Francia. La difícil situación alemana empeoró con las consecuencias de la gran crisis económica provocada por el crac bursátil de 1929. Los años 30 fueron duros para Alemania, y los alemanes tendieron con facilidad al radicalismo político. Primero, concediendo un fuerte apoyo electoral a la extrema izquierda revolucionaria (Partido Comunista, contrario al sistema político establecido) y casi inmediatamente aupando al poder a Hitler y a su partido Nazi.

Podríamos decir que Francia, y los franceses, son los verdaderos responsables de la II Guerra Mundial. "- Niño, ¿quién empezó la II Guerra Mundial? - Francia". Podríamos decirlo, aunque sería una barbaridad y en algún país, posiblemente incluso delito. En realidad, sería una chorrada, una ocurrencia propia de alguien con poca información, poca formación y muy probablemente excedido en el consumo de sustancias psicotrópicas o de vino barato.

¿Por qué algunos se empeñan, sin embargo, en acusar a "los comunistas", a "las izquierdas" o, más genéricamente, a "la República" de ser los causantes de la Guerra Civil Española? Según algunos, Franco se habría visto obligado a "salvar España". Una estupidez, con muchísima menos base histórica que esa idea absurda de que Hitler habría pretendido salvar a Alemania de las imposiciones francesas. Un absurdo, que no resiste ningún análisis medianamente serio, pero que cada vez tiene más presencia social. Porque algunos saben que la manipulación de la historia puede serles de gran provecho.

¿Quiénes son los protagonistas de este desaguisado? En primer lugar, unas gentes a los que habíamos casi olvidado después de 35 años de democracia: los franquistas de toda la vida. Gentes que, agazapados, muy prudentes durante años, fueron llamados a filas para adoctrinar de nuevo a las masas. Algunas de las entradas del Diccionario de la Real Academia de la Historia (al que me referí en varias entradas anteriores: 1, 2, 3, 4 y 5) nos dan las pistas de quiénes son y quiénes encargaron el trabajo. En segundo lugar, un reducido pero muy activo grupo de activistas, propagandistas en toda regla que, incluso sin tener estudios históricos, han llegado a publicar panfletos doctrinales plagados de errores historiográficos y de interpretaciones interesadas que les han llevado a ocupar puestos destacados en las librerías.

Y ¿Quienes son los responsables? Naturalmente, quienes les pagan. La FAES y el entorno del ex-presidente Aznar están detrás de buena parte de esta política manipuladora de nuestra historia (encargo del diccionario RAH, editoriales y medios de comunicación ultraconservadores, etc). Y las tertulias de Intereconomía, im-prezionantes en sí mismas, las que les dan de comer diariamente a muchos de ellos. Porque saben que una mentira gritada repetidamente en los foros adecuados puede convencer a muchos.

César excavando una fosa en Belmez
Sólo queda una última pregunta, que quizá sería la más importante: ¿Por qué? ¿Para qué? Y eso no lo tengo claro. Lo que sí es evidente es que se trata de una campaña puramente propagandística orquestada desde grupos políticos ultraconservadores integrados en el ala derecha del Partido Popular. Grupos que difunden con fines políticos unas ideas peregrinas adornadas con argumentos vanos teñidos de "históricos", que no resisten el más mínimo análisis científico. ¿Sólo para ganar votos con el topico manido de las "dos Españas"?

Estoy convencido de que la mayoría de los militantes, simpatizantes y votantes del PP son demócratas y contrarios, por lo tanto, a la dictadura de Franco. ¿Por qué, entonces, intentar desde ciertos sectores de ese partido, convencerlos de otra cosa? Sinceramente, no lo entiendo, aunque sé que no es casualidad. Algunos (los "algunos" de siempre) lo pintan como reacción a los movimientos por la recueración de la llamada memoria histórica. Ni entiendo qué sentido tiene oponerse a que alguien intente localizar en alguna fosa común los restos de su abuelo asesinado en una cuneta, cuando nadie busca castigar a los culpables. No se busca el castigo porque los familiares de asesinados, desaparecidos y represaliados han esperado pacientemente hasta que no hubiera responsables. Han esperado los hijos, y son ahora los nietos quienes reclaman cosas tan simples como poder dar sepultura digna a unos huesos o anular una sentencia injusta dictada por un tribunal franquista. ¿Contra eso tiene que reaccionar el tea party pepero de Aznar &co? Qué pena. Y qué miedo.

Porque el problema no es que cuatro descerebrados más o menos capaces de articular frases gramaticalmente correctas digan lo que dicen en Intereconomía o publiquen lo que publican los Moa, Vidal y compañía. Lo malo es oír algunos de sus argumentos en boca de personas formadas, informadas y razonables. Y eso me da más pena pero, sobre todo, más miedo.

lunes, 10 de octubre de 2011

IX Jornadas de Ategua


Ategua, yacimiento arqueológico situado cerca de Santa Cruz, en la Campiña Alta cordobesa, es un enclave especial. No sólo por la importancia de los restos conservados, sino fundamentalmente porque ha despertado desde hace años una clara conciencia ciudadana de defensa del Patrimonio Histórico como fórmula de desarrollo cultural, y también económico. A comienzos del próximo mes de noviembre, se celebran las IX Jornadas que la Asociación de Amigos de Ategua organiza para reivindicar la necesaria puesta en valor de este recurso patrimonial (ver noticia en Diario Córdoba).

En la introducción a las Jornadas, la asociación llama la atención sobre la desidia con que tradicionalmente, a su juicio, han mirado las instituciones hacia el yacimiento. Situación que se convierte aún en más problemática si tenemos en cuenta los problemas derivados de la actual crisis económica. A pesar de que es mucho lo que se ha dicho durante las 8 ediciones anteriores, el tema al que se dedican estas IX Jornadas, plasmado en el propio título, introduce un nuevo concepto: el territorio, y más concretamente la Campiña Alta, una extensa zona ligada históricamente a la ciudad de Córdoba y demasiadas veces olvidada cuando se habla del mundo rural cordobés. Un tema del que hablaremos Jerónimo Sánchez y yo mismo al analizar las posibilidades de implantar un museo en Santa Cruz dedicado no sólo al conocimiento del yacimiento de Ategua, sino a la historia de este espacio geográfico. Será el sábado 5 de noviembre, a las 18 h. Para quienes podéis estar interesados, os dejo aquí el folleto de las jornadas.

viernes, 7 de octubre de 2011

Historias literarias: "los que miran el frío"

Con J.L. González y F. Onieva. Foto: Punto Radio Pozoblanco

Reconozco que, en lecturas, soy bastante anárquico y un poco maniático. Qué se le va a hacer. No sigo ningún orden ni programación, sino que leo lo que en cada momento me apetece, y suelo tener más de un libro empezado a la vez. En cuanto a las manías, me cuesta mucho trabajo dejar a media lectura un libro, y suelo "engancharme" especialmente a aquellas obras que comienzan con una frase que, por alguna razón, me atrae especialmente.

Anoche presentamos en el Mirador del Teatro "El Silo" Los que miran el frío, de Francisco Onieva. Un conjunto de relatos centrados en los años de la Guerra Civil en la comarca de Los Pedroches. No es uno de esos libros que cuesta trabajo terminar. Al contrario, engancha desde su primera frase:
"Tal vez nada sucedió como lo recuerdo y la imaginación haya difuminado mi memoria a fuerza de escuchar una historia contada siempre por los otros (...)".
El conjunto de relatos que integran el libro, primera incursión en la narrativa del poeta Onieva, nos ofrecen una panorámica global dura sobre los perdedores de la Guerra Civil: el pueblo, independientemente del bando al que defendieran o en el que les tocara pasar estos trágicos años. Debo reconocer que, como historiador, lo primero que me provoca la lectura es envidia. Sin eufemismos: nada de envidia sana, sino simlemente envidia. ¿Por qué un buen escritor puede, con una obra como esta, evocar de forma certera un momento de nuestro pasado que los historiadores sólo podemos esbozar de manera fría y parcial? ¡Ay! ¡El respeto a las fuentes y al método científico de investigación histórica!

A cada cual lo suyo, es cierto. Pero siento una cierta desazón al comprobar cómo cualquier lector puede obtener una visión mucho más real y completa del pasado leyendo una obra literaria bien documentada -como es el caso- que acudiendo a estudios completos e impecables historiográficamente como, pongamos por caso, el libro de Antonio Barragán sobre la incidencia de la Ley de Responsabilidades Políticas del primer franquismo. Al menos, los historiadores podemos consolarnos pensando que sin obras como esta última, los buenos novelistas no dispondrían de una información que, convenientemente mezclada con una dosis de ficción, de oficio y de arte, les permite escribir obras como Los que miran el frío. Un cóctel que, al estilo de James Bond, hay que servir siempre mezclado, no agitado.

El destino, la casualidad o simplemente ese carácter anárquico con el que se me ocurren las lecturas, hizo que el fin de semana pasado comenzara a leer una antigua obra de Peter Spufford que hasta el momento sólo había utilizado para buscar algún dato concreto: Dinero y moneda en la Europa Medieval. Se trata de un estudio que el autor comenzó a redactar en la década de los 60 del siglo XX, aunque sólo se publicaría a fines de los 80. Y que yo tenía prácticamente olvidado desde hace años en una estantería, precisamente hasta el sábado pasado. Cuando descubrí en la primera frase de su introducción, siguiendo estas manías mías, que tengo que leerlo entero:

"Puesto que generalmente los historiadores han encontrado difícil analizar y contar la búsqueda de la felicidad, se han concentrado en las otras dos preocupaciones esenciales de la raza humana, la búsqueda del poder y la búsqueda de la riqueza".

Por más que tenga claro, incluso apoyándome en la cita de Spufford, la diferencia entre los oficios de escritor y de historiador, a veces la lectura de obras como la de Onieva me producen una insana envidia. Lo reconozco.

Más información:
          La noticia, en la web del Ayuntamiento de Pozoblanco.
          Nota sobre la presentación en el blog de Punto Radio Pozoblanco.
          Discurso de José Luis González Peralbo transcrito en El Guijo de Los Pedroches
          Se puede seguir la información sobre este libro en el blog específico creado por su autor

El público asistente, antes del acto. Foto: Punto Radio Pozoblanco

lunes, 3 de octubre de 2011

Presentación de libro: Francisco Onieva

El próximo jueves, 6 de octubre, Francisco Onieva presentará su nuevo libro, "Los que miran el frío" en el Mirador del Teatro el Silo de Pozoblanco. En este acto participaré junto al autor y a José Luis González Peralbo, y podremos disfrutar de los dibujos realizados para ilustrar el acto por Jesús Redondo.

Podéis encontrar más información sobre el autor y su libro (muy interesante, os lo adelanto) en el blog creado por Francisco Onieva.



Mirador del Teatro El Silo (Pozoblanco)
Jueves 6 de octubre de 2011
20.30 h.
Entrada libre hasta completar aforo.

domingo, 2 de octubre de 2011

"El MaMo"

Foto: Madero Cubero para El Mundo
Ayer, dando un paseo por el Casco Histórico de Córdoba, tuve la oportunidad de ver el casi definitivo resultado paisajístico de la "intervención arquitectónica" en el espacio situado entre La Mezquita y la Torre de la Calahorra. Y el espacio ocupado por lo que algunos llaman ya "el mamotreto" (en adelante "El MaMo"), que parece ubicado para mayor gloria del arquitecto de turno, que disfrutará seguramente viendo cómo "su creación" ocupa el 60% de la imagen en las fotografías que difundirán por todo el mundo los turistas que visitan Córdoba.

La intención de este edificio sería la de poner en valor el pasado de la ciudad (ver, por ejemplo, en El País). Y, aunque las críticas a "eso" (no sé cómo calificarlo) son generalizadas -"presente que oculta el pasado" titulaba acertadamente un artículo el diario El Mundo- no he visto ninguna plataforma ni organización profesional que haya levantado su voz contra un sinsentido como esta construcción. Recuerdo algunas plataformas o similares que han impedido que Córdoba cuente con obras de grandes arquitectos. Como el cercano puente de Santiago Calatrava o, más recientemente, proyectos como el de la torre diseñada por Ferrater para el solar del antiguo Hotel Meliá o el proyecto de edificación de un hospital privado en La Albaida firmado por Herzog & de Meuron (ver noticia, por ejemplo, en ABC). En estos dos últimos casos, proyectos privados de Grupo PRASA. Arquitectos de primera línea a nivel mundial que finalmente no tienen obra en Córdoba. Mientras Juan Cuenca, responsable de este edificio junto a la mezquita defiende para su obra la convivencia del pasado con "lenguajes estéticos contemporáneos" (Ver en El Día).

Y digo yo que, en tiempos de crisis como estamos, y dado que aquí no hay grandes intelectuales y arquitectos que critiquen "El MaMo", podríamos dar una vuelta de tuerca más para rentabilizar estas obras:
  1. Colocando cámaras ocultas los días lluviosos para vender a Tele5 las imágenes de las caídas de turistas resbalando hacia el Arco del Triundo, al estilo de humor amarillo.
  2. Superponiendo a la fachada de "El MaMo" una pantalla de leds que se alquile mediante subasta pública como soporte publicitario. Coca Cola pagaría un pastón para presentar en todo el mundo árabe su marca ligada a la Mezquita cordobesa.
  3. Y, ya puestos, podemos habilitar el interior de la Mezquita como aparcamiento. Para facilitar el acceso a todos los turistas deseosos de visitar el centro de visitantes y su flamante arquitectura.
Por supuesto, lo digo con ironía ¿eh?

sábado, 1 de octubre de 2011

Córdoba, reflejo de Roma

Pavimento de "opus sectile". Foto: Museo Arq. de Córdoba

A lo largo de la Historia, Córdoba ha tenido en varios momentos un papel protagonista muy destacado. Y uno de esos momentos fue, sin duda, la etapa imperial romana. Convertida en capital de la Bética, una de las provincias más ricas del Imperio, la antigua Corduba se transformará en una "pequeña Roma" hace algo más de 2.000 años.

El mandato de Augusto, hijo adoptivo de Julio César, provocará una gran transformación en un sistema político que deja atrás el antiguo sistema republicano para iniciar una nueva etapa imperial. Augusto se presentará, en una enorme campaña propagandística, como la única garantía de paz y prosperidad para ese enorme territorio, extendido por las dos orillas del Mediterráneo y gobernado desde Roma. La propaganda imperial llevará a todos estos territorios unas imágenes comunes. Lo hará a través de las monedas, con la efigie del emperador y leyendas alusivas al nuevo sistema político, pero también por ejemplo mediante la multiplicación de retratos de Augusto y otros miembros de la familia imperial en los espacios públicos de las distintas capitales provinciales, y construyendo edificios que emulan directamente a los más significativos de la capital, Roma. Para que cualquier persona en cualquier lugar del Imperio pueda sentirse ciudadano romano.

Friso con guirnalda. Ara Pacis (Roma)
Toda esta transformación planificada tiene su reflejo en una verdadera revolución urbanística en la ciudad de Córdoba. El mármol comienza a ser el material identificativo de los elementos decorativos presentes en las grandes obras públicas. Decoraciones que, en ocasiones, son casi copias literales de las existentes en los monumentos romanos más significativos. El Museo Arqueológico conserva, por ejemplo, un friso decorado con una guirnalda floral claramente relacionado con una de las construcciones más significativas de la Roma augustea: el altar de la paz o Ara Pacis. Y se imponen unas modas que, desde las imágenes públicas, pasan al ámbito privado. Como muestra el pavimento de tipo opus sectile que encabeza esta entrada, y que está formado por mármoles de importación llegados a Córdoba desde diferentes rincones del Mare Nostrum, el Mediterráneo romano.

Esta Córdoba, reflejo de Roma, será mostrada a través de una gran exposición entre diciembre de 2011 y febrero de 2012. Aunque el proyecto se gestó en el marco de las actividades contempladas en la preparación de la fallida candidatura cordobesa para la capitalidad cultural europea de 2016. Tras varios aplazamientos, la exposición tendrá lugar finalmente a partir del próximo 16 de diciembre, según se ha anunciado recientemente (1 y 2), noticia recogida hoy por la prensa provincial.

Espero que esta vez sea la definitiva porque, aunque la mayor parte de las piezas expuestas pertenecerán previsiblemente al Museo Arqueológico de Córdoba, la articulación del discurso expositivo nos permitirá conocer mejor un momento clave del pasado de la ciudad.

Friso con guirnalda. Museo Arqueológico de Córdoba