domingo, 22 de abril de 2012

Rafael Carmona en la Fundación PRASA

El pasado miércoles, Rafael Carmona Ávila cerró la primera parte del ciclo de conferencias "Museos y Desarrollo Local" en la sede de la Fundación PRASA. Un cierre de verdadero lujo, ya que el Museo Histórico Municipal de Priego de Córdoba es un ejemplo de centro cultural abierto a la sociedad. Y el trabajo de Rafael Carmona un ejemplo de profesionalización al que aspiran muchos de nuestros museos locales.

Rafa comenzó haciendo un recorrido por la historia de la institución, desde su fundación y primeros pasos a finales de los años 80 del siglo XX hasta la actualidad. No en vano, al final somos historiadores y creemos que es necesario conocer la propia historia de nuestros museos para poder conocerlos mejor y planificar correctamente su futuro.

Desde su creación, el Arqueológico de Priego ha ido cambiando de ubicación, de museografía, de discurso. Pero sobre todo ha crecido en las funciones que desarrolla. Rafael Carmona nos fue contando cómo en el momento de su creación lo que se pretendía era mantener una exposición permanente que recogiera los fondos arqueológicos existentes en colecciones particulares del municipio. A partir de 1989-1990 se produce un cambio de rumbo fundamental en la institución. En ese momento, el museo asume las funciones de un Servicio Municipal de Arqueología con competencias en todo el término municipal. Las excavaciones arqueológicas proporcionaban nuevos materiales a la exposición permanente del museo, y daban lugar a la redacción de numerosos trabajos de investigación. La publicación de la revista Antiqvitas, una de las más valoradas del panorama científico nacional en su materia, la elaboración de programas didácticos y de difusión y la realización de excavaciones y trabajos de seguimiento arqueológico convertían al Museo de Priego en un centro de referencia no sólo en nuestra provincia, sino a nivel andaluz.

Joaquín Criado, director de la Fundación PRASA
impone la insignia de la Fundación a Rafael Carmona.
El museo se ha consolidado como un centro integral de tratamiento del Patrimonio Arqueológico. Pero aún se podía avanzar en ese camino, y durante los últimos años, desde el museo se ha impulsado un nuevo proyecto que, en palabras de Carmona, trata de hacer revertir en la sociedad los beneficios de un trabajo que la sociedad ha encomendado al museo y al servicio municipal de arqueología. En este sentido, ya están activas las primeras paradas de una ruta arqueológica por el casco urbano que volverá a mostrarnos cómo Priego de Córdoba es un magnífico ejemplo de utilización del Patrimonio como motor de desarrollo. El calerín romano y el horno de barras almohade que ya son visitables nos permiten imaginar una ruta espectacular. Y las nuevas instalaciones del museo, en las que ya se está trabajando, permitirán que esta institución se fortalezca como el centro cultural que Priego necesita.

En el próximo mes de octubre retomaremos la segunda parte del ciclo "Museos y desarrollo local", organizado por la Fundación PRASA en colaboración con la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba. Hasta entonces, nos quedamos con el buen sabor de boca que nos ha dejado la conferencia de Rafa Carmona.

lunes, 16 de abril de 2012

Museos y desarrollo local: conferencia de Rafael Carmona

Patio central de la actual sede del Museo Histórico de Priego de Córdoba

Título:          Museos y Desarrollo Local:
                   El Museo Histórico Municipal de Priego de Córdoba
Ponente:      Rafael Carmona Ávila.
Lugar:          Fundación PRASA.
                   Avda. Gran Capitán, 2. Córdoba
Fecha:         Miércoles 18 de abril
Hora:           20 h.
Organiza:     Fundación PRASA – Asociación Provincial
                   de Museos Locales de Córdoba.


El próximo miércoles 18 de abril, a las 20 horas, se cierra la primera parte del ciclo de conferencias “Museos y desarrollo local” organizado por la Fundación PRASA con la colaboración de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba. Rafael Carmona Ávila, director del Museo Histórico Municipal de Priego de Córdoba nos hablará en la sede de la Fundación PRASA de este museo y de su incidencia en el desarrollo cultural y económico de Priego y, en general, de la comarca de la Subbética cordobesa.

La elección de esta conferencia para finalizar esta primera parte del ciclo no es casual. Creado en 1983, el Museo Histórico Municipal dePriego de Córdoba se ha convertido en un modelo de gestión municipal del Patrimonio Arqueológico. Su función original fue la de recoger, conservar y exponer los materiales arqueológicos dispersos por colecciones particulares y especialmente de las piezas neolíticas procedentes de trabajos realizados en diferentes cuevas del término municipal. En 1989, el todavía incipiente museo recibió un enorme impulso al convertirse en la institución responsable de la oficina municipal de arqueología, convirtiéndose de esta forma en un verdadero centro de gestión integral del Patrimonio Histórico.

Las numerosas excavaciones arqueológicas ligadas al trabajo del museo han permitido no sólo formar unas ricas colecciones, sino también contar con una de las exposiciones arqueológicas más importantes de la provincia. Y además, el trabajo realizado por este centro desde finales de la década de los 80 del pasado siglo ha hecho posible el desarrollo de numerosos proyectos de investigación, realizándose avances fundamentales en el conocimiento de la Prehistoria, la Antigüedad y la Edad Media de la zona de Priego. Conocimiento que, lejos de quedar enclaustrado entre los muros del museo, ha sido ampliamente difundido en congresos, reuniones y publicaciones. Y que ha quedado perfectamente registrado en una revista de investigación (Antiqvitas) que, con sus 22 números publicados desde 1990, ha alcanzado una gran relevancia científica.

Un museo, en definitiva, que documenta, conserva, investiga, difunde y nos permite disfrutar de un Patrimonio Histórico cada día más cercano para el conjunto de la sociedad, y que se ha convertido en un importante factor para el desarrollo de la localidad.

Aunque la institución es siempre mucho más que las personas que la forman, la consolidación y desarrollo del Museo de Priego ha estado ligada, desde 1989, a quien por su constante entusiasmo sigue siendo un joven arqueólogo: Rafael Carmona Ávila.

Licenciado en arqueología y especialista en arqueología andalusí, Rafa Carmona es Arqueólogo Municipal de Priego de Córdoba, Director del Museo Histórico Municipal y de la revista Antiqvitas, responsable de numerosas intervenciones arqueológicas y autor de más de un centenar de publicaciones especializadas. Pero además, siempre ha destacado por priorizar la función didáctica del museo, reflejada tanto en los sucesivos montajes expositivos con los que ha contado este centro en los últimos 20 años como en numerosas actividades didácticas y de difusión. Además de haberse convertido en asesor habitual de la mayor parte de los museos locales de la provincia, tanto en cuestiones museológicas y museográficas como en catalogación de las colecciones arqueológicas.

Su trabajo le ha hecho merecedor de diferentes premios individuales, como el título de Prieguense del año en 1998 o el prestigioso Premio Juan Bernier de Arqueología en 2007.

De todo este trabajo, y de los importantes proyectos de futuro del Museo, cuyo proyecto de instalación en el Molino de los Montoro será muy pronto una realidad, nos hablará Rafael Carmona en la Fundación PRASA. Una nueva oportunidad de conocer mejor una de las joyas del Patrimonio Histórico de la provincia de Córdoba de la mano de uno de los más destacados profesionales de la museología provincial.

domingo, 15 de abril de 2012

Cazatesoros, arqueólogos y gobiernos



El pasado viernes estuve viendo un documental de La 2 sobre expoliadores submarinos. Un programa que partía de una interesante declaración de intenciones: "El documental trata el tema a fondo de las actividades de los cazatesoros que expolian la história arqueológica de un país. La comunidad arqueológica reniega de los métodos empleados por los cazatesoros".

Sin embargo, sólo las primeras frases pronunciadas en el programa sirvieron para dar al traste con la más mínima credibilidad del espacio:

El fondo del mar esconde el mayor museo del mundo. Cerca de tres millones de barcos hundidos. Todos tienen valor histórico, pero sólo algunos están cargados de tesoros. Miles de millones de euros dispersos por el mar. Cazatesoros, arqueólogos y gobiernos se disputan su propiedad.

Por favor: ¿Quién les ha dicho a ustedes que los arqueólogos se diputan con alguien la propiedad de esos "tesoros"? Qué pena. Qué desperdicio de espacio para la defensa de un Patrimonio Histórico que es de todos.

sábado, 14 de abril de 2012

Artes en el Arqueológico


Hace ya unos años, cuando comenzábamos a diseñar un nuevo programa de difusión para el Museo Arqueológico de Córdoba, partimos de una idea básica, sencilla, pero muchas veces olvidada: además de muchas otras cosas, el Museo Arqueológico de Córdoba debía cumplir una función esencial como centro cultural y de difusión del arte. Porque un museo es, lo primero, un centro cultural. La música, las artes escénicas, la literatura, la pintura y, en general, la creación artística debía tener cabida en las actividades del museo.

Y esa idea inicial, que no todo el mundo entendía entonces, se ha desarrollado hasta fortalecer enormemente el papel del Arqueológico en la vida cultural cordobesa. Y se ha extendido por otros museos andaluces, entre los que destaca también nuestro Museo de Bellas Artes de Córdoba.

En estos momentos, y buscando siempre potenciar esa función aglutinadora de museo, arqueología, Patrimonio Histórico y Arte, el Arqueológico de Córdoba propone tres actividades de enorme interés: en primer lugar, un taller sobre la promoción del Patrimonio Histórico a través de las artes escénicas; en segundo lugar, la representación en el museo, los días 20 y 21 de abril, de una adaptación de las Memorias de Adriano de Yourcenar; y, finalmente, la convocatoria de una nueva edición del concurso de relato breve organizado por el museo coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional de los Museos.

Nuevamente, un lujo de museo; un lujo de centro cultural.

martes, 10 de abril de 2012

Ánforas y criminales

Monte Testaccio (Roma). Vista aérea

Quizá porque me ha gustado mucho la novela policíaca de Félix Ángel Moreno (ver crítica en Solienses), he estado pensando que, en el fondo, el trabajo de un historiador no es tan diferente al del detective de novela negra. En ambos casos, de lo que se trata es de empezar por recopilar pistas, cuantas más mejor, unas impactantes, otras aparentemente inútiles, pero todas necesarias para formar el mosaico final que nos ofrecerá la imagen buscada: el nombre del asesino o un aspecto importante de nuestro pasado. Teniendo todas las pistas posibles, no siempre es fácil alcanzar el objetivo final. Si perdemos pistas por el camino, la meta se alejará hasta convertirse en inalcanzable.

Cerámicas en el "Monte de los Tiestos"
El monte Testaccio es una pequeña colina, una elevación de unos 40 metros situada no lejos de Roma. Aunque a simple vista se apreciaba que estaba formado por una enorme cantidad de fragmentos cerámicos, hasta fines del siglo XIX no empezaron los trabajos de investigación sobre este impresionante yacimiento. Henrich Dressel fue el primero de una larga lista de investigadores que fueron trabajando en este puzle: primero, comprobando que la colina no era tal colina, sino un inmenso vertedero de ánforas; más adelante, identificando a través de marcas de alfar y tituli picti (marcas pintadas que indicaban el propietario, la capacidad y otros datos relativos al aceite contenido en estos recipientes) la procedencia hispana de la mayor parte de los restos, su cronología comprendida entre el siglo I a.C. y el III d.C. Para así, pista a pista, ir completando un puzzle que nos llevaría a ir descubriendo aspectos fundamentales relativos no sólo al comercio, sino también a la producción del aceite de oliva en la Bética romana. En las últimas décadas, investigadores españoles como Blázquez o Remesal han sido los encargados de seguir completando el rompecabezas.

¿Cómo es posible que los fragmentos de unos 26 millones de ánforas olearias terminaran formando un monte artificial como el Testaccio? Uniendo pistas diversas, los investigadores fueron descubriendo un impresionante sistema de comercio del aceite producido en la actual Andalucía. Un aceite que salía de los olivares de las sierras de Córdoba o Jaén envasado en odres, a lomos de mulos, en busca de los puntos en los que el Guadalquivir se hacía navegable. De manera mucho más efectiva, aquí el producto era trasvasado a recipientes cerámicos de mayor capacidad y con una forma perfectamente adaptada a las necesidades de conservación del aceite de oliva: unas ánforas panzudas, de boca estrecha para evitar la excesiva oxidación, que los arqueólogos clasifican como Dressel 20. Bajando el Guadalquivir y cruzando el Mediterráneo, estas ánforas eran trasladadas en barcos hasta el mayor mercado del momento, Roma. Y allí las ánforas, perfectas para el transporte marítimo pero no tanto para su traslado por tierra y el comercio al por menor, volvían a ser vaciadas al trasvasar el aceite a otros contenedores.

Ánfora Dressel 20
¿Qué podían hacer los romanos con estas ánforas vacías de aceite? Su forma especialmente adaptada a este producto las hacía inútiles para cualquier otro uso. Es cierto que pudieron haberlas cargado en los barcos para que terminaran siendo rellenadas de nuevo al borde del Guadalquivir. Pero con la gran cantidad de productos de lujo de la capital romana que demandaban los más adinerados personajes de la provincia ¿merecía la pena? Sin duda alguna, las cuentas salían mucho más rentables si el viaje de vuelta se aprovechaba para transportar bienes más preciados. Y de esta forma, las ánforas olearias procedentes en su mayoría de la Bética, con un solo uso, sometiéndose a las exigencias del mercado internacional, se convirtieron en envases no retornables. Y el gran vertedero ubicado junto al puerto de Roma terminó formando el Monte Testaccio (se puede descargar el catálogo de una interesante exposición sobre este yacimiento).

La investigación arqueológica sobre el Monte Testaccio, pese a aportarnos importantes descubrimientos, no ha saciado, ni mucho menos, la sed de conocimiento de los investigadores. Porque para conocer en profundidad cómo funciona el sistema que abastecía de aceite a la capital romana necesitamos conocer también el funcionamiento de los principales centros de producción: las áreas de cultivo del olivar, los sistemas de extracción del aceite y, también, los centros de producción de los envases cerámicos no retornables, las ánforas Dressel 20.

Todo ello son pequeñas pistas con las que, si el historiador es buen detective, irá construyendo su historia, que en este caso es nuestra Historia (con mayúsculas). Para conseguirlo, el principal peligro será la destrucción de pistas. Y si la destrucción es intencionada, sin duda no lograremos nuestro objetivo. El detective de la novela policíaca no podrá detener al asesino, y el historiador no podrá ayudarnos a comprender mejor nuestra historia. Aunque, bien pensado, nuestro amigo novelista puede haber encontrado un gran tema: es evidente que el destructor de pistas es, en sí mismo, un criminal (si no directamente EL criminal). Lo mismo que el destructor de las pistas arqueológicas que, independientemente del valor artístico o monumental de los restos que destruye, está robándonos piezas esenciales para ese rompecabezas que es la comprensión de nuestra historia. Él es el asesino.

[En el día de hoy, el Diario Córdoba informa de la destrucción intencionada de importantes restos materiales del yacimiento de la Umbría de Moratalla.]

[El yacimiento de la Umbría de Moratalla se considera uno de los centros de producción cerámica dedicado a la fabricación de ánforas para el transporte de aceite de oliva a Roma. Está catalogado para su protección por la Consejería de Cutura de la Junta de Andalucía.]