sábado, 26 de febrero de 2011

De aldeas a villas en Los Pedroches

Chozo de pastor. Foto del blog Toledo Olvidado

Podemos imaginar al Pedroche del siglo XIV como una comunidad rural de reducido tamaño, pero que domina un extenso territorio en su mayor parte sin explotar. El núcleo de población estaría rodeado por un pequeño cinturón de dedicación agrícola, el ruedo, en el que se situaría la dehesa boyal, espacio dedicado en exclusiva a ofrecer los pastos a los ganados de labor (mulos o bueyes, de ahí su nombre) de los vecinos. Más allá encontraríamos el bosque adehesado en el que los pastores llevarían cada día a alimentar sus ganados. Más lejos aún, los extremos una amplia extensión de bosques cerrados, sin aprovechamiento.

El aumento de pobladores en Pedroche supondría un incremento de la presión sobre la tierra: se amplía el cinturón de huertas, viñas y hazas de cereal que forman el ruedo de la población, y poco a poco los pastores deben desplazarse más lejos del pueblo en busca de pastos para los ganados. El paisaje de dehesa avanza comiendo terreno a los antiguos montes bravos. Comienza en este momento un proceso de dispersión del poblamiento, de nacimiento de incipientes núcleos que, en algunos casos, terminarán dando lugar a la formación de los diferentes pueblos de la comarca. Veamos de forma resumida cuáles son esos pasos.
 
1. Chozos y chozas de pastores. Llegará un momento en que los desplazamientos de los pastores a los pastos cada vez más lejanos les lleve a levantar estructuras efímeras en las que pasar la noche varios días a la semana: los tradicionales chozos de pastores. A menudo, en las zonas de pastos más alejadas, varios pastores concentran sus chozos en un área reducida, cercana a los caminos principales y a los puntos de abastecimiento de agua (pozo, arroyo, etc.). De esta forma facilitan la defensa del rebaño.

2. Casas Pajizas. Al continuar este proceso de aumento de pobladores y búsqueda de pastos más lejos de Pedroche, determinados núcleos de chozos situados en zonas especialmente benignas tenderán a convertirse en núcleos estacionales, de carácter semi-estable. Los chozos se amplían y se construyen con intención de que su estructura básica perdure para la próxima estación de ocupación. Poco a poco, estos poblados irán cambiando sus chozos por casas pajizas, con muros de piedra y cubierta vegetal. Ya no estamos ante refugios en los que pasar la noche, sino ante incipientes aldeas con unos pobladores que residen en ellas habitualmente, desplazándose a Pedroche únicamente para cumplir con una serie de obligaciones económicas, civiles o religiosas: asistir a las misas, redactar documentos públicos ante notarios, participar en las fiestas, comprar o vender productos en el mercado, etc.

3. Aldehuelas. Este proceso ha provocado también una transformación en el ámbito territorial más cercano a estas aldehuelas: conforme la población va estabilizándose en el lugar, comienza a resultar necesario establecer un área de dedicación agrícola destinada a producir lo necesario para el abastecimiento de la incipiente población. Un cinturón de huertas, que poco a poco integrarán reducidas parcelas dedicadas al viñedo o cereal comenzarán a formar los ruedos del nuevo núcleo. Comienza así también un proceso de diversificación económica: los pobladores no se dedican únicamente a la ganadería, sino también a la agricultura. Y pronto demandarán la exclusividad en el uso de ciertas tierras para su ganado de labor, es decir, la creación de una “dehesa boyal” propia. Cuando esto ocurre, lo habitual es que Pedroche establezca en el ruedo de la aldea una dehesa boyal que, en teoría, serviría para los ganados de labor de los vecinos de Pedroche y su término, y estaría administrada por el propio concejo de Pedroche.


Evolución del poblamiento comarcal a partir de Pedroche y su antigua aldea de Torremilano (Dos Torres)

4. Aldeas con concejo dependiente. En la práctica, esa dehesa boyal será aprovechada únicamente por los habitantes de la aldea, que aspirarán a ser quienes tomen las decisiones sobre su administración. Conforme la aldea aumente su población y su capacidad económica asistiremos invariablemente a la formación de una “élite local” que, con el pretexto de administrar estas tierras comunales y simplificar los trámites administrativos, terminará consiguiendo que se adscriba a la aldea un escribano que redacte y de fé de los testamentos y otros actos jurídicos y que la villa nombre lugartenientes de los oficiales públicos. Poco a poco, la aldea va necesitando menos a la villa, y sus habitantes deben desplazarse cada vez con menos frecuencia a Pedroche. La pequeña élite local de la aldea luchará por la independencia de Pedroche y la concesión a su población de un concejo autónomo, sólo dependiente del de la ciudad de Córdoba.

5. Villa. El proceso culmina con la independencia de la antigua aldea, que es declarada villa en sí tras la concesión del privilegio de villazgo. A través de este documento, se dota a la antigua aldea de un sistema municipal dirigido por los propios miembros de la élite local, que coparán los cargos de jurados (2), alcaldes (2) y alguacil (1) de la nueva villa. Sin embargo, la independencia de Pedroche no supone la delimitación de los respectivos términos municipales, que permanecerán mancomunados hasta tiempos muy recientes. Los únicos conflictos que quedan por solucionar son los referidos a las antiguas dehesas boyales, que pasarán a la nueva villa aunque habitualmente no sin resistencia por parte del concejo de Pedroche.

Y también los relacionados con algunos puntos de especial significación: sólo en este contexto resulta comprensible la legendaria evolución del culto a la Virgen de Luna, cuyo santuario se mantiene como lugar de devoción para los vecinos de toda la antigua “tierra del Pedroche”, aunque cada vez más directamente ligado desde el siglo XVI a las antiguas aldeas de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. Como indicara Antonio Merino en un interesante artículo, el santuario se convirtió en “un símbolo comunitario de reivindicación territorial”, adoptado de manera cada vez más estrecha por estos dos pueblos. Quizá por eso Pedroche no fue a por ella. Aunque mañana domingo serán muchos los vecinos de todos los pueblos de la comarca que se acerquen al santuario de La Jara, como hace años, como hace siglos.
La Virgen, en el camino. Foto ayto. Pozoblanco.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Ginés de Sepúlveda



Francisco de los Cobos (c.1477 – 1547) y Ginés de Sepúlveda (1490-1573) fueron casi contemporáneos y son considerados como dos de los personajes más destacados de la corte de Carlos I -y, por ello, del mundo- en la primera mitad del siglo XVI. Hace poco, con motivo de una visita al castillo de Canena (que fue de Cobos) y a Úbeda, publiqué una entrada en este blog en el que aludía a este personaje. Pocos días después, el pasado jueves 17 de febrero, se presentó la edición de las Obras Completas de Ginés de Sepúlveda.

Dos contemporáneos muy poderosos, que sin duda se encontraron personalmente en momentos tan destacados como la coronación imperial de Carlos en Italia (1530). En esa ocasión, Juan Ginés formaba parte de la comitiva encargada de recibir al Emperador mientras que Francisco de los Cobos era ya no sólo Secretario y Consejero de Estado, sino también quizá el personaje más influyente de cuantos acompañaban al rey. Los dos trajeron de Italia las nuevas corrientes artísticas y de pensamiento en estos comienzos de la modernidad: el Renacimiento y el Humanismo.

A pesar de estas coincidencias, son muchas las diferencias que podemos apreciar entre los dos personajes. Una distancia que es fácilmente comprobable paseando por sus villas natales: los palacios renacentistas levantados por Cobos para él mismo y para diferentes miembros de su familia en Úbeda, frente a la imagen de pueblo sencillo que, aunque hoy prácticamente perdida, debió de caracterizar al Pozoblanco del siglo XVI. Diferencias que derivan en primer lugar del origen familiar de los dos personajes: Cobos es noble y su familia estaba bien relacionada en la Corte con anterioridad, mientras que Juan Ginés es de orígenes modestos y no nobiliarios.

Mientras el primero se mueve en un entorno ideológico aristocrático, Juan Ginés aparece más bien como un intelectual, una especie de self-made man de hace 500 años. Sin olvidar la diferente cuota de poder de la que disfrutaron, siendo uno un casi todopoderoso consejero imperial y el segundo, un “simple” cronista, por más que llegara a ser preceptor del futuro Felipe II. Francisco de los Cobos estuvo siempre atento a la acumulación de cargos y prebendas dedicándose con gran interés a conseguir y acumular un impresionante capital, que le permitiría elevar la posición social y económica de su familia. Juan Ginés, por el contrario, aunque pudiera haber conseguido una posición de cierto privilegio, dedicará sus mayores esfuerzos a traducir a Aristóteles o a escribir tratados de los más diversos asuntos, sin llegar ni por asomo a disfrutar de los ingresos fabulosos de Cobos. El beneficio económico de quien maneja los resortes del poder desde los intrigantes centros de decisiones frente a la labor intelectual. No hay color. Tan diferentes como un palacio proyectado por Vandelvira frente a una casona pozoalbense con su gran dintel de granito.

Pero volvamos de nuevo al Cronista. La semana pasada se presentaron en Pozoblanco los 15 volúmenes de los que constan las Obras Completas de Juan Ginés de Sepúlveda. No pretendo escribir una crónica del acto, pues poco puedo añadir a lo que se ha publicado en el blog de Punto Radio Pozoblanco (aquí y aquí). Pero sí me gustaría comentar algunas impresiones personales sobre este importante acto.

Foto: Punto Radio Pozoblanco

En primer lugar, mi satisfacción por el hecho de que mi nombre aparezca, como miembro del Consejo de Redacción, junto al de los más ilustres especialistas en diferentes disciplinas que han participado en esta enorme obra colectiva. Se lo debo  a Emilio Cabrera, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Córdoba, con quien yo preparaba mi tesis doctoral en la época de gestación de esta idea.

En segundo lugar, mi satisfacción también por ver cumplido un sueño colectivo, el de la edición de las obras completas del tarugo más ilustre, del que dudaban incluso en sus inicios los propios promotores del proyecto, como pudimos deducir de sus intervenciones en el acto de presentación. Tres alcaldes y un puñado de concejales de cultura de diferentes opciones ideológicas han hecho posible lo que Baltasar Cuart (profesor titular de la Universidad de Valladolid), de forma sin duda exagerada, definió como la obra cultural más importante de cuantas se han realizado en España entre fines del siglo XX y comienzos del XXI.

De todo lo dicho en ese día, me quedo con el entusiasmo generalizado mostrado por los ponentes ante el hecho de que un ayuntamiento modesto como es el de Pozoblanco haya sido capaz de culminar este complejo -y costoso- proyecto editorial. ¿Quién dice que no conseguiremos crear entre todos el Centro de Patrimonio Histórico en La Salchi?

lunes, 21 de febrero de 2011

Castillos cordobeses en 1478

El Convento, coronado por el yamur, desde la torre de Pedroche.

Añado a la sección "publicaciones" un artículo que, aunque editado en 2001, corresponde a una comunicación que presenté en el IV Curso de Cultura Medieval celebrado en Aguilar de Campoo (Palencia) en el verano de 1992. Ha llovido.

Carpio Dueñas, J.B., "Poder político y poder militar: los castillos de la 'Tierra de Córdoba'. 1478". Actas del IV Curso de Cultura Medieval: La fortificación medieval en la Península Ibérica. Aguilar de Campoo (Palencia), 2001, pp. 229-235.

Durante la Baja Edad Media, además de su significado habitual de recinto fortificado, el concepto castillo se utilizaba con frecuencia para designar a los núcleos de población dependientes del concejo de una ciudad. Los alcaides o tenentes de las fortalezas llegaban a ejercer un dominio casi completo sobre los concejos de villas y aldeas, especialmente en momentos de crisis política. Son, por lo tanto, quienes tienen el dominio más efectivo sobre el territorio.

Esta situación es la que encontramos en los años 70 del siglo XV, cuando la difícil sucesión de Enrique IV ha provocado una guerra civil entre los partidarios de Isabel "La Católica" (ligada por alianza matrimonial a Aragón) y los de Juana "la Beltraneja" (ligada por alianza matrimonial a Portugal). El desenlace, por todos conocido, facilitó la posterior unión de las dos Coronas, castellana y aragonesa, frustrando al menos por el momento la posibilidad de unión de Castilla y Portugal. Un momento, por lo tanto, muy importante para la historia de España.

Las luchas provocadas por la crisis sucesoria se trasladan de manera generalizada a las ciudades castellanas, donde el problema general se entremezclará con la división tradicional en bandos de la siempre levantisca nobleza regional. En el caso de Córdoba, don Alfonso de Aguilar y el Conde de Cabra toman este marco de enfrentamiento dinástico como escenario en el que luchar por el control de la ciudad y su enorme ámbito territorial. Teóricamente, el de Aguilar se integrará en el bando de doña Juana, mientras su pariente el Conde de Cabra abrazará la defensa isabelina. Aunque en la práctica, la lectura de los documentos referidos a estas disputas nos muestra cómo la crisis castellana no es más que la escusa utilizada por estos nobles para hacerse con el control del concejo de Córdoba.

Entre los dos bandos se van repartiendo los diferentes notables de la zona -obispo incluido-, que a su vez luchan más por sus propios intereses que por la defensa de una supuesta legitimidad en la sucesión castellana. Es el caso del siempre belicoso señor de Santa Eufemia, Gonzalo Mejía, que intentará aprovechar la ocasión para hacerse con el control de Pedroche y, desde aquí, de la parte de la comarca no señorializada.

En el otoño de 1478, Isabel se dirige hacia Córdoba, ciudad que controlará rápidamente. Y, para un dominio efectivo del territorio, tomará una serie de medidas destinadas al control de las más importantes fortalezas dependientes de la ciudad. Los cambios de alcaides que se estudian en este artículo son, por lo tanto, un hecho de gran importancia en los difíciles momentos iniciales de la llamada época de los Reyes Católicos. Los casos de Hornachuelos, Almodóvar del Río y Montoro reflejan bien este proceso rápido y efectivo de toma del poder. En cuanto a Pedroche, hartos de soportar el constante peligro de ocupación por parte del señor de Santa Eufemia, los vecinos de la villa junto con los de las demás poblaciones de su entorno inmediato (Torremilano, Pozoblanco y Torrecampo, que eran las únicas que tenían el títuo de "villa") se juntaron en asonada y terminaron derribando la fortaleza pedrocheña.

Pero la victoria de Isabel no supondrá, como algunos podían estar pensando, el encumbramiento de los integrantes del bando que teóricamente había luchado por su causa. Al contrario, la reina toma una serie de medidas tendentes a limitar el poder de una nobleza siempre demasiado propensa a luchas y algaradas, fortaleciendo los mecanismos de control real del reino (por ejemplo, a través de un delegado suyo, el corregidor, que controlará férreamente el ejercicio del poder en el concejo de la ciudad y el nombramiento del resto de los oficiales municipales). No habrá premios para los vencedores y castigo para quienes teóricamente habían sido sus adversarios, sino fortalecimiento del poder real. En resumen, podemos decir que se están comenzando a poner las bases sólidas sobre las que se asentará el llamado Estado Moderno. Y todo esto sucede también aquí, en Los Pedroches.

Castillos de la tierra de Córdoba

jueves, 17 de febrero de 2011

El Museo PRASA Torrecampo


Me resulta un poco extraño haber escrito ya un buen número de entradas sin haberme detenido en mi museo, en el Museo PRASA Torrecampo. Mucho tendré que decir sobre el proyecto, sobre las colecciones, sobre las actividades… Pero como por algún sitio hay que empezar, lo haré desde el principio, aprovechando para integrar en la pestaña “publicaciones” la primera de las memorias anuales que publiqué, en 2005, en el Boletín de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba.


En este artículo, además de relacionarse los primeros trabajos realizados para convertir la antigua Casa Museo Posada del Moro en una nueva institución, el Museo PRASA Torrecampo, se contiene un resumen de la historia del centro.

Coleccionista de antigüedades desde hacía algún tiempo, y siempre inquieto y curioso, Esteban Márquez Triguero creó la Casa Museo Posada del Moro tras la adquisición, en 1969, de las casas que le servirían de sede. Las obras de restauración de la casa principal, que cuenta con una magnífica portada renacentista en granito, y el edificio colindante, se desarrollaron entre 1970 y 1972. En un espacio final de unos 575 m2 Esteban instaló su colección heterogénea de geología, paleontología, etnología, arte y arqueología, que abrió al público de forma gratuita con la forma de museo privado.

Con el paso del tiempo, los más variados objetos fueron integrándose en esta colección, haciéndose cada vez más evidente la falta de espacio en la Posada del Moro para albergarla en su totalidad. Aunque la falta de espacio y los avances que se han producido en la metodología museológica durante los últimos 40 años nos permiten observar hoy las carencias con las que contaba esta exposición, creo que es especialmente destacable el interés que siempre tuvo Esteban por desarrollar programas pedagógicos, de apoyo a la investigación y, en suma, su proyecto de convertir el centro en un verdadero museo. Algo que hoy consideramos obvio, pero que no era nada común incluso en los museos mejor dotados hasta bien entrados los años 90.

En 1995, ante lo gravoso del mantenimiento del edificio y la colección, Esteban Márquez vendió el museo al Grupo PRASA. La intención principal de las dos partes fue la de mantener la colección en Torrecampo, evitando el riesgo de desmembramiento de la misma. A partir de este momento se comenzó a proyectar la ampliación del museo, que se definió finalmente en el proyecto museológico aprobado por la Consejería de Cultura en 2006. Las sucesivas memorias anuales, que iré colgando en esta página, incluyen los datos fundamentales del trabajo realizado desde entonces.

Museo PRASA Torrecampo - 2005

martes, 15 de febrero de 2011

Renacimiento y Olivos

El Salvador (Úbeda). Capilla funeraria de Francisco de los Cobos, secretario de Carlos I omnipresente en estas tierras, proyectada por Diego de Siloé y culminada por Andrés de Vandelvira.


Jaén, paraíso interior es la frase con la que se intenta promocionar el turismo en la provincia giennense. Este fin de semana tuvimos la ocasión de volver a visitar algunos de los puntos más interesantes de la zona de Úbeda y conocer algún lugar nuevo. Aceite y Renacimiento, un buen combinado. Visitamos tanto el castillo de Canena como la ciudad de Úbeda, muy directamente ligados a Francisco de los Cobos y a la obra arquitectónica de Vandelvira. Renacimiento en estado puro. Como no podia ser de otra forma, estando en esta comarca también aprendimos algo sobre aceite -a través de una introducción a la cata- y sobre su historia -en el llamado Museo de la Cultura del Olivar de la Hacienda la Laguna, próximo a Baeza-.


 
En medio de un mar de olivos, la visita comenzó con una cata de aceites dirigida por mi hermana Anuncia. Aunque está mal que yo lo diga, el primero de los privilegios de los que disfrutamos estos dos días. Con gran facilidad pudimos diferenciar unos aceites lampantes de dos variedades diferentes de aceites de oliva virgen extra que se producen en la zona. Una iniciación a eso que parece tan difícil, la cata de aceite, donde pudimos no sólo diferenciar las calidades, sino comprender las grandes diferencias entre aceites refinados (sin olor, sin sabor, sin color), lampantes y vírgenes extra.


El lugar elegido para la cata fue el Castillo de Canena, que visitamos guiados por su propietario, Francisco Vañó.  Otro privilegio, sin duda. Es una obra arquitectónica de Vandelvira que, por encargo de Francisco de los Cobos, transformó en palacio renacentista el antiguo castillo medieval. Y la imagen esencial de una marca productora de aceite virgen extra de gran calidad. Que, por supuesto, catamos.

Castillo de Canena. Galería superior del patio principal
Castillo de Canena. Detalle de la arcada de la galería exterior
No muy lejos de Canena se encuentra la Laguna Grande, que da nombre a la hacienda que alberga el Museo de la Cultura del Olivar. Es un lago artificial creado a partir de un pequeño humedal preexistente para la puesta en regadío del olivar circundante. Aves acuáticas, paisaje y olivares convierten en muy ameno el paseo por el camino que bordea la laguna.

Paisaje en el entorno de La Laguna Grande
Un agradable paseo en el entorno de la laguna
El llamado Museo de la Cultura del Olivar es un proyecto inacabado. En la actualidad, es una simple exposición permanente que no cumple con ninguno de los requisitos necesarios para poder recibir el nombre de museo. Sin embargo, la visita merece la pena y permite conocer los métodos históricos de obtención del preciado aceite de oliva. Molinos de diferente tipología, prensas manuales, de torre o de viga se exponen en espacios de iguales características a los que albergaban estas máquinas originalmente. Quienes nos dedicamos a este mundillo del patrimonio y los museos diríamos que es una exposición de objetos contextualizados. Todo ello en el marco incomparable -perdón por el tópico- de una instalación aceitera de indudable interés, que cuenta con una impresionante bodega a cuya inauguración asistió Alfonso XIII. Un centro, en definitiva, bien ideado y con múltiples posibilidades, pero inacabado. Tiene una página web propia, pero no está activa en estos momentos.

Museo de la Cultura del Olivar. Molino "de sangre"
Museo de la cultura del olivar. Prensa de viga.

También privilegiada fue nuestra entrada en Úbeda, donde comenzamos visitanto la alfarería Tito, una de las más reconocidas e importantes de la ciudad. Juan Pablo Martínez "Tito" y su hijo nos enseñaron el proceso de trabajo en el torno, y nos explicaron las formas y los usos de múltiples piezas antiguas de su colección, que pueden visitarse en la tienda que poseen en la céntrica plaza del Ayuntamiento de Úbeda.

Alfarería Tito. Juan Pablo, en pleno proceso de trabajo
Tras la visita, recorrimos las calles de Úbeda, con las impagables explicaciones de Adela Tarifa, doctora en historia por la Universidad de Granada, catedrática de historia en el instituto "San Juan de la Cruz" de esta ciudad, vicedirectora del Instituto de Estudios Giennenses, miembro de la Real Academia de Córdoba y académica correspondiente por Jaén de la Real Academia de la Historia. Sus amenas explicaciones permitieron relacionar el arte ubetense con la historia de España, y entender el contexto en el que esta ciudad medieval se transformó, en buena parte a través de la actividad de Francisco de los Cobos y su famila, en la Úbeda renacentista que conocemos.

Para terminar con buen sabor de boca, y antes de volver hacia Los Pedroches, Andrea, italiano afincado hace años en Úbeda, nos guió por el interior de la Capilla del Salvador. Es gerente de la empresa de interpretación del patrimonio histórico ubetense Artificis, que se encarga de la conservación y difusión de la Capilla, perteneciente a la Casa de Medinaceli. Sus conocimientos sobre el monumento, pero sobre todo su entusiasmo y su gran capacidad didáctica sirvió como broche de oro a un magnífico fin de semana por tierras de Francisco de los Cobos. Un verdadero privilegio.

Parte del grupo, ante la Capilla del Salvador.

jueves, 10 de febrero de 2011

A la radio (Canal Sur)


[Actualizado con fotos]

Por si alguno de vosotros estáis en Córdoba o alrededores y podéis escuchar el programa, mañana viernes 11 de febrero, de 13 a 14 h., el programa de Canal Sur Radio "La hora de Córdoba" se emitirá en directo desde el Museo Arqueológico de Córdoba. Participarán en él la directora y técnicos del museo, la presidenta de la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico de Córdoba... y yo mismo.

Y si queréis ver algunas imágenes más sobre el nuevo edificio de ampliación, están disponibles en la web del Museo y, en formato pdf,  en la página de Ministerio de Cultura.

Con Clementina Rojas, Luisa Jimena y Mª Dolores Baena.
José Antonio Luque (Canal Sur), Clementina Rojas (Amigos del Arqueológico)
y Joaquín Dobladez (Delegado de Cultura)


miércoles, 9 de febrero de 2011

La Salchi. Centro de Patrimonio Histórico de Pozoblanco

Centro del Patrimonio Histórico en La Salchi - Libro feria Pozoblanco 2010


Durante las últimas semanas he podido ver cómo en ciertos foros se han realizado comentarios acerca del proyecto que presenté al Ayuntamiento de Pozoblanco para crear un Centro de Patrimonio Histórico en el edificio de La Salchi. Creo que esta fue una iniciativa bien acogida y, contra lo que algunos opinan, estoy convencido de que no tiene por qué ocasionar ninguna disputa política. Desde que entregué el proyecto en la primavera de 2010 y tras su posterior presentación pública a comienzos del mes de julio, creo que la idea ha sido objeto de un debate público que, hasta el momento, no ha sido partidista. Y este hecho no tiene por qué cambiar.

Desde el primer momento, todo se ha planteado en este asunto de forma clara y abierta. Respecto a la presentación pública realizada en julio, están colgados en Internet los audios de las intervenciones tanto del actual concejal de cultura, Emiliano Pozuelo, como de la mía propia (gracias, Punto Radio Pozoblanco). El proyecto íntegro estuvo un tiempo accesible a través de la web del Ayuntamiento de Pozoblanco, aún lo está en la página Solienses, y desde hoy mismo en la carpeta documentos que he creado en la parte superior de este blog. Finalmente, y a petición del servicio de prensa del Ayuntamiento de Pozoblanco, escribí unas notas introductorias que salieron publicadas en la revista de feria de 2010, texto que también incorporo a la pestaña otros escritos.

Sin embargo, me sorprende que recientemente comience a difundirse la idea de que yo realicé ese proyecto por encargo del Ayuntamiento. Creo que todos entendemos claramente que cuando una institución encarga un proyecto técnico a un profesional, lo hace con un compromiso de pago del importe del trabajo. Eso no es lo que ha ocurrido, porque la redacción de este anteproyecto no ha respondido a ningún tipo de encargo previo. Para resumir cuál ha sido el proceso, y basándome en el artículo que realicé para la revista de feria (entrecomillo y pongo en cursiva las frases extraídas de este artículo), quiero dejar anotados los siguientes puntos básicos:

  1. “En aquel tiempo, esta idea incluso fue comentada en una reunión informal celebrada en la propia delegación de cultura del Ayuntamiento de Pozoblanco con el entonces titular de esta concejalía”. No recuerdo la fecha, pero sí el nombre del concejal: Serafín Pedraza. Desde entonces, he oído o leído esta idea expresada por diferentes personas.
  2. Todas estas ideas terminaron surgiendo en una reunión que, con motivo de la preparación de las III Jornadas de Patrimonio Histórico en Los Pedroches, celebramos el mes de febrero de 2010. En esa reunión, cuando se estaban planteando unos usos totalmente diferentes para este edificio, propuse por primera vez la ubicación de un Centro de Patrimonio Histórico en La Salchi, con los elementos que finalmente constan en el anteproyecto.
  3. “(…) Tras esta reunión quedé encargado de realizar un informe o anteproyecto (…)”. Quizá la redacción de esta frase haya sido causa de algún error. En dicha reunión, Emilano Pozuelo, como concejal de cultura, manifestó su interés por una propuesta que entonces no era más que un esbozo sin plasmación escrita. Al final de la conversación, los representantes de Piedra y Cal, el concejal de cultura y yo mismo acordamos que yo desarrollaría por escrito la idea, para poder presentarla al pueblo de Pozoblanco a través, en primer lugar, de sus representantes políticos. Plasmación escrita que yo me ofrecí a hacer sin ninguna contraprestación, como fruto de una iniciativa particular que, ya en ese momento, era apoyada –como simple idea y sin ningún compromiso concreto, como corresponde a la indefición en que aún se encontraba el proyecto- por la asociación Piedra y Cal y por el concejal de Cultura.
  4.  “Los grupos políticos municipales se han mostrado muy receptivos, con lo que se cumple una premisa que para mí era básica desde el principio: el desarrollo de este anteproyecto sólo tiene sentido desde el consenso, en el que nuestros representantes hagan verdadera política municipal, alejada cuando es necesario de excesivos partidismos y destinada a diseñar el modelo de ciudad que queremos para el futuro de Pozoblanco.” Sigo suscribiendo lo que publiqué en Septiembre. Que es básicamente lo mismo que el concejal de cultura expresaba en la presentación del proyecto, según Punto Radio: "El concejal de Cultura, fue realista al reconocer las dificultades actuales de financiación del proyecto y apostó porque nazca del consenso y del acuerdo unánime de todas las fuerzas políticas y del mundo de la cultura local". A través de Emiliano Pozuelo, sé que el anteproyecto tuvo una acogida favorable por parte de los representantes municipales de PP, PA e IU. Sé también, por mí mismo, que se apoya desde el PSOE. Sólo desconozco la postura concreta de Benito García. En cualquier caso, estoy totalmente convencido de que podemos lograr hacer de esta idea un proyecto común consensuado por todos, a pesar de que a algunos anónimos pueda molestar mi ideología y mis inquietudes políticas.

Espero por todo ello que, después de la formación del nuevo gobierno local tras las elecciones de mayo, este proyecto se convierta definitivamente en una apuesta común para el futuro de Pozoblanco.

[Respecto a la actuación de Piedra y Cal, que un anónimo me acusa en este blog de intentar aprovechar de manera partidista, ha sido desde el principio la de impulsar un proyecto de ciudad, sin miras partidistas. Como en cualquier asociación, sus miembros tienen cada uno sus ideas políticas, pero en ningún caso puede pensarse que eso suponga que la asociación, como tal, sea partidista. De hecho, desde el principio ha pretendido, al igual que yo mismo, que este proyecto fuera impulsado por todas las fuerzas políticas de nuestro Ayuntamiento].

martes, 8 de febrero de 2011

Museos locales



El pasado sábado celebramos en Santaella la 58 Asamblea Ordinaria de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba. Se trata de una reunión periódica en la que nos citamos los responsables de los museos de la provincia para desarrollar proyectos comunes y actuar con una voz única ante diferentes problemas que puedan presentarse. Es decir, y como casi siempre sucede en estos casos, para charlar un rato, contarnos nuestros problemas y apoyarnos y animarnos mutuamente. Como representantes de los museos de Los Pedroches asistimos Paco Godoy (Museo del Pastor de Villaralto), Silverio Gutiérrez (Museo de Historia Local de Villanueva de Córdoba) y yo mismo (Museo PRASA Torrecampo).

Cuando se creó la asociación en 1994 impulsada por un puñado de pioneros entre los que estaba Esteban Márquez, los museos locales, ya fueran municipales o privados, se encontraban en un limbo legislativo. Muchos de los entonces existentes habían ido recogiendo colecciones arqueológicas locales que teóricamente tendrían que haber acabado colmatando los almacenes del Museo Arqueológico de la capital. Eran un grupo heterogéneo de instituciones, la mayoría dependientes de Ayuntamientos, cada una de las cuales contaba con su propio sistema de trabajo, sus servicios al público y su sistema de organización peculiar. La Asociación surgió con el fin principal de unificar criterios, fomentar la investigación y asegurar la conservación y la correcta difusión de los fondos custodiados en estos centros.

La situación de los museos locales hoy es muy diferente a la que existía en 1994. La Administración fue consciente desde muy pronto de la importancia de este movimiento y hoy en día contamos con una Ley de Museos que ya sí tiene muy en cuenta a estos centros, reconocidos por la Consejería de Cultura e integrados en el Registro Andaluz de Museos.

Córdoba no sólo fue pionera con la creación de esta asociación, sino que aún hoy sigue siendo la provincia andaluza con mayor número de museos reconocidos por la Consejería de Cultura. Aunque sólo fuera por su contribución al mantenimiento de los centros preexistentes y por su impulso a la creación de nuevos espacios expositivos, la existencia de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba ya valdría la pena.

En esta reunión de Santaella presentamos además el número 10 del Boletín de la Asociación Provincial de Museos de Córdoba. Se trata de una revista anual en la que se deja constancia de la actividad de los museos locales a través de la publicación del resumen de sus memorias anuales, en forma de artículo. En las 510 páginas de este número 10 podemos encontrar las memorias de actividades correspondientes al año 2010 de 18 museos (Almedinilla, Baena, Belmez, Cabra, Cañete, Castil de Campos, Lucena, Montilla, Monturque, Peñarroya, Histórico de Priego, “Alcalá Zamora” de Priego, Puente Genil, Rute, Prasa Torrecampo, Villa del Río, Villanueva de Córdoba y Villaralto). Además, se incluyen una serie de interesantes artículos sobre la difusión del Patrimonio Arqueológico (A. Martínez), un cuadrante solar romano (V. Serrano), la obra periodística de Alfredo Cabanillas (F. Durán), los petroglifos de Villanueva de Córdoba (S. Gutiérrez), el coleccionismo de sobres de azúcar (S. Cano), el Museo Cervantes de Baena (M. Cubillo), restauraciones en Lucena (J.L. Cabello), dos fíbulas de Santaella (F. Leiva) y una entrevista a Silverio Gutiérrez, de Villanueva de Córdoba, con motivo de la concesión del premio de Arqueología “Juan Bernier” 2009.

Independientemente del valor científico de cada uno de los artículos, el boletín continúa cumpliendo con su principal función original: la de dejar memoria de los trabajos y las actividades realizadas por cada uno de los museos locales de Córdoba.



domingo, 6 de febrero de 2011

Resumen de noticias

Con Lola Baena, en la terraza del Arqueológico

1.
El Día de Córdoba publica hoy una entrevista con María Dolores Baena Alcántara, directora del Museo Arqueológico de Córdoba, tras la reciente apertura de su ampliación. Con su lectura quizá podamos entender un poco más el trabajo realizado en este centro con el objetivo de su modernización. Un trabajo que empezó ya hace años, y que continúa y debe continuar en el futuro. Para que el museo, como cualquier museo arqueológico, deje de ser un simple almacén de objetos viejos y obsoletos (un Museo Cacharrológico, vamos). En ese camino está el Arqueológico desde hace tiempo, y recientemente ha acelerado el paso. Bien por el Arqueológico, bien por el trabajo de Lola y su equipo.

2.
Menos positiva es la segunda noticia, que recoge tanto El Día como el diario Córdoba, y que vuelve a hablar de expolio en un yacimiento arqueológico de la provincia de Córdoba. Como siempre se repite, un expolio destruye una información histórica de valor, al descontextualizar las piezas... Pero es que además es un robo, del que somos víctimas los propietarios del patrimonio, que somos todos. Muy mal.

3.
La ubicación de la colección Pilar Citoler en una sede cordobesa es, como todos los días, noticia en la prensa provincial. ¿Será posible que Córdoba pierda la oportunidad por falta de reflejos? Sería imperdonable.

4.
Algunos expertos vuelven a hablar de la Córdoba califal como lugar de encuentro y convivencia de culturas. Esa teoría de la que tanto se abusó en algún momento sin mucho rigor histórico, hasta caer en la ñoñería. En los comentarios a la noticia algunos lectores, prietas las filas e impasible el ademán, siguiendo la estela de la pseoudohistoriografía más vanguardista (Ricardo de la Cierva a través de Pío Moa, por ejemplo) niegan de forma igual de falta de rigor la existencia de ningún tipo de convivencia en al-Andalus. Más le valdría a muchos simplificadores leer un poquito de historia, y dejar los cuadernillos de doctrina.

5.
Para terminar, sólo comentar que ayer estuvimos en la Candelaria de Dos Torres.  Dejando a un lado lo que chirría a veces que algunos periodistas destaquen el espíritu "medieval" de la fiesta, lo cierto es resulta entretenida y pasamos un buen rato. Por desgracia, hoy no podré asistir a la Fiesta de la Matanza, actividad que se ha ligado -en mi opinión de manera muy acertada- al Museo de la Matanza de Alcaracejos. Me habría gustado.

jueves, 3 de febrero de 2011

La villa de Torrecampo

Un caso mas de independencia


Una de las principales motivaciones que me llevaron a iniciar este blog fue la de poder ofrecer a todo el mundo no sólo mis opiniones, sino también el resultado de diferentes investigaciones sobre Historia y Patrimonio Histórico. En varias ocasiones no he sabido contestar a la pregunta "¿y eso dónde está publicado?" planteada por el público asistente a actividades del museo, por curiosos o por amigos en el contexto de una conversación sobre historia, especialmente si estaba referida a la comarca de Los Pedroches. Y, cuando he contestado, la conversación se ha parado a menudo en la segunda pregunta "¿dónde puedo encontrar ese artículo?".

Aunque la SGAE sí parece que cobra por todas las publicaciones que se editan, los autores de este tipo de trabajos no recibimos ninguna gratificación económica, lo que demuestra que no lo hacemos por dinero. Lo hacemos para difundir nuestro trabajo, para que el público pueda acceder al resultado de nuestras investigaciones. Internet nos ofrece la posibilidad de hacer estas publicaciones, unas demasiado locales y otras demasiado científicas, más accesibles. Y eso intentaré yo a partir de ahora a través de estas entradas en el blog y de los enlaces permanentes que iré colocando en la pestaña "artículos" de la parte superior de la página. (A propósito, como buen bloguero novato tengo que agradecer la ayuda de los amigos: gracias a Pedro y Jerónimo).

Vista aérea de Torrecampo

Para empezar con un cierto orden y también, por qué no reconocerlo, porque es un artículo dedicado a Torrecampo, he colgado en primer lugar el primero de los trabajos que publiqué, en colaboración con María Dolores Martínez:


Aunque publicado en 1994, el congreso se celebró en 1991, el mismo año en el que los dos autores terminábamos nuestra licenciatura. El grueso del artículo está basado en un documento complejo del Archivo Municipal de Córdoba, que integra copias de diferentes documentos anteriores. Tiene las limitaciones propias de dos principiantes como éramos entonces (especialmente el exceso de timidez reflejado en el poco acertado título: "un caso más..." para el primer caso estudiado de este tipo de conflictos institucionales; todavía algunos amigos siguen recordándomelo de tiempo en tiempo), pero también la frescura de cuando éramos más jóvenes...

El tema tratado es el proceso de independencia de Torrecampo, que hasta fines del siglo XV había sido una de las aldeas de Pedroche y que en el contexto de la guerra sucesoria entre Isabel "La Católica" y Juana "la Beltraneja" consigue nuevas cotas de autogobierno. Hasta formar un concejo autónomo en torno a 1478, momento en que la antigua aldea pasará a ser considerada villa.

No lo sé



Ayer miércoles, tanto Antonio Merino desde Solienses como Pedro de la Fuente desde su blog personal me lanzaban preguntas a las que sólo puedo responder que no lo sé.

Pedro de la Fuente se interesaba por la fecha de edición de las Actas de las III Jornadas sobre Patrimonio Histórico en Los Pedroches, celebradas en el mirador del teatro El Silo entre el 3 y el 5 de marzo de 2010. Yo fui director académico de las citadas jornadas, como tal escribí la presentación del libro que recogería las ponencias y supongo que estaría previsto que participara en el acto de presentación de esta obra colectiva.

Con A. Merino, en las Jornadas de Patrimonio Histórico
Las jornadas fueron organizadas por la Asociación Piedra y Cal, con la colaboración de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno y el Exmo. Ayuntamiento de Pozoblanco. Entre los compromisos adquiridos por la delegación de cultura de nuestro ayuntamiento destacaba el de editar las actas de estas jornadas. Como indica Pedro, se llegó a hablar de que la publicación estaría lista antes del verano. Pero la programación del servicio de publicaciones del Ayuntamiento de Pozoblanco finalmente llevó la edición a comienzos del presente año, para ser presentada públicamente durante esta primavera. Muy recientemente, a mí también me han llegado noticias de que alguien ha modificado el calendario (sin intervención de la comisión de publicaciones, creada entre otras cuestiones para ello) pasando la edición de este libro al segundo semestre de 2011 y adelantándose al primer semestre la edición de la obra que en principio estaba previsto presentar a final de año. Aunque quien me ha hablado del tema no ha utilizado la palabra semestre: me dicen que la publicación de las Actas de las Jornadas se retrasa para después de las elecciones.

Acceso al patio del edificio de La Salchi


1 Julio 2010. Sede de Piedra y Cal
Desde Solienses, Antonio Merino también publicaba ayer un artículo en el que se preguntaba la causa de que el proyecto para la creación de un Centro de Patrimonio Histórico en Pozoblanco hubiera desaparecido de la página web del Ayuntamiento de Pozoblanco:


"A veces las administraciones públicas, ante su inoperatividad en determinados asuntos, se ven superadas por las propuestas de la sociedad civil, de los ciudadanos, que se organizan para elaborar iniciativas que palien de algún modo el déficit de actuación de las propias instituciones nombradas para ello. Así, hace unos meses conocimos el detallado proyecto elaborado por Juan B. Carpio sobre la creación de un Centro de Patrimonio Histórico en el edificio de La Salchi de Pozoblanco (proyecto al que, aunque inicialmente venía amparado por el actual equipo de gobierno del PP-PA, ya no le queda más esperanza de realización que la recuperación del poder municipal por parte de los socialistas, una vez que su promotor ha aparecido formando parte de la candidatura del PSOE a las próximas elecciones. Un indicio en esta dirección constituye el hecho de que el proyecto ya ha desaparecido de la web institucional del Ayuntamiento de Pozoblanco, aunque Solienses lo ha recuperado aquí)."

¡Qué mal pensado! ¿No creéis?

martes, 1 de febrero de 2011

Inaugurada la ampliación del Museo Arqueológico de Córdoba



[Actualización: a través de la web del Museo Arqueológico puede accederse a una propuesta de recorrido por la nueva exposición, donde se explican los prinicpales bloques temáticos en los que se divide, y ver más imágenes del interior del museo.]


Con una amplia cobertura mediática, ayer se inauguró la ampliación del Museo Arqueológico de Córdoba. Más no se puede pedir: noticias en El País (1 y 2) o en El Mundo, y todo un despliegue informativo en diario Córdoba (1, 2 y 3): titular a cinco columnas, foto de portada, tema del día y editorial. Además de colocar a la ministra Sinde y a la exministra Calvo en el “suben” de su particular balanza de opinión. De la belleza plástica de la exposición dan cuenta las fotografías publicadas, especialmente, la galería incluída en El Día de Córdoba. Radio Córdoba, de la Cadena Ser, montó todo un estudio en el propio museo (fotos) para retransmitir en directo su programa Hoy por Hoy (audio). Por citar únicamente a la prensa cordobesa, no sólo aparece en la prensa escrita provincial, como ABC (1 y 2) o El Día de Córdoba; también es noticia en los diarios gratuitos o los difundidos en red. Y de la nota de prensa, que aparece en la propia página oficial del Palacio de la Moncloa, se hacen eco la mayor parte de los diarios escritos del país.

Andrés Ocaña, alcalde de Córdoba, Paulino Plata, Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, y Ángeles González Sinde, Ministra de Cultura, fueron los encargados de abrir el acto con los discursos. Entre el público, como se encargan de reflejar profusamente los artículos periodísticos, grandes nombres de la política, la cultura y, en general, la sociedad cordobesa. ¡Pero si fue hasta el Sr. Obispo! Algunos periodistas se quejan especialmente de la cantidad de políticos busca-fotos, aunque creo sinceramente que quizá estos periodistas estaban tan al tanto de esos movimientos que no se dieron cuenta del resto de la concurrencia. Eso deduzco de algunas crónicas, y especialmente de una publicada en El Día que me parece poco afortunada hasta en la elección del título (¿Qué pintan aquí los fósiles?). Eso sí, el párrafo central con la breve descripción crítica de los discursos de apertura me ha parecido, sencillamente, genial. También estábamos nosotros, aunque sólo se nos entreve en alguna de las imágenes publicadas. Si os sobra tiempo -sólo si os aburrís-, salgo en una de la galería del Día de Córdoba: ¿Dónde está Juan Ba?

Sala del Arqueológico y Bellas Artes a comienzos del S. XX
El proyecto que ayer vio la luz ha tenido un largo desarrollo hasta llegar a su culminación. Las propias obras en este solar colindante con el Palacio de los Páez de Castillejo se han dilatado durante más de una década. La apuesta por mantener este centro cultural en el centro del Casco Histórico cordobés, como ya apunté en una entrada anterior, fue una forma de apoyar los contenidos culturales en un espacio urbano que tiene la consideración de Patrimonio de la Humanidad. Pero esta apuesta conllevaba sus problemas: las labores de construcción, en una zona a la que no pueden acceder camiones debido a las características peculiares de la red viaria (que no caben por las calles, vamos) se sabía que iba a resultar lenta y problemática. Y el diseño de la imagen pública, exterior, del edificio de ampliación, tampoco resultaba una tarea sencilla. Porque el protagonismo en la plaza debería mantenerlo la portada renacentista del Palacio de los Páez. Pero en la práctica, el gran escalón que es heredero en cierta forma del desnivel del graderío del teatro, culminaba en su parte superior con la inmensa y horrorosa mole de la parte trasera del Colegio de Santa Victoria. Y el nuevo edificio ha conseguido, a base de una sucesión de terrazas y plantas retranqueadas en abanico, que esta mole pase hoy prácticamente desapercibida. Un gran acierto de los arquitectos.

La nueva exposición es limpia, moderna y cuidada
Los restos arqueológicos del subsuelo terminarían por convertir este edificio de museo en un espacio muy especial, en el que la historia, la arqueología de Córdoba, se convierten en algo tangible, cercano. Un verdadero privilegio. Pero un privilegio que también obligaría a demorar las obras. Y más cuando se comenzó a vislumbrar el diseño y orientación del antiguo teatro romano: no sólo resultaba necesaria la conservación de los restos, sino que además se debía permitir que, en el futuro, la excavación del resto del teatro, hoy bajo la Plaza de Jerónimo Páez, se hiciera sin que el antiguo edificio quedara cortado por el gran muro de cimentación de la fachada del museo. Cambios de diseño y adaptación de los sistemas de sustentación a los restos conservados son sólo algunos de los problemas que dilataron las obras durante más de 8 años. Sin embargo, el resultado ha merecido la pena: el edificio tiene una presencia equilibrada en la plaza, sin destacar sobre la portada del Palacio, y ofrece al museo unos espacios interiores modernos y funcionales.

El día de ayer fue una jornada importante para esta institución. Pero ni mucho menos definitiva. Porque ahora, sin haber cerrado al público ni un solo día, se abre una nueva exposición que permite comenzar –espero que muy pronto- la rehabilitación integral del palacio renacentista. Sólo teminado este proceso podremos disfrutar del Museo Arqueológico proyectado para Córdoba.

Relieve de la Chimorra
La exposición que, mientras tanto, se mantendrá en el nuevo edificio lleva el título de Encuentro de culturas. Ordenadas en grandes bloques temáticos, las aproximadamente 800 piezas seleccionadas nos ofrecen una panorámica completa sobre la historia de nuestra ciudad y su provincia desde la más remota Prehistoria hasta el final de la Edad Media. Con unas piezas de excepcional calidad, un discurso elaborado y una ordenación temática y estéticamente impecable, la nueva exposición es algo a lo que no estábamos acostumbrados en Córdoba. Un lujo que no debemos desaprovechar.
La copa final, desde la terraza de la biblioteca. Las vistas, impresionantes
Casi todos llevábamos alguna pequeña reproducción en plata de piezas del museo, realizadas por Manolo Gómez. Pero ésta me resultó especialmente interesante por respresentar una pieza que se echa en falta. Algún día trataré el tema.