Ana Verdú, directora del Archivo. Foto: ABC. |
La edición provincial del diario ABC recoge una inquietante noticia sobre el Archivo Municipal de Córdoba. Al parecer, hace unos días la dirección del centro colocó en el tablón de anuncios una breve nota pidiendo a los investigadores que concertaran cita telefónica para consultar los documentos, ya que era posible que el archivo cerrara sus puertas. Siempre según la narración de los hechos publicada en el ABC, esta nota habría sido colocada sin que los responsables políticos municipales hubieran sido informados. Ante la alarma causada, el Ayuntamiento de Córdoba se plantea abrir expediente administrativo a la directora, Ana Verdú, como máxima responsable.
No tengo más información de la que publica este diario. Y, por supuesto, me parece muy preocupante. Tengo un cariño especial por ese centro, donde pasé muchas horas diariamente cuando recopilaba información para la redacción de mi tesis doctoral. He visto cómo se ha ido transformando poco a poco. Cómo la oscura y lejana "sala de investigadores", un simple rincón de la biblioteca municipal, terminó dando paso a unas dignas instalaciones. Cómo el enorme patrimonio documental conservado en esta institución se ha ido ordenando y catalogando, cómo han mejorado las condiciones de conservación, de seguridad... En definitiva, cómo un rincón olvidado de la biblioteca se ha terminado convirtiendo en un centro que custodia y difunde el rico patrimonio documental del concejo cordobés.
Esta importante transformación se ha basado en el trabajo de un equipo de profesionales que, bajo la dirección de Ana Verdú, han puesto sus conocimientos, su trabajo y su ilusión al servicio de los investigadores, del público, de la ciudadanía.
En la información difundida por el ABC se alude, aunque de manera indirecta, a que la falta de personal ha sido la causante de los problemas. Unos problemas que no tienen nada que ver (¡faltaría más!) con las decisiones adoptadas por el nuevo gobierno municipal del Partido Popular. Unos problemas que venían arrastrados de tiempo atrás... Y aquí empiezo a sospechar de qué puede ir todo esto. A nadie se le ocurre mantener abierto un hosipital sin enfermeros, una comisaría sin policías, una piscina sin socorrista. Pero un archivo... ¿Para qué hace falta tanta gente en un archivo?
La crisis económica está afectando de manera clara a las instituciones públicas, que tienen la obligación de reducir el gasto. Y el recorte afecta de manera muy destacada a la cultura. Eliminar los contratos de sustituciones o no cubrir las bajas y vacantes en un lugar como el Archivo Municipal es una forma clara de ahorro, sin gran trascendencia de cara a la ciudadanía, porque para los cuatro gatos que tienen como usuarios, esa gente rara, esos ratones de biblioteca que respiran el polvo de viejos legajos llenos de trazos ilegibles...
No sé si eso es lo que ha pasado, pero leyendo entre líneas la noticia, me da la impresión de que por ahí deben de ir los tiros. Pero un archivo, y más si conserva un volumen documental de la calidad del custodiado en el Archivo Municipal de Córdoba, tiene como primera obligación la de velar por la conservación de sus fondos. Unos fondos únicos, que forman parte de nuestro Patrimonio Histórico, y cuya pérdida sería irreparable. Sin vigilancia, sin personal de atención al investigador adecuado tanto a los fondos como al número de usuarios, no se puede mantener abierto al público. Y, por encima de decisiones políticas, la ética profesional del archivero le obliga a limitar las condiciones de consulta para garantizar la seguridad y conservación de las colecciones. Aunque desde las páginas del ABC se intente transmitir a la ciudadanía que se trata de una rabieta de funcionarios cuyo trabajo, en el fondo, no sirve para nada.
1 comentario:
Coincido contigo en la calidad profesional de la persona que citas, y también en las motivaciones. Además te honra no cargar contra los nuevos responsables a citar que el problema no es de los recien llegados. Pero rompo otra lanza en favor de la necesidad de mantener con una cierta dignidad la valiosa reserva de la historia de esta ciudad que es el Archivo.
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