miércoles, 24 de abril de 2013

2. Norte y Sur: iberos y celtas en Los Pedroches

Vista general de la primera parte de la exposicion
"Como corresponde a un importante centro comercial, a Córdoba llegarán durante toda la historia frecuentes influencias tanto del norte como del sur, del Mediterráneo oriental o de las zonas atlánticas. Y el comercio de productos mineros trasladará trazos de todas estas culturas a la zona de Los Pedroches.
Las influencias orientales que han dado origen a la cultura ibérica se mezclan en el norte de Córdoba con objetos que reflejan la cercanía del mundo cultural céltico e indoeuropeo. Los Pedroches se han convertido en un puente entre la Meseta y el Valle del Guadalquivir, como se refleja en las piezas expuestas en esta vitrina."


A pesar de su actual aislamiento debido a los cambios en el trazado de las más importantes vías de comunicación que se produce en el siglo XIX, la comarca de Los Pedroches ha sido tradicionalmente un lugar de tránsito, de comunicación entre la Meseta y el Valle del Guadalquivir. Y así se refleja en los restos arqueológicos documentados en la zona. Centrándonos en época prerromana, en estas tierras es posible encontrar piezas de clara influencia céltica, del norte, junto a objetos en los que es posible comprobar la llegada desde el sur de influencias orientales. A través de dos pequeñas vitrinas, en el segundo bloque temático de la exposición Mugawwar - Corduba es posible ver algunos ejemplos.


Objetos expuestos en la vitrina 2
De todas las piezas expuestas, dos elementos pertenecientes a la colección del Museo PRASA Torrecampo nos muestran claramente la llegada a Andalucía de influencias del Mediterráneo Oriental. A partir del siglo VIII a.C., estas influencias van a dar lugar a un gran cambio cultural, formándose lo que conocemos como cultura tartésica.

La jarra de bronce que se muestra en la segunda de las vitrinas se fecha en torno a los siglos VI-IV a.C. Por sus características, es posible ver en este modelo influencias fenicias, que se manifiestan de manera particular en la palmeta orientalizante que decora el arranque inferior del asa.

En la primera vitrina destaca el ungüentario de vidrio coloreado, elemento de lujo importado en torno al siglo V a.C. Su forma recuerda las ánforas olearias destinadas al transporte de aceite en la Grecia arcaica. Lo que está más relacionado de lo que parece con el uso final de este pequeño botecillo, un contenedor de cremas y perfumes, para cuya elaboración solía usarse como base el aceite de oliva.

Junto a estas piezas, la evolución de la cultura ibérica está representada de forma muy breve mediante un segundo ungüentario de pasta vítrea coloreada (Museo PRASA Torrecampo) y dos piezas excepcionales del Museo Arqueológico de Córdoba: una pequeña urna cerámica con la típica decoración rojiza dispuesta en bandas de la cerámica ibérica cordobesa y una falcata, espada curva que convirtió en temibles a los guerreros iberos.

Vista general de la vitrina 1
Respecto a las piezas de influencia celta procedentes de Los Pedroches, sin duda alguna el conjunto más interesante es el conocido como "Tesoro de los Almadenes", procedente de las proximidades de Pozoblanco (aunque en el actual término municipal de Alcaracejos). Obra posiblemente de un platero ambulante, en ocasiones anteriores ya he hablado en este blog tanto de su procedencia como de su importancia histórica.

Junto a ellas, dos placas de cinturón, uno de gran tamaño y similar al denominado tipo "La Bureba", del que se conservan -por ejemplo- varios ejemplares en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid (1, 2, 3, 4, 5). Y, como último elemento, una pequeña fíbula (broche o alfiler para sujetar el manto) del tipo La Tène, característica igualmente del mundo celtibérico.

Un pequeño recorrido en el que, a través de un reducido número de piezas expuestas en dos vitrinas, podemos acercarnos al ambiente de mezcla cultural que reinaba en Los Pedroches durante la Edad del Hierro. Por eso, para indicar que tan "pedrocheñas" y tan "extranjeras" son las piezas del tesoro de los Almadenes como la jarra orientalizante, decidimos no separar los objetos por su actual clasificación cultural. Porque creemos que es más real exponer un cuenco de plata de tipo celtibérico junto a la falcata, o la jarra orientalizante junto a las placas y fíbulas célticas, para reflejar precisamente cómo esa mezcla de culturas enriqueció enormemente el sur de la Península Ibérica entre los siglos VIII y II a.C.

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