lunes, 4 de febrero de 2013

Exposición: Pompeya


Con el sugerente título de Pompeya. Catástrofe bajo el Vesubio se exponen en el Centro de Exposiciones Arte Canal (Canal de Isabel II, en Plaza de Castilla, Madrid) una serie de objetos procedentes de las poblaciones arrasadas por la erupción del año 79. Comisariada por Martín Almagro Gorbea y con un acertado diseño museográfico de Ignasi Cristiá, la muestra nos permite ver unas 600 piezas, la mayoría de una gran calidad y, sobre todo, con un nivel de conservación espectacular.

La exposición se articula en 10 ámbitos temáticos. El inicial se dedica a los orígenes de Pompeya, remontándose a su mítica fundación por Hercules: el propio nombre de la ciudad rememora el desfile triunfal o Pompa de Hércules, de la misma forma que el de la vecina Herculano, también destruida por el Vesubio, deriva del nombre del héroe. A partir de aquí, diferentes restos arqueológicos nos muestran cómo sucesivas erupciones del volcán han permitido que se conserven en la zona importantes yacimientos, destacando los restos de la Edad del Bronce.

La parte central de la muestra está dedicada a la Pompeya inmediantamente anterior a la erupción del año 79. La casa de Menandro, la pintura pompeyana, la vida privada, el ocio y la calle son los temas tratados en estos espacios. Para terminar introduciendo la siempre atractiva erupción del Vesubio y la destrucción de la ciudad y de las poblaciones de su entorno. No faltan en este bloque temático algunos de los célebres "moldes" que nos permiten observar la forma de los cuerpos de hombres o animales que no pudieron escapar a tiempo del peligro.

La imagen más difundida de la muestra es la de este molde
Como epílogo, en la exposición se habla del "descubrimiento" y los primeros estudios sobre Pompeya, realizados por mandato de Carlos III, de la influencia que estos descubrimientos tuvieron no sólo en Italia o España, sino en el conjunto de Europa, con la expansión de una moda conocida como "estilo pompeyano". Finalmente, el cierre le corresponde a una pequeña muestra de piezas procedentes de algunas de las más importantes ciudades romanas de la Península Ibérica, en el bloque denominado "las pompeyas españolas".

Todo este discurso se articula mediante una museografía sencilla, aunque no exenta de espectacularidad. Sobre todo en los bloques centrales (los más interesantes), el protagonismo absoluto lo tienen las piezas. Pintura, escultura, bronces, cerámicas... que nos permiten contemplar una verdadera "foto fija" de la vida en la ciudad a mediados del siglo I. Breves y sencillos me parecieron los textos, que en mi opinión consiguen hilvanar correctamente el discurso evitando farragosas explicaciones que en otras muestras no lee el público general por aburridas ni el especializado que demanda algo más que un resumen del catálogo.Ya alguna vez me he referido en este blog a buenos trabajos de diseño realizados por Ignasi Cristiá. También la exposición de Pompeya cuenta con una buena página web. Y, al igual que en otras ocasiones, también incluye un making of. Para quienes solemos distraernos más más analizando los ganchos que los cuadros que cuelgan de ellos, es un valor añadido.

Respecto al catálogo, se trata de una monografía que sigue la moda reciente de evitar el verdadero catálogo de las piezas expuestas, reduciéndose a una sucesión de estudios sobre los diferentes aspectos relacionados con la exposición. Sinceramente, creo que es una pena.


La repercusión mediática de la exposición ha sido muy importante. Aunque la mayor parte de los medios, más que destacar la importancia de la investigación sobre la ciudad o sobre los objetos que se han conservado, suelen caer en la espectacularidad de la tragedia. Ese molde que ha dejado el cadáver del perro sepultado por las abrasadoras cenizas mientras intentaba soltarse de la cadena que lo mantenía atado puede resultar tan expresivo como cualquiera de los dramas de la pobre ciega de la telenovela. Qué le vamos a hacer... La primera línea del artículo aparecido en el diario El Pais puede servirnos de referencia: "Vida, pasión, agonía y resurrección de la impar ciudad". Y todo ello, bajo la foto que indica cómo habría quedado el cadáver caído sobre la escalinata. Yo diría que, con eso, casi sobra lo del drama del "gigantesco estruendo del Vesubio, que se yergue altivo" e incluso las "masas viscosas de magma". Evidentemente, el periodista no es de esta misma opinión, y en cualquier caso decidió que también era necesario publicarlo.

La misma foto ilustra el artículo de El Mundo, que también recurre a la espectacularidad del titular: "Pompeya resurge de las cenizas". Titular muy parecido al que publicó el ABC, con la única diferencia de la reivindicación patria: "Pompeya resurge de sus cenizas en Madrid". Y también aquí se menciona a esos habitantes que "quedaron enterrados junto al igual que sus casas, pinturas, enseres y secretos". Lo reconozco: lo de los secretos me ha tocado el alma. Menos poética, más descriptiva y quizá por eso más precisa, es la crónica que apareció en La Vanguardia, basada en la información ofrecida por la agencia EFE.


Y todo esto, sólo por lo que respecta a prensa escrita de tirada nacional. Por eso no resulta demasiado extraño ni que la muestra esté teniendo un gran éxito de público (si pensáis ir en fin de semana, recomiendo reservar hora con antelación) ni que algunas personas salgan en cierta forma decepcionadas. Porque lo que podemos ver en Madrid es una exposición de gran interés, pero ni es Pompeya, ni mucho menos el renacimiento de la ciudad. Y, por suerte (al menos para mí), tampoco una muestra centrada en la "tragedia bajo el Vesubio" a la que alude su título.

Se trata, en suma, de una exposición interesante, que recomiendo a todos los aficionados a la historia, al arte o a la arqueología. Pero si en un momento determinado tenéis ganas de secretos, tesoros, momias y aventuras, quizá mejor volver a ver alguna de Indiana Jones. En eso, Spielberg no falla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como "aludido" por tus comentarios, muchas gracias. Trabajamos en un tiempo record, demasiado record, y la verdad es que el resultado, mal esta decirlo a mi, me parece muy bueno. Trabajar con Ignasi es muy fácil.