martes, 28 de mayo de 2013

Sobre el castillo de Madroñiz


Madroñiz, durante la visita organizada por Solienses

El castillo de Madroñiz es uno de los elementos patrimoniales menos conocidos de la comarca de Los Pedroches. Situado en término municipal de El Viso, se accede a él a través de una estrecha y maltratada carretera que parte de Belalcázar hasta alcanzar, junto al río Zújar, las inmediaciones del límite de Andalucía. Es una propiedad privada, pocas veces accesible para la visita pública. Quizá este hecho tuvo algo que ver en el gran éxito alcanzado por la propuesta lanzada desde la web Solienses, que programó y realizó una visita con la que conmemoraba sus 10 años de existencia [pueden verse también reportajes gráficos de la visita en el blog de Pedro de la Fuente y en Hinojosa Digital].

El río Zújar, desde Madroñiz
La fortaleza se encuentra enclavada en un lugar de gran valor estratégico. Alejado hoy de todos sitios, por sus proximidades discurrían dos importantes caminos históricos: un ramal de la comunicación Córdoba - Toledo que pasaba por el actual Belalcázar y, en sentido este - oeste, una importante vía natural que recientemente ha sido rescatada para el proyecto, que no sabemos si alguna vez se veremos hecho realidad, de comunicación entre Valencia y Lisboa. Este hecho nos hace suponer que pudo existir aquí un antiguo castillo islámico del que, en cualquier caso, no quedan restos visibles. No se ha identificado con ninguno de los enclaves fortificados mencionados en las fuentes historiográficas musulmanas y, a falta de estudios arqueológicos, la existencia del Madroñiz andalusí no puede superar hoy la categoría de mera hipótesis.

Sin embargo, esa hipótesis parece confirmarse por el hecho de que el castillo existiera en época de Fernando III, inmediatamente después de la conquista castellana de este territorio. El monarca creó en su entorno el más extenso ámbito territorial de las tierras cordobesas al entregarlo en donación a su hijo, el infante don Manuel, junto con una extensión de 100 yugadas de tierra. Tras pasar por manos, entre otros, de Don Manuel y su hijo (el infante Don Juan Manuel), Fernán Gómez de Toledo y Diego García de Toledo, Pay Arias de Castro, Martín Fernández de Córdoba o Diego Fernández de Córdoba, en 1447 su propietario, Diego Fernández de la Trinidad acuerda su entrega, cambiándolo por diferentes posesiones en la Campiña cordobesa, a Gonzalo Mejía, señor de Santa Eufemia. En manos de sus herederos permanecerá hasta 1912.

Escudo de los Mejía, en una de las salas interiores conservadas
Lo que hoy se conserva de esta fortaleza es fruto de diferentes reformas (evidentes las realizadas durante el siglo XIX y el primer tercio del siglo XX) sobre la edificación bajomedieval. De hecho, los más interesantes restos decorativos, de estilo mudéjar toledano, pueden fecharse a fines del siglo XV cuando los Mejía habían tomado posesión del edificio y quisieron dejar claramente marcada su propiedad.

Precisamente esta etapa nos ofrece los datos más curiosos sobre la historia del castillo de Madroñiz. Aunque la posesión por parte de Gonzalo Mejía no se confirmará hasta 1461, sabemos que el acuerdo de adquisición se había producido sólo tres años después de la señorialización de Gahete (actual Belalcázar) que tuvo lugar en 1444. Evidentemente, no es una casualidad. En el momento en el que el bachiller Piedrafita se está encargando de delimitar los términos del nuevo señorío del Maestre de Alcántara, el expansionista señorío de Santa Eufemia busca integrar en su jurisdicción unas tierras (la dehesa del Madroñicejo, que ya era propiedad de Mejía, y el castillo propiamente dicho) que siempre habían pertenecido al término de la ciudad de Córdoba y de su villa de Gahete.

Para conseguirlo, Mejía se hace con la propiedad del castillo y sus tierras aledañas, y no duda en utilizar todos los medios a su alcance (no necesariamente legales, por supuesto) para integrar estas propiedades en la jurisdicción de su señorío. Con este objetivo claro, el de Santa Eufemia no dudará en encargar falsificaciones de documentos. Tretas que se saldarán con un rotundo éxito, al modificarse en su beneficio una delimitación jurisdiccional que, en realidad, debía haber dejado Madroñiz dentro del término del señorío de Belalcázar.

La visita organizada por Solienses nos permitió conocer y valorar un enclave patrimonial de gran interés no sólo por su valor artístico o arquitectónico, sino también por su fascinante historia. Hace un tiempo, su interior fue acondicionado para servir de alojamiento turístico. Desechado finalmente este proyecto, su estado de conservación es, en general, bueno, aunque tras la visita a uno le queda la duda de si el abandono reflejado en el polvo o las goteras sin reparar, y en algún desperfecto más alarmante en algunos elementos estructurales, no terminará por provocar su destrucción final. Esperemos que el Ayuntamiento de El Viso, empeñado en la conservación y difusión de Madroñiz consiga evitar estos malos presagios.

Preocupantes daños estructurales en algunos elementos conservados
Para saber más:

Sobre su historia: Luna Rivera, M., El castillo de Madroñiz. Pozoblanco, 1988.
Sobre la decoración bajomedieval: Jordano Barbudo, M.A., "Ostentación del linaje de los Señores de Santa Eufemia a fines del siglo XV: las yeserías mudéjares del castillo de Madroñiz". Arte, Arqueología e Historia, 7 (2010),  pp. 15-19.
Sobre el cambio de jurisdicción del siglo XV: Cabrera Muñoz, E., "La jurisdicción del castillo de Madroñiz: un caso de falsificación documental". Historia. Instituciones. Documentos, 19 (1992), pp. 107-124.

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