domingo, 5 de febrero de 2012

De Museología: "Córdoba, reflejo de Roma".

Exposición en la sala Vimcorsa. Foto: AO para Ars Operandi

La ciudad de Córdoba es el fruto de una evolución milenaria. Y, aunque recienemente he criticado el excesivo entusiasmo con el que algunos especialistas destacan la vital importancia del pasado romano en la historia de Córdoba, lo cierto es que este momento es, sin duda, crucial. Tan importante como ese inicial asentamiento de la Colina de los Quemados. O como la ciudad ibérica, visigoda, andalusí, bajomedieval o moderna. Aunque sólo sea por eso, la exposición temporal Córdoba, reflejo de Roma sería totalmente recomendable.

El propio título de la exposición nos indica que ésta no pretende abarcar todo el período romano, sino que está centrada en el momento en el que la capital provincial se transformó en "reflejo de Roma", principalmente a partir de la época de Augusto. Sin embargo, esto no significa que estemos ante una pequeña muestra. Al contrario, se trata de una exposición de gran formato, dividida en tres temas que se muestran en tres espacios diferentes: el Palacio de los Páez de Castillejo (Museo Arqueológico), donde se habla de urbanismo y poder; la sala Vimcorsa, dedicada a la vida en la domus; y la sala Orive, que desarrolla el tema suburbio y periferia. Los tres temas, y las tres sedes, pretendían ofrecer una visión unitaria sobre los primeros siglos de nuestra era. Aunque, por supuesto, recomiendo encarecidamente la visita a las tres exposiciones, creo personalmente que este discurso unitario no se ha terminado de lograr.

Y de ahí que, realmente, no hable en esta entrada de la exposición en sí (los datos básicos están en la web del Museo Arqueológico, y una pequeña reseña, de interés, en ars operandi), sino de consideraciones sobre los conceptos museológicos y museográficos que le sirven de base. Hace años, las exposiciones temporales eran consideradas como un instrumento al servicio de la investigación científica. Una puesta al día de conocimientos, una posibilidad de comparar, de buscar influencias, de reunir, en suma, para estudiar. Hoy en día, este concepto ha quedado claramente superado por la función social, educativa, e incluso de ocio, que se otorga a los museos y a las exposiciones. La Nueva Museología nos ha enseñado a diseñar exposiciones accesibles, para todos, y a desechar antiguos intentos enciclopédicos de apabullar a los visitantes con los extraordinarios conocimientos del "experto" responsable de la muestra.

Las tres exposiciones simultáneas que podemos visitar en Córdoba son, como indica Jerónimo en su blog, muy desiguales. Y estoy de acuerdo con él en que sólo la comisariada por María Dolores Baena (sala Vimcorsa) cumple con los objetivos que yo pienso que debe buscar una exposición de este tipo: enseñar, ilustrar, y hacer disfrutar de nuestro Patrimonio. Quizá porque su diseño museológico ha estado a cargo del equipo del Museo Arqueológico, que utiliza unos criterios distintos, y que tiene una gran experiencia en el montaje de exposiciones. Pero hay diferencia entre las tres sedes.

Las antiguas salas de Prehistoria, Mundo Ibérico, Visigodo y parte de la galería de escultura romana del Palacio de los Páez de Castillejo (Museo Arqueológico) albergan las piezas destinadas a explicar el tema de urbanismo y poder en el mundo romano. Pese a la belleza de unos espacios a los que personalmente me siento muy unido, lo cierto es que la articulación de los mismos no es la más adecuada para una exposición como ésta. Si a ello le sumamos la dificultad de explicar un tema "monumental" en un espacio reducido, y problemas de última hora en la gestión del préstamo de ciertas obras inicialmente previstas, podemos entender que la exposición no haya quedado todo lo "redonda" que a todos nos gustaría. En cualquier caso, es sin duda un digno intento de acercar toda la complejidad de la ciudad a romana al público en general.

La Sala Orive nos ofrece otro espacio "peculiar" para una muestra dedicada teóricamente a los suburbios y la periferia. Y digo teóricamente porque incluye una colección de retratos imperiales, un espacio dedicado al foro... y otros elementos que habrían enriquecido la muestra del Museo Arqueológico. Porque el foro es un espacio urbanístico, de poder, situado en el centro de la ciudad. Nada que ver con suburbios y periferia. Y tampoco la museografía está muy bien conseguida en esta sede. Un recorrido errático y sin definir nos lleva hacia demasiados cartones recortados, demasiado papel pegado a la pared, demasiada información accesoria... Volviendo a lo que comentaba al inicio, creo que el error está en el planteamiento museológico: en diseñar una exposición pretendidamente "científica" aderezada, todo lo más, con algún criterio estético.

Vista general de la Sala Orive
Todo lo contrario a la muestra dedicada en la sala Vimcorsa a la casa romana. Piezas colocadas en su justo lugar y con la información mínima necesaria para comprender tanto las piezas como el tema central que ilustran. Esa vitrina baja con la vajilla romana, que a todos nos trae a la mente inmediatamenet la imagen de una mesa preparada para el banquete, es un claro ejemplo de cómo con criterios museológicos adecuados se puede montar una exposición prácticamente sin carteles explicativos. Porque la propia colocación de las piezas, junto a unos didácticos dibujos en gran formato distribuidos por las paredes, es más que suficiente para que podamos entender y disfrutar de una antigua casa (domus) romana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

http://www.andaluciavirtual.com/visitas/roma/virtualtour.html
Aki se pude ver algo.

Juan B. Carpio dijo...

Muchas gracias. Muy interesante. Aunque en dos sedes hay ciertos equívocos en el recorrido (perdonad, pero a mí me preocupan especialmente los itinerarios en las exposiciones). Gracias.