lunes, 21 de marzo de 2011

Nigüelas: una almazara del siglo XV

Patio de trojes. Almazara de Nigüelas [Foto Ayto. Nigüelas]


Muchas veces, al pasar por la carretera –hoy autovía- que lleva de Granada a Motril nos habíamos quedado con ganas de visitar Nigüelas. No por su bonita estampa de pueblo pre-alpujarreño bien comunicado (a apenas 3 kms. de la autovía), sino por conservar un molino de aceite con prensas de viga cuya edificación se ha datado entre los siglos XIII y XV. En uso hasta los años 20 del siglo XX, en la actualidad abre al público en un horario estable con el nombre de Museo almazara de las Laerillas. Y hace un par de semanas por fin tuvimos tiempo y paramos a visitarlo.

El montaje museográfico consiste en mostrar en su ubicación original los elementos del sistema de almacenamiento de las aceitunas, molturación, prensado y decantación. Muy pocos textos sirven para explicar un proceso que en este espacio resulta comprensible, aunque es difícil quitar la vista de las dos impresionantes vigas de madera y dirigirla a los paneles. Aparte de los textos, sólo encontramos expuestos algunos elementos muebles siempre relacionados directamente con los procesos de trabajo tradicionales en una instalación industrial de este tipo.

La visita se inicia en el patio donde se sitúan los trojes, pequeños espacios delimitados por muretes de unos 50 cms. de altura que sirven para separar las aceitunas de los distintos dueños en espera de ser molturadas por orden. Desde el patio se accede a las dos salas de molienda con que contaba la fábrica. La primera de ellas es un molino de sangre, cuya piedra es movida por la fuerza animal, burro o mulo. La segunda, estructuralmente más compleja, integra un molino hidráulico que aprovecha la fuerza del agua de la acequia que discurre por sus proximidades, con un funcionamiento similar al de los molinos de cereal que conocemos como “molinos de cubo”.
Molino hidráulico [Foto Ayto. Nigüelas]

Una vez molida la aceituna, la pasta era echada en capachos y pasada a la sala de prensas. Es ésta una estancia alargada, en cuyos laterales se encuentran las dos grandes vigas –de más de 11 metros de longitud- destinadas al prensado de la pasta para la obtención del aceite. El modelo de prensa de viga, generalizado desde época romana tanto para la obtención de vino como de aceite, se basa en la multiplicación de la fuerza ejercida en la presión a través de una palanca de segundo grado. Aplicando aquella fórmula física que todos estudiamos en el colegio pero que “los de letras” apenas logramos recordar en casos como éste (era algo así como “potencia por su brazo es igual a resistencia por el suyo”), la presión ejercida por la viga se traslada multiplicada al cargo, donde se han colocado los capachos, sirviendo para extraer el zumo de la aceituna, el apreciado aceite de oliva virgen.

Entre las dos vigas se sitúa la caldera, una especie de horno cuya función sería la de mantener el agua que se añadiría a la pasta previamente prensada para lavar así el aceite que quedara adherido a los capachos (escaldado). Luego esta pasta se desmenuzaba y se aplicaba una segunda prensada, que era aceite de peor calidad, y se separaba del primero. A veces, incluso aplicaban una tercera prensada para agotar mejor la pasta. Aunque siempre teniendo en cuenta lo que, ya en el siglo IV, indicaba el agrónomo romano Paladio: El  aceite que sale con menos esfuerzo de la prensa es de mucho mejor gusto que los demás.
Vigas y, entre ellas, la caldera [Foto Ayto. Nigüelas]

El edificio de la almazara fue donado al Ayuntamiento de Nigüelas en 1987 por la familia Zayas Osorio Calvache. Fue restaurado poco tiempo después por el grupo de investigación de Patrimonio Industrial de la Universidad de Granada, con un resultado visual muy acertado. Merece la pena la visita.

1 comentario:

Anuncia dijo...

Voy un poco retrasada, pero quisiera dejar este comentario:cuando visité esta almazara, hace años, con D.Luis Berges Roldán -reconocido arquitecto de Jaén, que recibió en 1884 el "Premio Europa Nostra" por la restauración de los Baños Arabes de Jaén- totalmente fascinado me comentó: "es el espacio agricola mas bonito que he visto en mi vida". Esta almazara, es importante desde el punto de vista histórico, cultural, industrial... y arquitectónico. La recomiendo.