miércoles, 27 de abril de 2011
Chernóbil: 25 años
Ayer se cumplieron 25 años del terrible accidente nuclear en la central de Chernóbil. Cuando aún tenemos muy presentes las noticias el escape radiactivo provocado por el terremoto de Japón, es necesario recordar que las consecuencias de la explosión ocurrida hace ya un cuarto de siglo siguen hoy presentes, y lo estarán desgraciadamente no sólo durante las próximas décadas, sino incluso durante las próximas generaciones.
Para que quienes sufren las consecuencias de esta catástrofe no caigan en el olvido, la Asociación "Acogida Infantil de Los Pedroches", el grupo ecologista Guadamatilla y la Asamblea Local de Cruz Roja organizaron anoche un acto en Pozoblanco. Intervino en primer lugar Evaristo Ballesteros, presidente de la asociación dedicada a acoger en Los Pedroches, durante períodos de 30 a 45 días anuales, a grupos de niños procedentes de la comarca bielorrusa de Gómel. Este programa de acogida viene funcionando desde la creación de la asociación en 1997, y este año se beneficiarán del mismo un total de 52 niños bielorrusos. El objetivo fundamental es ofrecer a estos niños un período de estancia en un entorno natural saludable, donde puedan beneficiarse de una dieta natural no contaminada, de un clima beneficioso para su salud y de una experiencia personal que les permita escapar por unos días del ambiente triste de una región devastada por la contaminación radiactiva y por una larga crisis económica, política y social que esa contaminación no ha hecho sino incrementar. Evaristo comentó un informe de la OMS que determina que un mes en un entorno saludable supone para estos niños un importante aumento de sus defensas que, en definitiva, les está ofreciendo unas mayores posibilidades de supervivencia. La actividad de esta asociación no solucinará todos los problemas de Gómel, pero indudablemente con su trabajo están contribuyendo desde Los Pedroches a paliar las dificultades en que se encuentran algunos de los más afectados por el accidente.
Antonio Domínguez Cabrera, médico y presidente de la Asamblea Local de Cruz Roja en Pozoblanco, habló de las importantes actuaciones de Cruz Roja Internacional y la Media Luna Roja ante las catástrofes de todo tipo que se producen en el mundo. Además, presentó algunos de los principales problemas de salud ocasionados por la nube radiactiva.
En un tiempo en el que el debate sobre la seguridad nuclear y la viabilidad de esta forma de producción energética se ha reabierto, resulta especialmente indicada la charla ofrecida en este acto por el profesor Luis González. Muy bien documentado y con un enfoque didáctico muy conseguido (hasta "los de letras" pudimos comprender de manera bastante clara el funcionamiento de la producción de energía a través de la fisión del núcleo), Luis explicó las bases teóricas de la fisión nuclear y la importancia que esta fuente de energía supone a nivel mundial: un exiguo 3% de la energía consumida en el planeta es de origen nuclear. A pesar de ello, intereses económicos bien definidos aunque raramente confesados se ocupan de bombardear a la opinión pública con las supuestas bondades de una energía "limpia" y "segura". Que se lo pregunten a los niños de Gómel.
Creo que las tres organizaciones impulsoras de este acto merecen nuestro aplauso. Porque es necesario recordar, como indicaba anoche Evaristo, que la peor catástrofe es el olvido.
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