A través de la Sociedad Española de Estudios Medievales me he enterado del fallecimiento de María del Carmen Carlé. Discípula de D. Claudio Sánchez Albornoz, la profesora Carlé le sustituyó al frente del Instituto de Historia de España, en la dirección de los Cuadernos de Historia de España y en la cátedra de Historia Medieval de la Universidad de Buenos Aires. Personas e instituciones que merecen sin duda esta entrada en el blog.
Sánchez Albornoz y el Instituto de Historia de España
Claudio Sánchez Albornoz (1893-1984) es una de las figuras esenciales de la historiografía española del siglo XX. Se doctoró en 1914 por la Universidad de Madrid y fue catedrático en varias universidades españolas. En 1926 accedió a la Real Academia de la Historia, y entre 1932 y 1934 fue Rector de la Universidad Central. Pero D. Claudio no fue nunca un ratón de biblioteca. Pensaba que el historiador no debía limitarse a comprender el pasado, sino que también estaba obligado a “contribuir a la formación de la conciencia histórica de los hombres y de los pueblos” (publicado en su ensayo “Historia y libertad”). Por eso, a partir de la proclamación de la II República compaginará su labor como medievalista con diferentes actuaciones políticas: fue diputado por Ávila (1931-36), Ministro de Estado (1933), Vicepresidente de las Cortes (1936) y Embajador de España en Lisboa. En política, siempre se definió como “católico, liberal, demócrata y republicano”.
Claudio Sánchez Albornoz con el rey Juan Carlos |
Al terminar la guerra civil, por orden de 29 de julio de 1939, fue separado definitivamente de su cátedra por sus ideas republicanas. Ya entonces había tenido que exiliarse, recalando primero en Burdeos, de cuya Universidad fue profesor entre 1937 y 1940. Un nuevo acontecimiento bélico, en este caso el estallido de la II Guerra Mundial, le llevaría hasta Buenos Aires, donde retomaría su actividad política (fue Presidente de la República Española en el exilio entre 1962 y 1970) y, sobre todo, de investigación.
Ocupó la cátedra de Historia Medieval de la Universidad de Buenos Aires, impulsando desde ella los estudios sobre la Historia Medieval de España, que en nuestro país habían quedado prácticamente abandonados a partir de la Guerra Civil. En 1942 la Universidad de Buenos Aires fundó, a su medida, el Instituto de Historia de España, institución de enorme prestigio que, desde 1944, viene publicando los Cuadernos de Historia de España.
Durante sus años en Buenos Aires, Claudio Sánchez Albornoz fue autor de numerosos trabajos de investigación, compaginando sus clases con conferencias que, como uno de los medievalistas más prestigiosos del mundo, impartía en universidades y centros de investigación europeos y americanos. Pero su labor no se limitó a la investigación y la docencia, sino que consiguió formar un importante núcleo de investigadores que han permitido el mantenimiento del Instituto de Historia de España como un centro con gran actividad. Entre ellos, su alumna y sucesora, María del Carmen Carlé.
Ocupó la cátedra de Historia Medieval de la Universidad de Buenos Aires, impulsando desde ella los estudios sobre la Historia Medieval de España, que en nuestro país habían quedado prácticamente abandonados a partir de la Guerra Civil. En 1942 la Universidad de Buenos Aires fundó, a su medida, el Instituto de Historia de España, institución de enorme prestigio que, desde 1944, viene publicando los Cuadernos de Historia de España.
Durante sus años en Buenos Aires, Claudio Sánchez Albornoz fue autor de numerosos trabajos de investigación, compaginando sus clases con conferencias que, como uno de los medievalistas más prestigiosos del mundo, impartía en universidades y centros de investigación europeos y americanos. Pero su labor no se limitó a la investigación y la docencia, sino que consiguió formar un importante núcleo de investigadores que han permitido el mantenimiento del Instituto de Historia de España como un centro con gran actividad. Entre ellos, su alumna y sucesora, María del Carmen Carlé.
María del Carmen Carlé
María del Carmen Carlé fue la responsable del nuevo impulso tomado por el Instituto de Historia de España durante su dirección, entre 1987 y 1999. Tiempos difíciles para Argentina, con la crisis económica e inflacionista que dejaba en el aire cualquier proyecto de inversiones. Con tesón y esfuerzo, Carlé y sus compañeras del Instituto lograron el apoyo de instituciones académicas españolas para poder seguir publicando los prestigiosos Cuadernos de Historia de España.
Las múltiples publicaciones de la profesora Carlé se han centrado especialmente en la sociedad bajomedieval castellana, desde la nobleza o las oligarquías urbanas hasta el mundo de los pobres y marginados. Pero para mí resulta fundamental destacar su labor como pionera en el estudio de los concejos medievales castellanos. Sobre el Concejo Medieval Castellano-Leonés (Buenos Aires, 1968) había sido algo así como un libro de cabecera, una imprescindible guía metodológica en los momentos iniciales de redacción de mi tesis doctoral.
No sólo consiguió Carlé mantener el Instituto de Historia de España en aquellos difíciles momentos, sino que además impulsó la creación de una nueva revista científica: Estudios de Historia de España. Precisamente el último de los números editados (XII, año 2010) se dedicó a María del Carmen Carlé con motivo de su 90 cumpleaños. En este homenaje participaron los profesores de la Universidad de Córdoba Emilio Cabrera y José Luis del Pino. En 1995 fue impulsora y primera presidenta de la Fundación para la Historia de España que puso en marcha las Jornadas Internacionales de Historia de España. Una labor muy fructífera, que en cierta medida podemos considerar recompensada con el encargo de elaborar, junto con otras compañeras del Instituto, el volumen 10-I de la Historia de España de Menéndez Pidal, dedicado a Los reinos cristianos en los siglos XI y XII. Economías. Sociedades. Instituciones.
La noticia del fallecimiento de la profesora Carlé me ha llevado a recordar su visita, junto a otras integrantes de su equipo de investigación, al Área de Historia Medieval de la Universidad de Córdoba, y su amena conversación, saltando de las dificultades de ser medievalista en Argentina a los problemas que, en ese momento, tenía simplemente sobrevivir al corralito. Para mí fue todo un honor conocer personalmente a la discípula de Sánchez Albornoz, a la directora del Instituto de Historia de España, a la autora del primer estudio de conjunto sobre los concejos medievales castellanos y a una mujer inteligente que nos permitió entender mejor la supervivencia física e intelectual en medio de una enorme crisis causada por los despropósitos de quienes manejaban el sistema económico. Descanse en paz.
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