María López, ex-directora del museo. Foto: ABC. |
Me pidió Guadalupe que siguiera informando sobre el Thyssen de Málaga. Y hasta la prensa cordobesa llegan ahora noticias sobre la crisis de gestión de este museo (aquí y aquí). Apenas dos semanas después de la apertura pública del centro han presentado su dimisión la directora y uno de los más influyentes patronos de la nueva pinacoteca. Y parece ser que, como aludía en una entrada anterior, por problemas relacionados con los conflictos de gestión ocasionados por el improvisado nombramiento de un nuevo gerente, figura que no estaba contemplada en el diseño inicial del centro. Mientras tanto, la exposición temporal "De Picasso a Tapies", que iba a inaugurarse el lunes pasado, se ha aplazado, supongo que por cuestiones técnicas.
No pretendo hacer un análisis completo de la situación, pero sí dejar constancia de una realidad resumida por nuestro refranero: quien mal anda, mal acaba (me refiero, por supuesto, a la pobre institución museística, no a los profesionales que han debido abandonar el proyecto, como indica la propia María López, simplemente por dignidad). Hace unas semanas, un comentario anónimo me tachaba de ser demasiado legalista en mi tratamiento del tema. Ahora creo que puedo explicarme mejor: la improvisación en el diseño de un sistema de gestión, la indefinición de los criterios artísticos y de la Política (en mayúsculas; no del partidismo, sino de la política) del centro, el descontrol administrativo y el diseño electoralista de la inauguración al que se referían algunos periodistas pueden acabar provocando el fracaso de una iniciativa cultural que debería ser muy interesante para Málaga y, por extensión, para toda Andalucía.
Para intentar comprender un poco mejor el argumento de este último episodio del culebrón en el que se ha convertido la gestión del Thyssen de Málaga, comparto con vosotros algunos datos esenciales sobre quienes han robado planos en estos últimos días a la gran pareja protagonista (Cervera - De La Torre). Son la ya ex-directora, María López Fernández, y el crítico y ex-patrono Tomás Llorens, que han perdido la partida ante el gerente Javier Ferrer, hombre fuerte de la baronesa y el alcalde de Málaga. Culebrón, pero culebrón.
Tomás Llorens (n. 1936). Doctor en Estética. El Diario Sur de Málaga presenta su amplio curriculum denifiéndolo como un gestor de prestigio internacional. No en vano, después de ser expulsado de la Universidad Politécnica de Valencia durante los últimos años del franquismo, entre 1972 y 1978 fue profesor de la Universidad de Porsmouth y de la Politecnic of Central London. De hecho, es uno de los más prestigiosos gestores culturales del país (recibió en 2007 la medalla de oro al mérito de las Bellas Artes). Ha dirigido el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Instituto Valenciano de Arte Contemporáneo y ha sido conservador jefe del Museo Thyssen (el original, el de Madrid), además de habérsele ofrecido en alguna ocasión la dirección del Museo del Prado. Ha sido el impulsor y quien ha definido las colecciones del nuevo museo malagueño, quedando hasta su reciente dimisión como patrono del centro. Entre las razones que argumenta para su desvinculación del centro, especialmente dura me parece la acusación de que éste carece de credibilidad artística. Carmen Cervera, por su parte, olvida sus 15 años al frente de la pinacoteca madrileña, su labor de asesoramiento en el montaje de exposiciones temporales y su trabajo previo a la apertura del museo malagueño para restar importancia a la dimisión de quien, al fin y al cabo, había terminado su trabajo en el momento de la apertura al público -según la baronesa-. Increíble, pero cierto.
Tomás Llorens. Foto: Diario Sur. |
María López Fernández (n. 1975). Doctora en Historia del Arte, es especialista en pintura española del siglo XIX. Ha sido directora de exposiciones de la Fundación Mapfre, una de las más activas del país, habiendo organizado como comisaria un buen número de grandes exposiciones temporales. Es profesora de Historia del Arte Contemporáneo en la Universidad Complutense de Madrid. Al igual que Llorens, critica las injerencias de la baronesa y el alcalde en la gestión de este centro artístico. Especialmente molesta se sintió con el cese del anterior responsable de promoción del museo, a quien Ferrer rescindió el contrato temporal sin contar para nada con la directora. Así las cosas, María López y Tomás Llorens han presentado su dimisión sin atender a la petición (increíble pero parece que cierta) de que aplazaran esta decisión para después de las elecciones municipales. Según Carmen Cevera, la ex-directora habría dimitido por razones personales, al no haberse aclimatado sus hijos a la vida en Málaga. En este caso no me parece increíble, sino directamente indignante aludir a aspectos de la vida privada de una profesional cuya capacitación para el cargo está perfectamente contrastada. No siempre la educación es virtud que adorna los títulos nobiliarios.
Javier Ferrer. Foto: Diario Sur. |
Tomás Llorens critica su falta de experiencia en gestión cultural (destaca el hecho de que sus ocupaciones anteriores hayan sido exclusivamente políticas), y el hecho de que su nombramiento fuera totalmente arbitrario, sin ningún tipo de proceso de selección reglado. Para Carmen Cervera, en cambio, Ferrer es un gestor excelente, de cuyo curriculum destaca especialmente el hecho de ser malagueño.
Para el Ayuntamiento de Málaga, se ha tratado simplemente de una disputa de carácter técnico. ¿Técnico? ¿De qué tipo de técnica puede debatir Ferrer con dos especialistas de la talla de Llorens y López? Tras varios intentos muy poco acertados de explicar la situación por parte de Carmen Cervera (que si los niños de una, que el malagueñismo acérrimo del otro...), la baronesa ha puesto fin a cualquier debate con un claro y contundente porque me sale de los títulos nobiliarios: "En todo caso, la colección es mía y hago con ella lo que quiero. Soy la presidenta del patronato y el alcalde es el vicepresidente. No son necesarias las excusas. Hay montones de grandes profesionales en este país que estarán deseando venir al museo". Sin comentarios.
4 comentarios:
La colección es de la "Tita" y el dinero del Museo lo hemos puesto entre todos, nobles y plebeyos. Es decir, la señora baronesa no se puede puede permitir hacer lo que a ella le venga en gana. Tendrá que buscar excusas o ¿tal vez piensa que como ella pone los cuadros, tendríamos que aceptar pulpo como animal de compañía?
Que no olvide la presidenta baronesa que un acuerdo obliga a todas las partes.
ECB
Os dejo las declaraciones de la Baronesa tras la dimisión de la directora del museo, María López, y Tomás Llorens, patrono: “Cuando se pide un rol de una persona, se le pide su trabajo y no se le piden más cosas”
http://www.puntoradio.com/popup/audio.php?id=65855#
Que triste que un politico de la talla del nuevo gerente se haga con el poder de esta institucion,todo el mundo conoce el tipo de "personaje" que esta en la gerencia (por ahora), pero el tiempo pone a todo el mundo en su sitio, y seguro que esto no será la excepcion
Por desgracia, el tiempo no pone a cada uno en su sitio, sino que desde algunas administraciones se pone a cada uno donde se quiere y en el tiempo que le venga en gana!! y todo sigue sin que nada cambie...
Publicar un comentario