Al echar un vistazo a la prensa de hoy, me ha entristecido ver la noticia del fallecimiento de D. Antonio López Ontiveros. Esta noticia necrológica se une al mazazo que recibimos ayer al conocer la muerte repentina del marido de Isabel Niñoles, alcaldesa de Fernán Núñez con quien estuve hace apenas una semana. O la de Severiano Ballesteros, uno de esos pioneros del deporte de élite español. Malas noticias, en esta ajetreada primavera electoral.
D. Antonio (todos lo conocíamos de lejos como "elontiveros" y de cerca como "donantonio") era catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Córdoba, y fue decano de la Facultad de Filosofía y Letras en mi época de estudiante. Gran conocedor de la geografía agraria, creo que todos sus alumnos podríamos destacar de él principalmente su extraordinaria capacidad docente. Con su aspecto serio, a veces incluso un poco estirado, de señor decano dando clase a los casi novatos de segundo de Geografía e Historia, don Antonio era un magnífico profesor. Amante no sólo de su disciplina, sino también de la enseñanza.
Al conocer la noticia de su fallecimiento no he podido evitar recordar esos listados de definiciones de términos que siempre nos caían en sus exámenes; los esquemas que nos permitía llevar para apoyarnos en la redacción de los temas generales en todas las pruebas escritas, esquemas que llenábamos de datos con letra abigarrada hasta hacerlos finalmente ilegibles y, por ello, inservibles; y su paciencia al explicar, repetir, esquematizar los conceptos... En definitiva, su pasión por la enseñanza.
Sit tibi terra levis.
1 comentario:
Yo también me enteré por la prensa de su muerte, sabía lo de su cáncer pero aun así lo he sentido mucho pues para mi fue mi auténtico maestro en la Universidad, pero la vida sigue.
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